ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

viernes, 17 de enero de 2025

LECTURAS

 


"Mujer leyendo con sombrilla" del pintor francés  Henri Matisse. 




LECTURAS 

Las obras literarias que sólo tienen una lectura dejan mucho que desear, algo sustancial falta y falla en ellas. Una buena novela exige ser asumida hallando las claves que captan el sentido que quiso darle el autor y el que posiblemente dé su lector.

A más y mejor lecturas, campos de cultivo de la persona, más investigación y respuestas conseguidas, mejor comprensión, interactuación y riqueza del texto, más cultura y educación al compartir el interés imaginativo por los personajes y los paisajes descritos por el autor, gozando y sufriendo con todo, elaborando significados, relacionando conceptos, asumiendo el espacio de tiempo como si fuera propio, rincón amable donde permanecer dure lo que dure la lectura y sus sensaciones.

Porque leer bien nos hace mejores, nos ayuda a descubrir aquello que del autor hay en uno mismo, ambos complementados en un mismo objetivo.

 

Barcelona, junio del 2024

© Teo Revilla Bravo




domingo, 5 de enero de 2025

LA TAREA DEL POETA

 

                  Retrato de Rainer María Rilke por Lautir, artista que vive y trabaja en Milán





LA TAREA DEL POETA  

 

Podríamos decir que la poesía es la entraña de la luz, lo más sensible y alborotado que el hombre siente ante el asombro de la vida, la medida justa de su profundo misterio. Al sentirla, escribirla o leerla, notamos plano a plano cómo se va desarrollando y revelando parte de ese misterio. Cada aspecto de la realidad nos influye, nos amiga con la sensibilidad, nos anima a interpretarla y transformarla a través de la palabra. La poesía es un arma “cargada de futuro”, que dijera Celaya, la máxima expresión para indagar sobre la vida, sus fases, sus problemas, todo aquello que liga a los hombres con el gran enigma existencial. A través de la poesía creamos lazos de solidaridad y amistad, conformando la idea de igualdad que debe regir entre los seres  humanos.

Al escribir, el poeta sabe que tiene en sus manos la mejor manera de poder apreciarla y compartirla, que estará junto a otros lectores que concretizarán y socializarán la labor, aun considerando que el término socializar (pensar que la poesía es un arma cargada de futuro) es para muchos críticos literarios pura ingenuidad. La poesía por desgracia no evita el hambre, la injusticia, la corrupción, la guerra, pero al igual que el resto de formas artísticas cumple su destino social. La cultura, la poesía, el arte, han nacido de la necesidad humana de libertad, de rebelión y mejora. Donde hay arte sabemos que hay un testimonio del espíritu humano manifestándose, prueba del ademán impulsor y rebelde del hombre.

Le preguntaron en una ocasión a Borges para qué servía la poesía, y el escritor, con esa inteligencia tan vivaz que le caracterizaba, respondió sin pensarlo: “¿Y para qué sirven los amaneceres?” La poesía no tiene consecuencias económicas prácticas. Con la poesía no se gana uno la vida ni puede hacer carrera social. Es otra historia, sirve para ganarnos el alma dando sentido real a nuestros valores como personas, es  lo que la ilumina, aquello que produce el hechizo que nos acerca a los mejores sueños y nos aleja de las peores pesadillas. El poeta ha de tener empeño en su ilusión creativa, ha de vigilar lo que ocurre dentro de sí y  lo que le ocurre fuera en ineludible insomnio mientras otros duermen, para preservar (alejado de fanatismos, ideologías, nacionalismos o poderes que ponen barreras entre los hombres) el misterio, la templanza, lo evidente solidario y bello, la convivencia, la justicia, la paz, el equilibrio, la ternura y bondad, el instinto noble ante lo desconocido, la percepción de lo futurible necesario, la misma muerte.

La poesía soporta y da naturaleza a la vida. Es su motor. Entendiéndolo de esa manera sabremos que el espíritu del poeta es saber adaptarse a la función de vivir, así como a las necesidades humanas que ha de colorear, como todo artista, dándole luz mediante el engarce de su imaginación. Según Shelley, la poesía es “El centro y la circunferencia del conocimiento, pues comprende todas las ciencias y todas a ella se debe referir”, apuntalando –alquimia de la virtud, faro del portento– el sueño más hermoso del hombre.


 Barcelona. Junio. 2015.

©Teo Revilla Bravo.




sábado, 21 de diciembre de 2024

EL PESO DEL MUNDO

 

"Levantando el peso del mundo", Creación de Cameron Grayson





EL PESO DEL MUNDO 

 

Esta alma dolida está en prisión permanente

muriendo poco a poco. De claustro  

puede ser. De ergástula esclavista pudiera

ser también. Lugar donde aprende a resignarse 

consumida, con semblante sin nombre, 

doliente de por vida como un gigante que entre 

la nada y el todo atolondrado respira.


Pese a todo, aprende a sostenerse en sí misma, 

dormida a revelaciones que conforman libertades 

soñadas como enormes mentiras sobre sudario

de oro o paja extendidas. Cuántas cuentas 

sangrantes de envejecidos rosarios rezados 

en años indivisos para caer al final extenuada 

sin pulso entre silencios, derribada por el peso 

disyuntivo de un mundo global, opresor e infinito.


BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo




martes, 10 de diciembre de 2024

VENTANAS AL PAISAJE


"Desayuno en la montaña" 2008. Obra de mí autoría.




 

VENTANAS AL PAISAJE


 

 En todo poema debería estar implícita una poética que por pura lógica no puede ser la misma para cada poeta ya que es intransferible, como tampoco puede serlo para cada lector pues constituye un ámbito de autónoma realidad. En mi caso trato de fundir, escribiendo (y también viviendo), lo sublime del cuerpo con lo sublime del espíritu, una forma de convertir el pasado en presente y el presente en pasado, de transmitir a la muerte la vida de las palabras, de hallar el sentido de la revelación creadora en cada suspiro, de abrir las ventanas al paisaje sorprendente de las consideraciones nobles, llenarse de él, oler, sentir, respirar.


Me niego a estar sujeto a tendencias y a grupos. Nunca me gustó sentirme atado a nada que condicione, necesito sentir que soy un creador íntimo e inusual cuya obra poética se concreta poco a poco llenándose de personal protagonismo. La añoranza del pasado, el erotismo, la pasión amorosa y la imaginación gravitan sobre mi obra, la llevan a mágicas realidades personales, a estados gratos y afectivos, lugares de lo sagrado lúcido y esencial, tras haber captado la perplejidad de lo aleatorio que conlleva el hecho de vivir.

 

Mientras haya lectores que asomados al paisaje se emocionen leyendo versos, habrá poesía.

 

 

Barcelona a mayo del 2024

© Teo Revilla Bravo




 

miércoles, 27 de noviembre de 2024

PERMANEZCO

 


"El último viaje del temerario" 1839 , de William Turner




PERMANEZCO 


 Permanezco detenido

en un cautiverio donde la sombra

me persigue y ciñe alargada

impidiendo, preso insomne,

el viaje emprendido  hacia

el descargo de entrever

y de alguna manera revelar,

fines, logros y alegrías.

               

El viento hace temblar la roca                                                              

que impide avanzar la nave,

envía órdenes al rayo,

calcina  retumbos y existencias,

derrite —conchas, caracolas—

lo vivo y  puro, busca anular

la bondad de verla navegar,

en clara pulsación y embelesos

marinos, atravesando los mares

en preludios de calmas y bravuras.

 

¿Hacia dónde pilota el misterio?

 

Tiempo de plenitud, destino

de extensos viajes y sueños,

de eternidad e intimidad batidos

por tanta ola de querer —canto

al viento—, en probidad,  feliz

y exaltado existir contigo.


BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo






 

martes, 12 de noviembre de 2024

LA POESÍA COMO AVENTURA




Chagall, poeta con alas de pintor





LA POESÍA COMO AVENTURA


            Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos? Nos lo dijo José Martí, poeta cubano.

                             

 Poesía es lo que está dentro de la voz, del lenguaje, de la palabra, en el aliento, en el alma, en todo lo noble y bello que nos rodea. Poder acercarse a ese interior y tratarlo debidamente depende de las circunstancias sociales e individuales de cada uno, sumadas a una profusión de ingénita sensibilidad. Todo cuanto nos rodea es poesía, si sabemos mirar: la contemplación, el pensamiento, la creatividad, el amor, el sentimiento, la solidaridad,  la vida, la muerte, el goce, el dolor…

Escribir es un riesgo que se corre, una aventura convertida en éxito o torpeza dependiendo como resulte, pues requiere vigilancia, control de la inteligencia y un conocimiento suficiente del idioma. La vida no es poesía, pero la poesía es vida. Tiene mucho de sagrado, de contemplativo y personal. A través de ella se bucea en lo oculto secreto para aflorarlo y revelarlo. Puede resultar alegre y festivo, así como turbador,  angustioso y triste, pues está en todas las realidades manifestándose como acto de fe.

Para escribir buena poesía hay que haber sufrido por una u otra causa, haber amado y gozado, haber percibido los sueños y avatares de la existencia. El poeta se enraíza en lo bueno y tormentoso que le toca vivir, escribiendo sobre ello por pura necesidad de desahogo. Lo que registra y luego escribe, son sombras y luces que le han permitido reparar en los propios errores y crecer. Hay que mantener abierta los fundamentos de la existencia para poder reinar sobre la muerte, y esto solo se consigue a través de la poesía, magnética relevancia musical que suena sobrecogiéndonos en nuestro paisaje interior, diálogo íntimo que se intenta aclarar por la imperiosa necesidad que tenemos de conocernos.

La palabra apareció, en los lejanos tiempos de la prehistoria, permitiéndonos el lujo de poder llevarla hasta el contacto directo con lo que sentimos. Con ella podemos explicarnos, tener la posibilidad de hacer hermosa literatura, llegar al otro. Como nos dice Swedenborg Levertov, la tarea del poeta es mantener abierta la comunicación ente el hombre y su imaginación, el hombre y sus sentidos, el hombre y el hombre, el hombre y la naturaleza, el hombre y los dioses”, una alianza entre el yo y el tú consagrando el momento en que la palabra se funde como nuevo lenguaje, pues los poetas escriben siempre las mismas cosas pero dándoles un matiz contrastado. El poeta tiene el deber de reconquistar la palabra olvidada, poblarla de luz, y llenarla de efectos y afectos.

El poeta, al que se le tendría que dar todas las facilidades para publicar y llegar a la gente porque ese es su fin en la sociedad, ha de lograr mostrar, inquietar, conmover, deleitar, encantar, instruir, iluminar, ha de hacer perceptible lo oculto desvelando su realidad, ya que su misión es converger con otros estableciendo un lazo de solidaridad universal.

 

Barcelona. Junio de 2015.

©Teo Revilla Bravo.

 

 


sábado, 2 de noviembre de 2024

VIENTO SÚBITO

 "El pensador", obra escultórico de Auguste Rodin





VIENTO SÚBITO

 

El viento súbito. Las nervaduras

inquietas de lo interno. El advenimiento

del frío enero. La gula  insaciable 

del momento. El pájaro volando rápido 

mientras poco a poco por el forado 

de la entreabierta ventana más allá 

de la absorta mirada se encoge el cuerpo.

 

En el embrión de un caracol sobre noches

cuajadas de estrellas gravitando,  

astral candor, invitada por la masa enérgica 

del universo, el alma se desplaza afrontando 

lo profundo  de su existencia flotando,

adormilada hebra desvaída sin arcanos ni secretos, 

entre arrullos y sones errantes propiciados 

por el deshabitado advenimiento del  esquivo 

—¡oh, inútil latido!— punto neutro de la nada.


BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo





viernes, 18 de octubre de 2024

SOBRE EL TODO Y LA NADA

 


"Decalcomanía" Obra del pintor belga René Magritte




SOBRE EL TODO Y LA NADA 

 

Interesante pararse un momento a pensar sobre la idea de Dios, de los átomos, del conocimiento del universo y sus complejidades, de todo aquello que se nos escapa por imposible siendo inseparable de la conciencia.

Está claro que cada uno lo vive a su manera, cree a su manera, lo intenta confirmar a su manera. Lo importante es llegar a una conclusión propia, que nos satisfaga. Para ello bueno es bucear en la ciencia, las religiones y otros tipos de doctrinas, a ver si en sus supuestas profundidades, habilidades y discernimientos, logramos hallar algún resultado fiable que nos aclare algo, de manera matemática, lógica o empírica.

La ciencia estudia, especula  y llega a conclusiones no siempre concluyentes; la idea de Dios lógicamente, es creada por el hombre para intentar entender qué somos y por qué andamos por aquí rellenando el tiempo como podemos, tan confundidos como temerosos, sin evidencias serias sobre nada con la vida y la muerte a cuestas.

“El universo está ahí y eso es todo”, diría Bertrand Russell.

 

Barcelona, abril del 2024


ARTE Y POESÍA III                                                                         

©Teo Revilla Bravo  


 



lunes, 7 de octubre de 2024

VERSE EN OTRA.

 



"Anciano afligido (en las puertas de la eternidad)"  Obra de Vincent Van Gogh.






VERSE EN OTRA.

 

Estoy ante un momento especial de la vida. Algo asustado ante los desequilibrios que bloquean poco a poco el cuerpo llenándolo de pequeñas incomodidades, pero enamorado de ese jirón de existencia que aún queda como flor que se resiste a marchitarse y morir.

Es posible que acabe llegando poco a poco una larga marea de olvidos, desconciertos y desánimos, a la larga de total inconsciencia e imposible toma de conocimiento de lo que esté sucediendo.

En ese hipotético caso olvidaré nombres de calles y ciudades, de mares, ríos y montañas, los números de teléfono retenidos, quién he sido y sigo siendo, qué he hecho y haré; no recordaré los amores ni los amigos que tuve, la familia, las gentes que con agrado traté, los libros leídos, los frutos artísticos que poco a poco maduré. Todo será pasto del olvido. Como me gusta escribir, temblará el boli con el que aún quiera seguir anotando aspectos trascendentales en el cuaderno de contar la vida, como lo hará el libro entre las manos mientras quiera seguir leyendo aunque no me entere de nada, el pincel ante la tela de pintar, los dedos ante las teclas del piano o el tenedor a la hora de comer, pensando si puedo pensar que estoy ante algún desarreglo neurológico por culpa de los ataques que regala la vejez, pues llega un momento que se cierra la mente y se niega a regir.

Llegará un día en que despertaré por la mañana y no reconoceré el cuarto en el que pasé la noche: estaré entonces ante una situación bien distinta fuera de casa, necesitado de atención en un centro especializado.

Ojalá acabe siendo un viejto feliz con o sin Alzheimer. De los que no se enteran de nada y nada esperan. Con cambios de humor, imprecisas miradas y risas dirigidas a todos los lados y a ninguna parte, habiéndole desaparecido los sustantivos más simples y el lenguaje más común con que pronunciarse, al igual que el equilibrio, el control motor del cuerpo y la autonomía del sistema nervioso tan necesario. Seré un viejto feliz, sí, caído en la absoluta inconsciencia, antesala del lógico final. Cuando ese momento llegue, amigos, si no llega antes, habrá que verse en otra. 

A saber dónde. Quizás en el  mundo alternativo del todo y del jamás de donde vinimos.

 

Barcelona, septiembre del 2024.


             ARTE Y POESÍA III                                                                         

©Teo Revilla Bravo





jueves, 26 de septiembre de 2024

DEJAR…

 

Obra del pintor ruso Eugeni Balaskshin




DEJAR… 

 

Dejar crecer el optimismo.

Sentir cómo el jardín se cubre de bellas

flores y la vida pese a todo sigue abriéndose

paso. Pensar, soñando despiertos,

en un  prometedor futuro que nos lleve

al otro lado del muro.

Sin tabúes ni prohibiciones,

abriendo las puertas edénicas

—mirlos buscando alturas de álamos,

diría el poeta— volátiles, libres, fuertes,

revolucionarios.

Abordando los prodigiosos detalles

 —sorprendentes himnos de amor,

fábulas, soles y fuentes —

de lo que sin saberlo entre auroras

y mágicas noches luminosos van brotando.

 

Ingenuidad sin duda entresueños

idealistas, humos que se pierden entre

desgarros sufridos en noche asolada.

 

Solo el amor nos salva,

evita los oscuros desórdenes del miedo,

y nos calma.

 

El resto, tan solo en un olvido cabe.



BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo