ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 27 de noviembre de 2018

IZAN


"Retrato de Izan", año 2011. 
Obra de mi autoría inspirada en una fotografía realizada en los alrededores de Salcedillo, en la maravillosa Montaña Palentina.









IZAN

 

Querido Izan:

                      la vida en este fluir ligero

del tiempo seguirá visitando tu enorme

corazón de niño valeroso, de niño inteligente

vibrante, hermoso y bueno.

 

En tus ojos abiertos, resplandecientes

como cielos cubiertos de hermosos

pájaroslibres alas hacia el misterio,

se despueblan dolencias y sinsabores,

se asientan frágiles libélulas, lunas 

y estrellas transparentes, caballitos alados,

se refleja el  fragor creciente de los soles, 

crecen fortalezas, nacen sueños y risas, 

se obran milagros del color del oro.

 

La constancia inquieta libre como la brisa 

que sale al paso,se va reconociendo en tu rostro 

de niño transparente, de niño sensible, 

sabiamente aventurero, animoso y calmo.

 

Álzame en tu noble aliento. Llévame 

sin peso en la blanca palma de tu mano 

hilos sostenibles de apegocubriendo

el prometedor horizonte de tus años.




“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.







viernes, 23 de noviembre de 2018

CONSIDERACIONES EN TORNO A LA OBRA PICTÓRICA DE IRENE GOMIS


Obra de Irene Gomis Galán








CONSIDERACIONES EN TORNO A LA OBRA PICTÓRICA DE IRENE GOMIS


      Esta reseña sobre la obra plástica de Irene Gomis, agudiza en el opinante (ese que uno siempre tiene recelos de ser) la visión o instinto necesario de ahondar aún más en la percepción de la misma, de centrarse en el trabajo de una artista valiente y arriesgada que hila, con suaves filamentos de emociones, una madeja de hechizos artísticos sin duda sensibles, bellos, singulares. Se trata de un discurso estético de íntimo sentimiento, que se despliega sorprendente ante los ojos del espectador con  suma originalidad, desde basamentos creativos personificados y sobresalientes en los que sin querer se deja envolver y deslumbrar. Fundamentado en ello pretendo, a través de claras limitaciones, en lo que me es posible  tras esto glosar.

La obra pictórica de Irene Gomis, abre puertas a un panorama atemporal que al instante impresiona y contagia: se trata de la contemplación de un prodigioso universo, artístico, creativo singular. Y lo hace (desde la humildad que confiere a todo mago de la sutileza, de la veladura, de la poesía en color y del poder del encantamiento) mediante la atractiva textura, introduciéndonos en un cosmos de ensueños que parece real y posible. Todo ello a través de ambientes ciclópeos envueltos en una gama de suaves veladuras y fértiles neblinas de color, imágenes cargadas de aquietado  sortilegio, simbolismo más real que secreto, perceptivo y sugerente, ajustado a la aventurada incursión de la artista en una atmósfera cercana, donde las cosas que la habitan, aparentemente estáticas o insinuadas, quedan sumidas en aleve fantasía, libres, contrastadas y flotantes, envueltas en una hermosa atmósfera, plasmación que nos congratula con la existencia bucólica y emocional de un retiro compartido con la pintora.

En este rico universo, Irene Gomis configura, tanto en sus elementos gráficos como en su obra más pictórica y cargada de materia, ideas e imágenes que reafirman una personalidad en constante superación a través las técnicas y modos elegidos. Obra a obra se crece, sorprendiéndonos gratamente desde la humildad y sencillez que su calidez humana y su personalidad creativa desprenden. Los dibujos, esas líneas sutiles y sublimadas, la estructura de las composiciones que se enaltecen tenuemente con el color son, en Irene Gomis, grafismos acertados; vértigos sensibles y disciplinados en armonía fructuosa sugerida en una primera impresión de la obra, dejándonos un eco deslumbrante, impreciso y complaciente. Son suaves pero dinámicas exhalaciones; son matices que se abrazan rozando con frecuencia el simbolismo encantador que nos ofrece serena quietud. Su pintura va regalando estímulos que nos alcanzan y atrapan con mensajes diversos, insinuantes y sugerentes, llegados a través de la belleza y el ensalmo que originan, algo primordial y necesario en arte...

         Estamos ante una entelequia ideal ofrecida a través del magnetismo de una pintora en estado de gracia; una pintora con fuerte distintivo personal favorecida por el don del poder creacional, de la facultad para imaginar e ilustrar el encantamiento poético desde la experiencia propia que hacer llegar serenamente al espectador. Irene Gomis, aporta así, con cuidadosa exigencia y mimada experiencia, esencias cabales de un conjunto creativo abierto al conocimiento emocional y a la lectura apasionada y complaciente -pensamiento o reflexión expresiva- del hecho artístico. Su obra experimenta una solidez nada rígida y sí vehemente, producida a través de una acción en constante avance y perspicacia imaginativa que no deja indiferente.

Una luz, una atmósfera y sus diversas intensidades en conexión permanente, aparecen en la tela formando ambientes trenzados, de donde escapan súbitos deslumbramientos  –universo prodigioso-, mientras la misma perspectiva de la composición se difumina suavemente acoplándose a una atmósfera niquelada de transparencias, todo ello entre sutiles veladuras. Elementos con los que tenemos la sensación de apreciar una unidad, algo admirable, instintivamente reconocido y felizmente recuperado emocionalmente como ese algo necesario y esencial que con frecuencia sentimos que nos falta.

Nos encontramos ante una obra con capacidad para olvidar senderos ya trillados y recorrer otros nuevos, que sean inventivos,  sin líneas divisorias, suaves y como sin hacer ruido. Una obra que va conformando un ámbito de gran belleza plástica, fórmula particular de entender y querer expresar –a través del complejo mundo del arte- un ligado de iluminarias que graviten como sortilegios bellamente orquestados, algo que aovilla bien con una fórmula sobrecogedora y sistemática, de gran calado emocional. 

      La flexibilidad y originalidad de sus enunciados son otra característica de su experiencia y de su exigencia, ya que planifica y lleva a la práctica, con meticulosidad, orden y acierto, la difusión de una función diferente, de difícil ubicación a la hora de elaborar ese cosmos repleto de naturalidad que ella expresa y plantea con técnicas precisas y motivadoras. Irene propone al espectador, una especie de teorema de las formas creativas en constante y rica innovación, entre soledades y silencios que nos crecen, que nos hablan, que nos protegen y habitan. Todo ello desde intransferibles elementos sutilmente novedosos, sensibles y lúcidos, que avanzan sin hacer ruido desde la inmediatez de lo admirable.

Se diría que la labor del artista en Irene Gomis es romper ligaduras tenuemente, tratando de poner fin, mediante la belleza y serenidad de su obra, inquietudes abisales que aquejan a la condición humana. Dejémonos llevar por esta esforzada y apreciada nigromante del arte, arropados por esa luz mágica plena de colores, generosa y sensitiva, conmovedora y prodigiosa, plena de genialidad y hechizo.  



Barcelona.-02.-06.-2010 
©Teo Revilla Bravo.


 

martes, 20 de noviembre de 2018

LOS SENTIDOS


"Los cinco sentidos" Obra del pintor austríaco, Hans Makart, diseñador y decorador muy apreciado en su época,  con gran influencia sobre Gustav Klimt entre otros artistas.









LOS SENTIDOS


Los sentidos callan. La hora de los dioses

se carga de tiempo ahí donde se insertan 

suspiros, libros, cuadernos, viajes, regresos,

grises o claros amaneceres, rosas, amapolas

y magnolias florecidas en el jardín de la vida

como agraciados poemas, salmos entonados

al amor de tu amor y a los hijos del amor.

 

Cuántas nubes de azul plateado arracimadas

en la primavera, recorrieron los cielos desde

los lejanos días del barrio del Rio; cuántos

vientos,  nubes, lluvias y nieves pasaron,

cuántos soles, alegrías y penas en el trasiego

humano de la vida, dorados por los magnéticos 

crepúsculos de la sentimental memoria.

 

Todo pasa veloz como el fluir de las aguas

del río de la vida. Juntos —dedicación, ternura,

amor, hijos, desvelos— seguimos el recorrido

existencial, galopantes galgos de la ventura.

 

Vidas en presente. Testigos de dolor y gozos,

que tras perder su sentido nos lanzan pertinentes

hacia la nada de la nada en eternal olvido.  





“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo





jueves, 15 de noviembre de 2018

ALGO MÁS SOBRE LA CRÍTICA ARTÍSTICO-LITERARIA


Obra de Luis Gordillo. "Serie Luna" (1977)  Museo Reina Sofía. 






ALGO MÁS SOBRE LA CRÍTICA ARTÍSTICO-LITERARIA



Comenzaré diciendo que toda crítica es labor complicada, casi siempre de una manera u otra maniquea, aún sin pretenderlo. Lo primero a tener en cuenta es que hay que ir con sumo cuidado en cualquier valoración que se haga de una obra, no usar el contenido a tratar como pretexto para descargar frustraciones propias o prejuicios personales, ni para el exhibicionismo de quien la practica de una manera altamente y egocéntricamente descarada y lamentable, bien porque crea que le avala una experiencia, una carrera, una profesionalidad, un medio persuasivo cualquiera con sus intereses y sus fines. Hay que evitar hacer retórica –suplantación del objetivo a través del crecimiento del propio yo-, partiendo de aquello que se pretende juzgar para tratar de minimizarlo o ridiculizarlo; hay que quedar, en lo posible, al margen de toda tentativa de no llevarlo a nuestro terreno más particular e interesado; algo que, aún dificultoso, es recomendable  si se quiere ser honesto; hay que saber, en fin, librarse de la propia carga, de los prejuicios que se tengan del autor –separar la obra del hombre- y llenarse previamente de curiosidad y de interrogaciones, mirando la obra con minucia, apertura, transparencia y detenimiento. Después intentaremos desentrañar qué vemos, qué nos emociona o nos causa admiración, y dejar constancia de ello con franqueza, concordia y naturalidad.




Para elaborar una crítica hay que partir, en lo posible, de esa  vacuidad que nos proporciona el no caer en condicionamientos previos, ni en seguidismos interesados, desechando criterios y baremos predeterminados que pueden llegar a ser tendenciosos. Hay que intentar el análisis, desde un estado “transparente”, reflejado en el espejo de la agitación voluntariosa atenta ante la novedad que se nos presenta. Los patrones críticos al uso, varían según el momento y según las personas –juicio condicionado, vigencia de unas corrientes sobre otras-. Los esquemas establecidos de esta manera, obedecen a unas reglas predeterminadas o ideologizadas donde no debiera haber pauta ninguna concreta, ya que no deja de ser un argumento sujeto a giros arbitrarios y con frecuencia sumisos a fuertes provechos, algo siempre transitorio y entorpecedor en la crítica literaria; por tanto, estos esquemas predeterminados, resultan con frecuencia volátiles y aleatorios como para atribuirles credibilidad, ya que el rumbo de la valoración artística o literaria ha de ser relativo y subjetivo, no condicionado, a menudo empobrecido y emponzoñado por coordenadas ético-culturales de los poderes manifiestos cargados de fuertes intereses.

La crítica ha de centrarse exclusivamente en la valoración  y análisis, ajena a cualquier convencionalismo propio o ajeno. La observación desapasionada y sin prejuicios, libre, nacida desde la sensible intuición y autenticidad,  es sin duda la que mejor reflejará con sinceridad el modo de acercarnos a un autor y a su obra, sentirla y valorarla, algo que no deja de ser complejo y arriesgado como lo es toda reflexión, observancia o análisis sinceros,  aunque estén condicionados –es inevitable-por la propia manera de ser, ver, intuir, concebir, pensar. 



Barcelona.-03.-02.-2012.

©Teo Revilla Bravo.

lunes, 12 de noviembre de 2018

HACIA DÓNDE VA EL ARTE


 "La mesa", obra cubista de Georges Braque








HACIA DÓNDE VA EL ARTE

                                                       (Algunas consideraciones)          


La pregunta, siempre relevante, de hacia dónde se dirige el arte como camino que se abre paso constantemente y se proyecta como corriente incesante y necesaria, es una gran incógnita. Parte de la percepción del presente con todo su legado, avanzando hacia un futuro incierto y desconocido.

La obra de arte, como tal, no debería significar,  sino ser por sí misma creciendo en la sensibilidad, magia y conciencia, de las personas que le son receptoras, con arraigo, sutileza, y evidente deseo de trasformación. El arte es una manera de sentir y, como tal, de pensar,  remover, engranar; de alguna manera, de concienciar y sensibilizar mientras nos va gratificando con su poder de asombro. El arte no es un mero objeto estético; el arte es un vehículo emotivo, necesario  para sensibilizar las necesidades del espíritu humano de cada época. 

El artista vive para su obra. Intenta darle vida propia, e interpretarla como algo superior a sí mismo y a su realidad. De esta manera, emerge libre, se sitúa e involucra- más allá de la idea y de su interpretación- en una dimensión luminosa -casi podríamos decir que sagrada-, incorporándose y revelándose tenazmente de revolucionaria forma.

Vivimos un momento de debate constante. Un período confuso en el que en apariencia cualquier objeto o cosa puede presentarse ante el espectador como obra de arte, pudiendo estar hecha de cualquier tipo de material no importa mucho qué. Un momento confuso, decía, donde no existen criterios claros en virtud de que sean o no sean obras de arte, sino montajes que tienden más hacia el espectáculo o la provocación; sabemos que hoy triunfa lo “feo”.

La definición entre obras de arte y meros objetos, es decisiva y compleja, ya que no reside en algo que el ojo pueda ver y controlar: esos objetos u obras que nos agradan unas veces y nos desconciertan otras,  montados y observados dentro de una galería de arte, nos hacen detenernos un momento, quizás para reflexionar; o simplemente para desconcertarnos por imprecisos,  con la sensación de que nos han tomado el pelo o se han reído de nosotros quienes como arte lo han considerado, pues cuando esos objetos se desmontan, se sacan del contexto expositivo en que están y se dejan en la calle al lado del contenedor de basuras más cercano como algo inservible, han dejado de ser supuestos objetos de arte para pasar a ser simples desechos sin ningún interés especial. La discusión entre significar y ser, es un punto de partida para intentar definir todo esto y desarrollar una perspectiva crítica: hay que preguntarse de qué manera el significado está incorporado –si es que hemos logrado tomar conciencia de ello- en la obra u objeto, ya que hay un problema a la hora de distinguir entre no ser nada y ser sobre nada. Quizás se pueda entender mejor esto, cuando las imágenes van más allá de las defensas y prejuicios del conocimiento golpeando en las almas del espectador.

Hay que mirar la verdad en el arte, como algo que hay que descubrir; hay que interactuar en él con él; sentir una verdad desnuda y sin tópicos que podamos hacer nuestra y signifique deslumbramiento, revelación, transformación. El arte muestra la relación entre la sociedad y el espíritu global que la atraviesa. Esa verdad es una suerte de interface, a través de las muestras sensibles que produce. Por tanto, es una entidad compleja, necesaria en un mundo donde la cultura evoluciona constantemente.

Hegel sostiene que “El arte comparte con la filosofía las más profundas verdades del espíritu”. En este sentido obraría como una presentación de la verdad que intentamos hallar -como la tradicional metáfora del espejo de la mente-, surgiendo y relumbrando con gran velocidad y urgencia, rodando como una gran ola de brillantez, agudeza, sabiduría y entretenimiento, volteando en el vacío mental sin límites, cambiando y trascendiendo para alcanzar una expresividad que produzca  trance contemplativo…


¿Hacia dónde va el arte? Creo que no hay respuesta, que camina y da pasos transformándose poco a poco  con la misma humanidad, de la que no deja de ser reflejo.


Barcelona.-2011.
©Teo Revilla Bravo.




viernes, 9 de noviembre de 2018

BREVE INFORME


"Viejo desnudo" Obra de Mariano Fortuny.


Mariano Fortuny nació en Reus (Tarragona) el 11 de julio de 1838. , está considerado uno de los mejores pintores del siglo diecinueve. 









Breve informe:

                      hoy,

nada que revelar.

 

Desaparecido, desnudo, solo,

perdido estoy en lo más profundo

de mí mismo sin ser visto ni oído,

amagado tras los desperdicios

emocionales que señala perentoria

la pálida hora del gris otoño.



“SOLEDADES” (Provisional)
Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.


viernes, 2 de noviembre de 2018

CUERDA DEL VIOLÍN


"Violín, obra de Narim Crafts







CUERDA DEL VIOLÍN


Estás ahí, cuerda de violín,

conmoviendo en ágil mano,

arco que agita luminosos y sonoros 

relámpagos, ofreciendo asombros.

 

Asomado al espejo de tus ojos

cambiando sonrisa por lágrima,

en rápida libertad de sentirte

tocar ensimismado me quedo.


No sé si existe la isla soñada

que como sosegada razón de ser

en especial sonido nos aísle,

pero hoy sin violín real,

sin Paganini ni Bela Bartó

posibles, la melodía ilusionante 

del corazón en excelsa

exégesis cual noche constelada 

en armónicas cadencias se distiende. 

           


           “SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.