ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

lunes, 31 de octubre de 2022

TENGO




"Mujer con sombrero" pintura de Henri Matisse





“Un poeta debe dejar huellas de su paso, no pruebas.

Solamente las huellas hacen soñar.”   René Char.

 

 

TENGO

 

Tengo muertes suspendidas que tiemblan

a la espera de no existir ni para ellas ni para

nadie. La belleza se pone sombreros de flores

esta tarde para ocultarse. Gráciles pájaros. 

Ligeros alados sueños. La corriente

de nuestra vida, en lo azul más profundo,

va acumulando aprehensibles pero Invisibles

condenas que poco a poco nos llevan

—en nave secreta y única— a lo inevitable.

 

Mientras tanto, pasión de tarde,  la vida,

balanceada con firmeza por tus ojos, amor,

aún respira en plenitud de crepúsculo.

 

Esencia de las cosas, dejemos todo —pálpitos,

proyectos— en manos del viento...



BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo





martes, 25 de octubre de 2022

LA PALABRA DEL POETA



                                                Obra de Marc Chagall, el pintor de la poesía.


                                                                       


  

 

    .

 LA PALABRA  DEL POETA

 

                   "La poesía era la poesía
                 y el humano era el humano
                 y ocurrió que ya casi nunca se encontraban
                 la una con el otro”.

               Isaac Golde , El libro de las transformaciones. 

 

 

    ¿A quién le habla el poeta? Se habla a sí mismo, a su propia condición como ser, a la esencia de las cosas que cobran sentido en su alma. Habla también a los otros desde la modestia creativa y la lealtad humana. De silencios, de un tiempo y de un espacio impreciso y atribulado que se abre a veces en el ánimo con rabiosa ironía y desesperanza; así mismo anima a la serena reflexión sobre el tiempo lleno de discordancias que vivimos, sabiendo que no hay Edén posible, sí un continuado e incómodo exilio. El poeta nos estimula a que nos detengamos un momento ante la emotividad existencial, y así sentir crecer la experiencia con que se intentan combatir los males que aquejan a la humanidad y al propio ser.

    La poesía forma parte de la realidad. Está hecha de una rica materia prima, a la que  llamamos palabra. El poeta se vale de ella, para descubrirnos el alma humana sumergiéndonos en un fructífero vivero que alienta en el lector la capacidad de soñar. Hay, debe de haber, ternura en los versos, pero también contundencia y denuncia cuando lo injusto duele por dentro. De la manera en que escribamos, dependerá que sepamos llegar a los otros. Lo importante es acertar con la idea, llevarla a la reflexión y elaborar eficazmente la construcción del poema. Las grandes obras no aparecen gritando a los cuatro vientos nuestro talento; las grandes obras aparecen susurrando pues manan directas de las fuentes del silencio, tierra propicia para que crezcan  plenas. La poesía es ritmo susurrado. Hay que hacerse poetas para susurrar esos silencios y acallar los gritos atronadores que con frecuencia asfixian y anulan las mentes. Que nada agobie ni chirríe. Que los versos sean transparencia, provecho y satisfacción, así como lectura intuitiva y gozosa.   

    Un conocimiento mejor de la palabra y sus mecanismos de interpretación, nos conducirán hacia una lectura enriquecedora. Todas las capacidades potenciales de la palabra, se han de utilizar para lograr sorprender, sugerir y emocionar. Seamos poetas de lo sencillo mediante el análisis de asociaciones que despierten las capacidades que encierran para hacer expresiva, sugerente y emotiva, la comunicación  escrita. Lo invisible, inspirador y sentido, requieren reflexión sobre nuestra presencia y situación en el mundo.

    Verso y poesía no son fielmente lo mismo. La poesía es una exégesis del instante único y mágico que ofrece el poeta. Todos sabemos que se escriben versos y versos, miles de versos, que suenan bien e incluso tienen una ordenación o arreglo estructural agradable, pero sin que en  ellos haya una partícula real de poesía al ser dictados de mecánicamente sin el elemento esencial del encantamiento, ese algo necesario y mágico que penetra más allá de la superficie de las cosas yendo hacia la sublimación que precede a toda obra de arte. Todos notamos cuándo estamos ante un buen poema, porque como decía alguien metafóricamente, tras su lectura desearíamos morirnos de indescriptible gozo.

 

Barcelona.Diciembre.2014.

©Teo Revilla Bravo.






sábado, 22 de octubre de 2022

QUÉ SIENTO AL SER VIEJO

 


"Viejo desnudo al sol" del pintor catalán Mariano Fortuny 







QUÉ SIENTO AL SER VIEJO (Relato)


        Un joven me preguntó, no hace mucho, qué sentía al ser viejo. Me cogió  desprevenido. Ni siquiera me había hecho yo esa pregunta, quizás porque no me considere viejo aunque me vea mayor. Cuando vio mi reacción de sorpresa, noté que se le cambiaba el rostro, que afluía en él una suerte de congoja quizás considerándose un imprudente al formular tal cuestión. Para animarle le dije que no se preocupara, que era una pregunta interesante, y tras reflexionar un instante añadí, que sobre todo tipo de apariencias hacerse viejo es también un regalo de la vida.

        Cierto que a veces me sorprenden los cambios de la persona que habita en mi espejo, pero no me preocupo mayormente, sé que es natural envejecer. En todo caso, no cambiaría lo que tengo y soy por un estómago más plano y fibroso, por más pelo o  unas cuantas canas menos. Me acepto. He aprendido con los años a no regañarme, a permitirme licencias simples como comer algunas cosas demás, a darme caprichos que antes condenaba con severidad, a estar en mi derecho de ser un poco desatento, desordenado y desoído, e incluso extravagante como pasar horas en el parque contemplando las nubes del cielo enamorándome de esa luna que suele llegar tempranera.

        Es una edad, en todo caso, complicada, ya que a algunos familiares y amigos me ha tocado verles irse de este mundo antes de tiempo sin tener la oportunidad de disfrutar la libertad de hacerse viejos como yo, doliéndose mi corazón a veces en exceso por cercanía y querencia de esas personas. Pero la edad también da privilegios como escribir palabras en el ordenador, inspirado o no, sabiendo que hay amigos virtuales que generosos me leen. También puedo estar despierto hasta que me caiga rendido de sueño sin tener que rendir cuentas a nadie ni preocuparme de horarios laborales. Cierto que a veces me inunda la nostalgia y lloro y escribo  poemas sentimentales como cuando era adolescente, pero me hace bien. También suelo pasear templadamente por la ciudad; o caminar por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo flácido cuando entro en el mar  para hacer un clavado en las olas dejándome plácidamente ir a expensas de las miradas que me lanzan, no sé si compasivas o risueñas, algunas jovencitas envueltas en bikinis que toman el sol en la arena. Ellas, aunque no piensen ni les altere lo de la edad, también se harán viejitas si tienen suerte.

        Se sufre. El cuerpo cambia. Pero ese abatimiento nos da fuerza y nos hace crecer en tenacidad. Un corazón que no se ha roto en algún sentido, es un corazón estéril, querrá decir que no ha tenido el privilegio de amar y ser amado. Me siento orgulloso por haber vivido lo suficiente como para conocer ampliamente ese sentimiento, de ver que mis cabellos se vuelven grises, y también de conservar la sonrisa de mi juventud antes de que aparezcan los surcos profundos e inevitablemente la borren.

        Volviendo a la pregunta del joven, podría responder: Me gusta ser viejo porque la vejez me hace más sabio y libre.

        Sé que no voy a vivir para siempre. Pero mientras esté aquí voy a hacerlo en lo que sea posible según mis propias leyes, que no son otras que las que me dicta el corazón. No voy a lamentarme por lo que no fue o no pudo ser, ni preocuparme por un devenir sin sorpresas. El tiempo que esté respirando en salud, seguiré amando la vida como lo he hecho hasta ahora cercano a los míos: el resto, qué remedio, lo dejo a voluntad del destino.


Barcelona, octubre del 2022.

©Teo Revilla Bravo  






martes, 18 de octubre de 2022

NO SOY MÁS..


"Viejo en pena" Obra de Vincent Van Gogh 1890






NO SOY MÁS...

 

                            “Cuanto me cuesta por vivir está

                          contenido en este asalto, en este temblor"

                                                                                   René Char.

 

No soy más que ámbito desnudo,

ruina crepuscular que se deteriora en un cuerpo

cansado, aún resistiendo templado el pulso

gravitatorio de días que flotan a la deriva.

 

Colmo e impotencia al fin,

la sangre se seca ante la inutilidad

de las cosas; la mirada se vacía y enturbia

en el cendal del alma; la garganta y la voz

—cólera del otoño sombrío,  pausas, silencios—

se acallan.

 

Inflexible voluntad el golpear del agua

sobre las piedras, la embriaguez de la palabra

cuando al ser poesía se transforma en tierra

Madre, en soporte y herramienta,

en claro interés de dicha.

 

Y esta voluntad de vivir afiebrado pese a todo,

que entre flamas me desprotege, 

desgarra y aniquila.




BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo







 

viernes, 14 de octubre de 2022

LLEGA


"Amantes" Obra de la pintora madrileña  Nicolleta Tomás






LLEGA

 

Llega el deseo amante, inclinándose,

desviando la bruma azulada escondida

en el bosque profundo  de la media tarde.

Robles, avellaneras, endrinos, moras,

por donde pasa la suave luz acariciando

las vitrinas abiertas de tu extenso cuerpo.

 

Los dedos lo recorren en invariable límite

de amor. La tempestad cesó y dejó de golpear

las ventanas del cielo rompiendo miedos,

despejando azulados flecos  donde felices

recorrernos —múltiples manos—,  reconocernos

colmados, plenos,  seres  casi eternos.


BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo






sábado, 8 de octubre de 2022

LA PALABRA POESÍA



Safo de Mitilene, conocida como Safo de lesbos, fue una poetisa griega de la época llamada arcaica. Más tarde los comentaristas griegos la incluyeron en la lista de "nuevas poetas líricas". Platón la catalogó como "la décima Musa" 


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LA PALABRA POESÍA

 

    La palabra poesía en la antigua Grecia abarcaba el concepto actual de literatura, pero el término significaba también “Hacer” en un sentido de creación o producción. Etimológicamente quería decir engendrar, dar a luz.

    El poeta era el hacedor, el que creaba una cosa que no existía anteriormente, y la expresión hacía referencia a todo acto creativo  fuese artesanal o artístico.

    La poesía era una forma lúdica de sentir la vida, una pulsión biológica como cultura, recordando que el cerebro hace cultura  y la cultura hace cerebro, por decirlo de una manera llana y sencilla. El juego es una condición necesaria para la misma existencia de la cultura. Sin el desenvolvimiento de una actitud lúdica, la cultura no es posible como no lo es tampoco ningún acto creativo.

    El poeta, para ser realmente libre, como cualquier otro creador en arte ha de tener sus propias reglas y restricciones creativas, ha de ser él mismo.

 

Barcelona, octubre del 2022. 

©Teo Revilla Bravo  






sábado, 1 de octubre de 2022

EL VIAJE

"Lluvia, vapor y velocidad"

 Obra de Turner, precursor tanto del impresionismo como de la abstracción pictórica. 






EL VIAJE

                            Dedicado a Alfonso Blanco, gran viajero.


    La vida es un viaje desde que se nace, un descubrimiento continuo paso a paso dado, a veces pleno de maravillas, otras de vicisitudes, pero siempre valioso para sumar sensaciones y formarnos a través del encuentro con un crisol de actitudes y ambientes humanos sorprendentes con sus culturas, idiomas, aspectos vitales y actitudes. Lo hallado en el camino sirve para formarnos como seres comunicativos, abiertos y solidarios.  

    El buen viajero necesita ver, con sus propios ojos, los espíritus de los lugares que visita; hacerse una idea clara de lo que se le ofrece; aprender, conquistar, y entrañar, entablando un diálogo afable con lo que le ofrece su andadura.

    Un viaje que hay que inventar y a menudo que reinventar con la sorpresa recibida a cada paso, con la emoción que brota de cada respiro. Narrarlo, dibujarlo, recrearlo, pues la sal y el gozo de todo viaje es la aventura y meterse en ella, es arriesgar estando dispuestos a cambiar el rumbo cuando es necesario.

    Un viaje en soledad. No puede ser de otro modo aunque mientras lo recorramos encontremos seres afines con los que compartir momentos. La introspección nos acompaña como seres únicos desde que nacemos. Es a través de ella que elegimos la manera de estar en el mundo, de agrandar la capacidad para reconocernos, cosmopolitas de vocación, eligiendo rutas y senderos que nos permitan vivir los lugares a los que llegamos, héroes capaces de lograr ser aquello que queremos ser.

    El viaje comienza antes de la partida, en la imaginación y apertura hacia el misterio. Saber que se va en pos de fronteras abiertas lejos de nacionalismos exacerbados que restan en lugar de sumar, achican la mirada, merman lo atrayente e impiden captar lo interesante que ofrece la vida y aprender.

    El viaje nos ayuda a formarnos, a vivir y a compartir, a ver cosas que el nativo no ve o no se percata de ellas por la fuerza de la  costumbre o porque simplemente no hay una sola verdad en la forma de mirar y afrontar la vida: la mezcla de conocimientos, nos beneficia en todos los sentidos.

    El viajero, cuando narra o cuenta lo andado vivido, nos hace imaginar situaciones abriéndose a caminos, desiertos, playas, bosques, aldeas, a mundos cálidos o helados, a pequeñas o grandes experiencias. Nos transporta al vuelo de la imaginación, agrandándolo en favor del arte y de libertad, reflejo de lo que significa la vida como  metáfora de lo posible.  


Barcelona, septiembre del 2022

©Teo Revilla Bravo