ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

domingo, 21 de febrero de 2021

EL DESARROLLO ARTÍSTICO

 





" El pintor Willem de Kooning en su estudio.






EL DESARROLLO ARTÍSTICO

 

        Cada artista tiene una voz personal -y pasional-, que ha de mostrar clara y única; una manera peculiar de  activar su espíritu y desarrollar, simbólicamente, un  lenguaje propio como nota predominante a mantener mientras crea, haciéndolo con disciplina, con estudio, con carácter resolutivo, tres aspectos absolutamente necesarios para avanzar en la expansiva particularidad de la psique individual y convertirla en una manera de obrar que se despliegue por los planos artísticos, permitiendo que florezca la idea,  la improvisación, el trazo, la forma, la peculiaridad artística y poética. La creación, así entendida, constituye un rito de penetración, que transciende lo expuesto e incluso al mismo artista. 

        El arte se entiende, míticamente, como un universo perdido, a recuperar.  

      La tarea del arte, es adentrarse en ese ritual de búsqueda para que así pueda desvelarse su oculta voz, logrando de este modo simbolizar el deseo de comunicación que todo artista posee en su interior. Desde esta actitud ha de trabajar la obra, tratando de liberarse de sus fatigas mentales, desarrollando la fantasía por la que navega su ansia de individuo insatisfecho. Un ansia que no podrá detenerse nunca mientras el hombre siga siendo hombre y tenga necesidad de comunicar su laberinto interior, aún sin saber si dará con su centro. La tarea del arte, es también traspasar el tiempo; es poder dar testimonio de la capacidad creadora que uno tiene, ofreciendo información de fondo integrada en los trazos y colores, en la configuración de la obra, en la atención a los matices, a sus luces y sombras. 

    Mientras trabaja, el artista ha de sentir cómo el tiempo, ante la obra, se detiene para ser y significar, sintiendo en esos instantes que no hay pasado en arte y sí historia. O lo que es lo mismo: que hay abstracción mental, que no es otra cosa que la separación del ahora por lo eterno, algo que muchos definen como éxtasis creativo.

 

Barcelona, febrero del 2021. 

©Teo Revilla Bravo  







jueves, 18 de febrero de 2021

EL TÚNEL DE ERNESTO SÁBATO, BREVE RESEÑA.





 EL TÚNEL DE ERNESTO SÁBATO, BREVE RESEÑA.


   Acabo de releer “El túnel”. Obra esencialjoya de la literatura argentina, labrada por el buen orfebre de la escritura que fue Ernesto Sábato. El Túnel, es una novela de estructura casi policíaca; una novela que presenta, en el personaje de María Iribarne, la agudeza y comprensión de la totalidad y de lo absoluto a la vez que indaga en las zonas ocultas del misterio, poderoso enigma que impulsará al pintor Juan Pablo Castel a asesinar pasionalmente a la mujer —amor convulsivo e impaciente—, dando forma a una obsesión interna incapaz de ver otra opción para solucionarlo. Es un proceso el que se sigue, a la vez constructivo y destructivo, que nos mantiene en vilo al haber centrado el escritor la trama en las motivaciones que provocan tan horrendo crimen.  

        Los estados de ánimo que se muestran en este trabajo de Sábato, son tornadizos y cambiantes. A veces de emoción, como cuando ella le sonríe  creyendo que es la persona que por fin ha entendido su pintura; otros,  de nostalgia, asombro o tristeza, como cuando se entera con sumo estupor que María es mujer casada, sufriendo una desesperación profunda por motivos que se van comprendiendo a medida que se va leyendo  y cayendo en el asombro.

        El Túnel fue una novela rápidamente traducida a otros idiomasllevada al cine y muy ponderada por autores como Albert Camus. Es una obra de innegable originalidad narrativa y de relevantes valores psicológicos, excelentemente contrastados con el agudo y colorista pincel deescritor, expuestos de manera justa, brillante y acertada. Un libro en total consonancia con el tema elegido, ya que el autor saber mantener en todo él un equilibrio que emana del mismo desequilibrio que asola al personaje central, el notable y paranoico Juan Pablo Castel. Atrae también  la claridad y perfección literaria, pues Sábato logra plasmar de manera brillante la trastornada naturaleza psicológica del protagonista. 

    Con gran habilidad, Sábato, en este libro, se cuestiona y hace cuestionar al lector sobre la complejidad del ser humano.

 

 

Barcelona.-febrero.-2014.

©Teo Revilla Bravo






martes, 16 de febrero de 2021

LEVEDAD

 


"La pubertad cercana" obra de Max Ernst





LEVEDAD


Cuando cobijado estoy a tu lado

entre reflejos que te agrandan,

la naturaleza se abre como una flor

y mi sangre circula enamorada.

 

Siento entonces cómo se alargan

los límites del misterio, cómo

se desvanecen las impenitentes

fronteras del implacable desánimo.

 

No entiendo el sentido global

de la vida sí no es, luz inesperada,

mirándome en tus ojos consciente

de que vivir es ver, palpar, respirar,

amar, revelado feliz en tu cuerpo.

 

Al morir el día, al permanecer

pegado a ti en gozoso acto

de susurro, sexo y ternura,

la duda se despoja de lamentos.

 

Quedan trémulos pájaros

vagando por noches infinitas;

quedan ardientes resplandores

a modo de  luminosas estrellas;

la imaginación, exuberante, navega

libre por el cósmico espacio

y el amor,luminoso y preciso,

se convierte en sorprendente

talismán, volcán  activo abriéndose

-reflejos de lunas y auroras-

a  los insospechados colores 

que iluminan tu rostro.

 

Al aparecer sorprendente el día,

dejas que el viento te eleve...

 


Océanos de luna”

(Cuaderno  VIII. (1984-1987) 

©Teo Revilla Bravo.







lunes, 15 de febrero de 2021

EL COLLAGE COMO FORMA ARTÍSTICA, EN KARYN HUBERMAN

 


SERIE ESPERANTO: "Vidindajoj"- Curiosidades. Collage Karyn Huberman






EL COLLAGE COMO FORMA ARTÍSTICA, EN KARYN HUBERMAN

 

      Karyn Huberman es una artista versátil, con una voz distinta, clara y única. Abarca distintas facetas con gran sensibilidad y delicadeza, en estos momentos centrada en la del collage, obra que abarca ya años de  reflexión y madurez. Su trabajo se caracteriza por la coherencia formal, dentro un ordenamiento simbólico que alude a la magia del encuentro de lo real con lo irreal, llegando al acercamiento, al ensueño, al cuento imaginario, a la fábula, a la quimera. Logra con ello abordar, en interesante cambalache efectivo, la búsqueda de una identidad propia con enorme acierto, a través de un cúmulo de imágenes de donde entresaca temas y propuestas universales, como la memoria, la naturaleza, las relaciones; todo ello, a través de gestos, marcas, recortes, claras deformaciones, pequeñas imperfecciones del papel (su gran consejero y colaborador), etc., respondiendo a una forma de hacer eminentemente manual, algo cada vez más difícil de encontrar obnubilados como estamos por las pantallas. Es a menudo esta aparente disonancia provocativa, siempre fascinante, lo que imbuye a su obra dimensiones humanas de proximidad, magnetismo y autenticidad, permitiendo conectar su experiencia analógica con el asombro del espectador.



      A Karyn Huberman no le interesa tanto contar como establecer diálogos abiertos con el espectador -a menudo con cierto sentimiento nostálgico liberador-, de manera que sea éste quien escriba mentalmente el relato en placentera interacción con  las imágenes que observa. El espectador, a la postre, es la pieza clave de todo universo artístico, requiriéndose de él implicación activa en la experiencia creativa, única manera de que ésta adquiera verdadero sentido.


                        


      Karyn, a través de sus libres inquietudes y alborotos mentales por donde vuela la fantasía, llegados de un universo intuitivo, radiante, sorprendente, de sugestivas improvisaciones y fantásticas experiencias, llevada de una sana intuitiva teoría estética del espacio mental, deja que afloren sensaciones, recuerdos y temas, en un ensamblaje de lenguajes gráficos, a menudo aparentemente caóticos  y deslumbrantes en la distribución arquitectónica de los espacios elegidos.

      La intuición expresiva, es la esencia del fenómeno del arte. Karyn Huberman, la posee. 



Barcelona, febrero del 2021.

©Teo Revilla Bravo  






miércoles, 10 de febrero de 2021

LA PINTURA

 



"Jarrón con flores" 2002. Obra de mí autoría. 





LA PINTURA

 

      Tendemos, pilotados por la curiosidad que se produce al contemplar una obra de arte con sugestiva intensidad, a hacer un juicio de valores que nos sirva para reconocernos de algún modo en ella. Toda obra que ilumina y deslumbra, genera una reacción, un ensueño, una posible historia encerrada, una vivencia reflejada, un hilo conductor hacia algo inaprensible que estimula, siendo fácil que se vuelva a observar y se creen nuevas perspectivas. Toda obra que posee esos efectos, se convierte en nuestra mente en novela a todo color con  capítulos y fábulas impresionantes; si logramos superar las primeras secciones y avanzamos en su lectura, desentrañaremos la narración sabiendo que tras el efecto causado  se abrirán otras historias que serán variantes de la misma. Ese es el valor de la obra cuando excede el “momento” que le concedió el creador. Esa valía emocional, posee la riqueza misma de la vida, estimula a quien tenga el valor de asomarse al asombro y captarlo. El pintor, menos prisionero del lenguaje que el escritor, encuentra la esencia de lo que busca donde en la conciencia la palabra se detiene, mediante la obra nos ayuda a mirar más profunda y poéticamente la vida. Si decimos que la pintura ayuda a la poesía a ser más intensamente ella misma, no nos equivocamos.

       El trabajo del pintor es el resultado de bucear dentro de sí mismo esclavizándose de algún modo para serle fiel a una disciplina que ha de ir mejorando para lograr hacer florecer la exigencia de definir lo que siente. En su necesaria virtud creativa, intenta a su manera ordenar el cosmos, darle cauce y salida, dotarlo de mil colores y entornos, y así cedérnoslo en el vértigo de la línea, el espacio, la forma y los tonos que ha elegido. Intenta crear magias que acaricien, rostros y paisajes que mimen nuestra sensibilidad. Aún sin proponérselo, desea hacernos recorrer paisajes donde poder soñar despiertos un universo de presentimientos y de oceánicos paraísos donde flotar maravillados. Ese artista, como diría Auguste Rodin, es el atento confidente de la naturaleza, el señor de la alquimia, el que dialoga sereno consigo mismo, el ojo que no juzga pero enseña, mediante armoniosos matices, lo que nos dice una flor a través de su olor y de sus delicados pétalos. El ojo no moraliza, no juzga, no critica: el ojo solamente ve. Con esa considerada y delicada visión, el pintor nos devuelve, mediante la expresión y el trabajo, la indagación tenaz de las formas artísticas que a menudo caminando ciegos por la vida se nos escapan.

       Antonio López nos decía que en un árbol está contenido el universo,  que si lo sabemos ver en él se encuentra el universo entero. Y con razón: en nuestra vida cotidiana cualquier movimiento o conmoción, cualquier gesto o señal, llega a convertirse en ritual. Es como si nos iluminara un beatífico fuego que no debemos dejar apagar. ¿Cómo se consigue esto? Con sueños. Creyendo en ellos. Intentando hacer mediante el arte que nuestras fantasías más sublimes y sinceras sean posibles mediante la alquimia en asombrosa trasmutación de efectos especiales, comunicando la meritoria experiencia a otros uniendo así el arte a la vida integrándolo al conjunto de las prácticas artísticas en la cotidianidad de nuestras existencias. 

    Hay que reafirmar el potencial creativo que posee cada individuo y trabajar para conseguir el hombre total, racional, afectivo y sensorial, modelo tras el que intenta avanzar, en su eterna búsqueda de lo absoluto, la misma humanidad.

 

Barcelona.-10.-02.-2014.

©Teo Revilla Bravo.

lunes, 8 de febrero de 2021

ES IMPORTANTE

 


Obra de la pintora Nicoletta Tomas, nacida en Madrid, de madre griega, padre español y abuela austriaca. Actualmente reside en Valencia, España.






ES IMPORTANTE

 

Es importante que la misteriosa

inserción de tus ojos en mis ojos

recoja con acierto, acercando

deseos, palabras, soles y lunas

amorosas, que junten mis anhelos.

Ansío que cualquier pormenor,

el conjunto abierto de tus risas,

la transparencia susurrante

de tu alma ,los gestos, tu personal

atractivo y aún tus recelos,

desvíos, y vueltas del camino,

puedan acompañarme aunque

no estés. Y recordar, en ausencias,

como despiertas cada mañana

y al volverte hacia mí te haces

tan pequeña que te recoges feliz

en mis brazos, cómo me inclino

a pensar que puntualmente atrapas 

la longitud de mi instinto

para entregarme fecundos regalos,

sueños, deseos y placeres.



Océanos de luna”

(Cuaderno  VIII. (1984-1987) 

©Teo Revilla Bravo.







 

EXCEDER LOS LÍMITES DEL LENGUAJE ARTÍSTICO

 



Obra de Lygia Clark, artista brasileña cofundadora del movimiento "Neoconcreto" que era un compromiso con redefinir la relación entre arte y ser humano a nivel conceptual y sensorial, la pintura como campo experimental.








EXCEDER LOS LÍMITES DEL LENGUAJE ARTÍSTICO

 

        Para narrar sensaciones hemos de traspasar de algún modo los límites del lenguaje convencional. Necesitamos nuevos planteamientos pues no hay otro modo de  intentar narrar lo no visible, lo inarticulado o indecible, como es el arte en general. Para escribir sobre tendencias artísticas que no suelen tener explicación lógica, hay que ver la manera mental de poder servirnos de las palabras, mostrarlas en una especie de escaparate y que éste deslumbre.  Se trata de recoger sinergias en cuanto a las preocupaciones y operativos que el artista trató de impulsar en su obra. En cuanto a esto, subrayar la preocupación que genera el espacio, al ser parte esencial donde se deja la experiencia, emocional, mental y  física, en tiempo real. En un momento en que se pasa más tiempo ante pantallas, a menudo exageradamente, el arte manual actúa como herramienta de comunicación ejerciendo una función intermediadora de la que poder seguir beneficiándonos.

        ¿Qué es hoy en día la realidad en arte? Los límites entre el aquí y el ahí son cada vez más difusos, pasan por romper o escapar del aspecto estético fundamental  hasta hace bien poco. Romperlo, es lo que ambiciona el artista en todas las artes desde el siglo pasado sin saber si podrá lograrlo. La evidencia estética en la obra se niega a morir, se transforma más bien permaneciendo el testimonio que obliga al artista a tomar partido por unas u otras opciones.

      Tiempo y espacio en una muestra artística, se convierten en elementos claves para desplegar preguntas que escenifiquen fragmentos de realidad que de otra manera pasarían desapercibidos. Se trata de fomentar diálogos entre distintos proyectos poniéndolos de relieve, construyendo a partir de ellos una perspectiva que reflejen la preocupación emergente sobre las tendencias contemporáneas. El arte evoluciona. Lo hace a través de la mirada -a menudo perpleja- de quien contempla una obra exigiendo progresos. El artista, ante su disyuntiva, cabila sobre qué hacer que pueda llamar la atención para avanzar materializando obcecadas ideas mentales, de forma que logre un trabajo artístico que impacte y se valore.

 

 

Barcelona, febrero del 2121.

©Teo Revilla Bravo  







martes, 2 de febrero de 2021

EL LECTOR

 


"El lector" obra del pintor simbolista suizo  Ferdinand  Hodler






 EL LECTOR

 

        Ser lector es una de las cosas más sobresalientes y maravillosas que me han sucedido en la vida, como sin duda le ha sucedido a todo amante de las letras. Todo comenzó con fábulas y cuentos narrados a pie de cuna, teniendo su continuación en el aprendizaje escolar donde letra y palabra constituían buena muestra de lo que la magia de los sonidos y de los signos pueden lograr alcanzar en un niño imaginativo, sensitivo e impresionable, absorto y boquiabierto cuando le leían en voz alta. Magia en la voz y en la forma escrita, que me llevó  temprano al dibujo de la palabra, ya que lo primero que perfilé sobre papel con un lapicero tras los habituales rayones fueron tímidas apariencias de letras transformadas en ilegibles garabatos; luego llegaría el dibujo. La lectura, la escritura y dibujo y puntura, forman parte esencial de mi vida desde el uso de razón.

            Recuerdo la imagen de mis mayores leyendo novelones, por entregas en aquella época, al pie de lumbre en los largos inviernos cántabros. Verlos y oírlos leer en voz alta, me llenaba de grandes interrogaciones sobre un mundo con enigmas por descubrir. Como si en vez de nacer con un pan bajo el brazo que se dice, lo hubiera hecho con un libro de imágenes descubriéndome página a página lo  sorprendente de la vida.

           En la adolescencia notas que la lectura se convierte en práctica permanente, que no hay ocupación mejor como afición y aprendizaje al ser una actividad que no decepciona y produce satisfacción pues a partir de ella puedes descubrir incontables existencias ajenas  a la propia. Hay una primera etapa en que se devoran libros de manera agitada y descontrolada, y es debido al ansia y a la prisa por conocer autores nuevos asumiendo que hay diferentes maneras de escribir y concebir el hecho literario. Es una etapa revolucionaria en la que no importa mucho cuáles sean los libros y sus autores pues nos hacemos simplemente adictos investigadores de sensaciones nuevas. Las letras, en esa edad, son alimento y aliento del alma para quienes las aman. Con el transcurso del tiempo, uno se va aplacando comenzando a ser selectivo y controlar mejor, al darse cuenta que no todo lo que se escribe es tan bueno ni tan importante como nos dicen y quisiéramos. Los gustos se van refinando y cambiando con la edad. Hay tanto por abarcar disponiendo tan poco tiempo para hacerlo, que hemos de aprender a seleccionar y averiguar aquello que encaja con nuestra sensibilidad tratando de cruzarnos con ese libro mágico que contenga en su interior alma y vida, esa historia que nos haga despertar a inquietudes y a la posibilidad de alargar el inagotable don del saber.

            No sé si hay algún método especial para impulsar el hábito de la lectura; lo que sí sé es que a la literatura, al arte en general, es mejor llegar de  manera personal y sin muchas influencias externas que pueden confundir o alinear ideológicamente en una dirección u otra, algo que atañe al crecimiento y discernimiento de la propia personalidad. Un libro lleva enseguida a otro, y éste a otro. Los métodos de lectura pueden ayudar, pero sin previa voluntad no son garantía de casi nada.

            Siempre hay un libro revelador, un libro sorpresa, un libro que nos aguarda para enseñarnos algo importante seduciéndonos de manera especial. En mi caso, avanzada la adolescencia, fue el hecho de caer en mis manos “Siddhartha” de Hermann Hesse. Siddhartha nos muestra el aprendizaje de un joven con grandes inquietudes espirituales, que va en busca de la verdad y la felicidad. Siddhartha, en ese recorrido vital que presenta la novela, entra en contacto con personajes que le van mostrando aspectos diferentes de la condición humana. En un lenguaje de alto contenido poético con una estructura narrativa diáfana, Hesse logra exponer algunos evidentes efectos del comportamiento humano, abogando por valores morales que necesariamente han de surgir de la libertad individual y la independencia de criterio de cada cual. Tanto por su contenido como por su belleza literaria, Siddhartha se convirtió en uno de los clásicos más leídos del siglo XX. No sé explicar mejor qué vi en ese libro que me iluminó a los dieciséis años, sí que fue revelador, que la vida tras muchas vicisitudes y acontecimientos cumple un ciclo necesario y que mientras se realiza va transformándose uno poco a poco hasta morir enlazado con el todo. Pudo haber sido otro autor, otros libros, pero fue el maestro alemán quien, con su talento demostrado manejado fluidamente con la sencillez de una propuesta literaria significativa y conmovedora, lo consiguió. Hubo otros de manera continuada que sobresalieron por sus grandes manifiestos, incógnitas y secretos, de tal modo que con el paso de los años me convertí en un devorador convulsivo de libros. Hasta de aquellos que parecían imposibles por complicados, confusos o por su efecto intelectual contenido. Leí a autores franceses, alemanes, italianos, ingleses, que me asombraron; lo hice con norteamericanos con mucho celo, pero me quedé sobre todo enganchado a los autores rusos por la importancia que cobraron en mí obras de Nikolai Gogol, Tolstoi y Dostoievski, esencialmente. Por afinidad y cercanía lingüística, me embebí luego, también con placer de lo asombroso del mágico boom latinoamericano, sin olvidarme de clásicos españoles y foráneos.  

            Algo importante: inculcar la afición a la lectura a niños y jóvenes, pues corren el peligro de quedarse enganchados en lo lúdico, universo a veces engañoso que les ofrece lo visual al que recurren con pasmosa facilidad. Que las nuevas generaciones sigan disfrutando del placer de la lectura, ha de ser uno de los fines principales de padres y educadores, que  logren ser luego personas preparadas para entender la vida propia y la ajena que les llega.

           Ser lector significa descubrir, indagar, tener intuiciones, manejarse con sensibilidad, fracasar con unas lecturas y ser premiados con otras, siempre  aprendiendo. Una cosa está clara: una vez hemos entrado a navegar por el  maravilloso orbe de los libros, no podremos ni desearemos dejar de hacerlo.

 

Barcelona.-22.-01.-2014.

©Teo Revilla Bravo.