ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 1 de mayo de 2018

LABOR DE AUTOR

Chales Baudelaire pintado por Emile Deroy

Una anécdota sobre el poeta:
Todos sabemos que la obra más importante de este poeta francés es una recopilación de poemas, "Las flores del mal", poemario que se publicó en el año 1857. El gobierno francés acusó a Baudelaire de alentar contra la moral pública por su contenido, multó al poeta, y le censuró seis de los poemas originales que no pudieron aparecer ni en ediciones posteriores, a pesar de la defensa del poeta que hizo el mundo literario francés en general. Esta censura estuvo presente hasta casi cien años después. Fue en 1949 que pudo publicarse íntegro el libro.








  LABOR DE AUTOR
                              
                                        Algunas consideraciones.


La amplitud de la labor literaria es consecuencia de la dedicación del autor a una continua obra, en la poesía especialmente en el marco de una vida en constante transformación. Una vida y una poesía que configuran un extenso episodio de la historia de la cultura personal, en proyección abierta al otro bajo el prisma inconfundible de lo íntimo compartido. Por eso la obra, cualquier obra artística, es un esfuerzo que ha de ser realizado sin complejos, con cierto conocimiento e intuición  y ciertas claves a seguir. El creador debe cautivar con una labor sintética, sólida y encomiable, obsesionado por lograr la elaboración de una obra que esté en constante disputa con su propio temperamento, algo que podríamos denominar como pasión perfecta.
 
Indagar desde dentro es como desbloquearse poco a poco limando y puliendo los sedimentos que nos va dejando la vida. Penetrar, dar con ello, discernir, meditar, estudiar y contemplar con rigor, con el fin de ir entendiéndolo —práctica de autoanálisis—, poetizando las huellas que nos va dejando la vida transparentándolas en lo posible como se hace con una labor arqueológica, reflejo de lo que compone nuestro bagaje vital. Catarsis  lo llaman. Limpieza. Sensación de libertad tras quedar libres de miasmas y desarreglos mientras se van acallando los gritos interiores irresolutos.

Labor de autor que se ha de hacer silenciosa y honesta, sin tremendismos ni fatuos lirismos, con voz auténtica y sincera pues al final lo que interesa de verdad no es la obra en sí, sino entender la vida intentando comprender antes al hombre que al artista. Al interesarnos la vida como algo fundamental que hay que lograr comprender, el arte se ha de concebir como algo vital no como un producto enlatado de laboratorio donde se discriminan los contenidos llegados de la intuición y del sentimiento personal. Enseguida al leer, ver o escuchar, comprobamos quien llega con sus sus obras de un sitio –la vida- o de otro –el laboratorio-. Yo, personalmente, me quedo con la emoción liberada del primero, puesto que el artista no debe emplear tanto la inspiración para evocarnos representaciones intelectuales y utilitarias, como  saber trasmitirnos un estado de ánimo traducido en sentimiento.

Introspección. Búsqueda de oscuros intereses en las subterráneas galerías interiores. Emociones que hemos de libertar trasformadas en luz. Comprometernos con nosotros mismos en esa traslación de dentro a fuera, para ir  ganando, cuestión de tiempo, trabajo que exija, de la frondosidad arbórea del bosque de ne nuestros interiores, una obra orgánica y sincera. En este sentido el artista se vuelve asceta, contemplativo, virtuoso de la penitencia y del pensamiento; su fin es elevarse hacia la paz, pues con frecuencia sufre de las iras del espíritu. Todo lo demás está subordinado a esa conquista, buscando lo inasible, luchando para retenerlo y dar razón a la existencia asegurándose la posibilidad de pervivir ya que sabe que se encuentra solo en torno al mundo y al poderoso silencio que mana de su interior, asumiendo que debe, a golpe de esfuerzo, llamarlo a gritos, despabilarlo, sacudirlo, movilizarlo, desplegando voluntarioso las alas creativas de sus anhelos.


Barcelona.-15.-junio.-2009.
 ©Teo Revilla Bravo.



8 comentarios:

  1. Contemplar atentamente las existencias y circunstancias propias y ajenas es alimentarse, dando mordiscos a la vida que luego se regurgitan expresados en pintura o escritura... Sea como sea, siempre volando en pos de los anhelos más íntimos. Fuerte abrazo, amigo Teo.

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    1. En ello estamos, Francisco, tú bien lo sabes, es el camino elegido, del que no podemos separarnos.
      Fuerte abrazo.

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  2. Creo que estoy en la etapa de indagar desde dentro, en ese desbloqueo para aprovechar las huellas que la vida te va dejando marcadas. Momentos necesarios ya que evidentemente en cada obra que hacemos, algo de nosotros se escapa y fluye entre imágenes o letras. Transformarlas en luz es la meta. Un muy buen escrito en el que me he sentido identificada. Besos

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    1. Buena etapa es esa, Karyn. El desbloqueo se va produciendo casi sin que nos demos cuenta: nuestro interior, a lo largo de los años, se ha ido enriqueciendo de manera sorprendente, bueno es que lo saquemos fuera y pueda ser compartido.
      Un abrazo en la media tarde.

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  3. Buen análisis. Pero estoy en lo contrario, amigos Teo y Karyn: No dejar huella de lo que fue y alimentar sólo el deseo (no tanto de futuro ni de presente, sólo pura fugacidad). Os abrazo.

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    1. Gracias, Mauricio. Agradecido. Entiendo lo que quieres decir.

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  4. Interesante tu comentario, me encantó. Abrazos.

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