ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

sábado, 22 de abril de 2023

A VUELTAS CON LA POESÍA

 


El poeta tumbado, obra de Marc Chadall (1915)





A VUELTAS CON LA POESÍA


(con  gratitud a Mario Luengo, poeta y escritor chileno)

 

La poesía es intimidad, es sentimiento, es simplemente vida. Todas las manifestaciones que dan luz a la existencia, anidan en la poesía: inteligencia, lucidez, armonía, colores, emociones, y hondos afectos. La poesía es mimo, magia, alquimia en y del alma. Y es dolor, desazón, serenidad, belleza, melancolía y añoranza también.  Es símbolo y es visualización, señales que se reflejan a través de un estado de ánimo. La poesía es el yo y el tú, enfrentados a la angustia de existir y a la de dejar de existir. Es el ser frente al crudo devenir.

Cuando escribimos sobre poesía ha de intervenir, en el hecho de hacerlo, el deseo de trascender la razón y los oportunos pensamientos, bien en desvelos, bien en remansos de paz, o con la impetuosidad tempestiva que nos llevan a los desahogos para poder hallar la armonía métrico-visual que colme los sentidos ahí, precisamente ahí donde el valor sensorial supera el conceptual y los trasciende, donde cada parte es establecida y es concluyente.

Hay que ir superando momentos, al hacerse arte lo que vamos escribiendo, el forcejeo que se establece entre sistema y significado, entre lo imaginado o soñado y lo real, entre lo ácrono y lo atemporal, sensaciones  que con frecuencia aparecen en el debate reflexivo antes de fluir seguro el poema. Más allá de toda formación intelectual que se posea, hay que tratar de ir hacia la obra  fundiendo en ella inteligencia, exaltación, y sentimiento.

 

Los Vilos. Chile. 17 07 2014.   

©Teo Revilla Bravo





lunes, 17 de abril de 2023

POESÍA Y LIBERTAD

 



Joan Miró, conexión entre pintura y poesía.






 

POESÍA Y LIBERTAD

 

Escribir, dar sentido a lo escrito, como toda acción humana que se precie ha de ser libre, sin límites que achiquen o secuestren el pensamiento. Todo hecho humano loable, ha de partir de la libre autonomía y del respeto al otro, único sentido que puede tener la avenencia existencial. Hay que reafirmar la libertad (desde el derecho al placer de escribir) dando testimonio del recorrido llevado, de los conocimientos y experiencias logrados, de todo lo que sirve —como diría Rilke— para “Comprenderte como te comprende la tierra” ahondando en la existencia hasta lo más recóndito del ser.

Así nace la expresión literaria, poética, artística, y el concepto de un mundo infinito. La mirada crítica que hagamos sobre lo propio, ennoblecerá  nuestra existencia y ojalá que también la de otros. El fuego de la palabra, la pasión por las formas y el fondo, cumplen (si trascienden) su función al proyectar una emoción de plenitud.

Para que eso sea posible, hay que desarrollar sentimientos de manera prodigiosa, única cualidad de captar la belleza y su fuerza expresiva, así como la contundencia de la palabra y el verso escrito. Hemos de ser capaces de mostrar (dando identidad a nuestra forma de hacer) el mundo extraordinario de las cosas sencillas que en nosotros habitan. El objetivo: hallar la voz equilibrada, serena y noble, que conjugue compromiso y lirismo ahondando en la esencia de lo humano como razón de la propia existencia.

 

Barcelona, marzo del 2023.

©Teo Revilla Bravo






miércoles, 12 de abril de 2023

LA GENERACIÓN DEL 27

 








LA GENERACIÓN DEL 27

 

Grato es escribir sobre esta generación que tantos réditos ha dado a la literatura española desde  principio del siglo XX, algo que no se ha vuelto a repetir pese a la pléyade de buenos poetas que años después conformaron las siguientes generaciones.  Hacer un análisis poético de ella, es hacerlo desde dos ángulos complementarios: el del significado y el del significante. El significado de un poema nos lleva hacia un universo indeterminado lleno de sugerencias, heterogéneo y múltiple; el análisis del significante, tiene la función de explicar la expresividad de la obra, su valor fónico, escrito y rítmico, formas singulares con las que se presentan las ideas y los símbolos. Ambos aspectos, significado y significante como expresión y contenido, son inseparables.

Una de las características del grupo de esta generación tocada por la gracia de la genialidad poética, es la rima de la poesía tradicional que reclamaron: rimas asonantes, versos cortos, y estrofas populares como el romance, la copla o el mismo villancico. En el estilo vale destacar las imágenes directas llenas de contenido dramático, y la adjetivación más bien escasa pero con un alto valor significativo. Aún así, aún reivindicando las rimas, son estos poetas, curiosamente, quienes consagran el verso libre en la poesía española como manifestación normal, fruto de una libertad conquistada bien asentada en sus conciencias de escritores. De esta manera pudieron expresar el caos, el desorden y desequilibrio de un mundo sin principios ni baremos para los valores universales. En verso libre Lorca escribe “Poeta en Nueva York y deslumbra, y Vicente Aleixandre “La destrucción o el amor” otra genialidad.  

En otro orden de cosas, la admiración que estos poetas sienten por los clásicos (¡qué gran lección!), se refleja en su compromiso con la revalorización de la obra de Góngora y el respeto por los poetas renacentistas como Garcilaso de la Vega y por la poesía del Siglo de Oro en general.

Hay unos temas que son propios de la poesía de todos los tiempos, como el amor, la muerte, la soledad, el tiempo perdido, la plenitud, la incomunicación. Les une también la búsqueda de un lenguaje propio que aspire a la perfección, dejando obras magníficas plenas de libertad creadora. 

En definitiva, lo que aporta y es significativo de esta generación admirable, es la ampliación del terreno poético que sus poetas realizan. Todo, incluso lo más intrascendente y superficial, puede sostener un gran poema. Sólo hace falta una mirada que origine el milagro de convertir al mundo -y cuanto encierra- en posible materia artística. Algunos de ellos, para bien de todos, lo lograron.

 

 

Barcelona. Febrero. 2015.

©Teo Revilla Bravo.