"La mesa", obra cubista de Georges Braque
HACIA DÓNDE VA EL ARTE
(Algunas consideraciones)
La
pregunta, siempre relevante, de hacia dónde se dirige el arte como camino que
se abre paso constantemente y se proyecta como corriente incesante y necesaria,
es una gran incógnita. Parte de la percepción del presente con todo su legado,
avanzando hacia un futuro incierto y desconocido.
La obra de
arte, como tal, no debería significar, sino ser por sí misma creciendo en
la sensibilidad, magia y conciencia, de las personas que le son receptoras, con
arraigo, sutileza, y evidente deseo de trasformación. El arte es una manera de
sentir y, como tal, de pensar, remover, engranar; de alguna manera, de
concienciar y sensibilizar mientras nos va gratificando con su poder de
asombro. El arte no es un mero objeto estético; el arte es un vehículo emotivo,
necesario para sensibilizar las necesidades del espíritu humano de cada
época.
El artista
vive para su obra. Intenta darle vida propia, e interpretarla como algo
superior a sí mismo y a su realidad. De esta manera, emerge libre, se sitúa e
involucra- más allá de la idea y de su interpretación- en una dimensión luminosa
-casi podríamos decir que sagrada-, incorporándose y revelándose tenazmente de revolucionaria
forma.
Vivimos un
momento de debate constante. Un período confuso en el que en apariencia
cualquier objeto o cosa puede presentarse ante el espectador como obra de arte,
pudiendo estar hecha de cualquier tipo de material no importa mucho qué.
Un momento confuso, decía, donde no existen criterios claros en virtud de que
sean o no sean obras de arte, sino montajes que tienden más hacia el
espectáculo o la provocación; sabemos que hoy triunfa lo “feo”.
La
definición entre obras de arte y meros objetos, es decisiva y compleja, ya que
no reside en algo que el ojo pueda ver y controlar: esos objetos u obras que
nos agradan unas veces y nos desconciertan otras, montados y observados
dentro de una galería de arte, nos hacen detenernos un momento, quizás para
reflexionar; o simplemente para desconcertarnos por imprecisos, con la
sensación de que nos han tomado el pelo o se han reído de nosotros quienes como
arte lo han considerado, pues cuando esos objetos se desmontan, se sacan del
contexto expositivo en que están y se dejan en la calle al lado del contenedor
de basuras más cercano como algo inservible, han dejado de ser supuestos
objetos de arte para pasar a ser simples desechos sin ningún interés especial.
La discusión entre significar y ser, es un punto de partida para intentar
definir todo esto y desarrollar una perspectiva crítica: hay que preguntarse de
qué manera el significado está incorporado –si es que hemos logrado tomar
conciencia de ello- en la obra u objeto, ya que hay un problema a la hora de
distinguir entre no ser nada y ser sobre nada. Quizás se pueda entender mejor
esto, cuando las imágenes van más allá de las defensas y prejuicios del
conocimiento golpeando en las almas del espectador.
Hay que
mirar la verdad en el arte, como algo que hay que descubrir; hay que
interactuar en él con él; sentir una verdad desnuda y sin tópicos que podamos
hacer nuestra y signifique deslumbramiento, revelación, transformación. El arte
muestra la relación entre la sociedad y el espíritu global que la atraviesa.
Esa verdad es una suerte de interface, a través de las muestras sensibles que
produce. Por tanto, es una entidad compleja, necesaria en un mundo donde la
cultura evoluciona constantemente.
Hegel
sostiene que “El arte comparte con la filosofía las más profundas verdades del
espíritu”. En este sentido obraría como una presentación de la verdad que
intentamos hallar -como la tradicional metáfora del espejo de la mente-,
surgiendo y relumbrando con gran velocidad y urgencia, rodando como una gran
ola de brillantez, agudeza, sabiduría y entretenimiento, volteando en el vacío
mental sin límites, cambiando y trascendiendo para alcanzar una expresividad
que produzca trance contemplativo…
¿Hacia
dónde va el arte? Creo que no hay respuesta, que camina y da pasos
transformándose poco a poco con la misma humanidad, de la que no deja de
ser reflejo.
Barcelona.-2011.
©Teo Revilla Bravo.
Hacia donde van los besos que ya no das mas?
ResponderEliminaro el amor desaparecido de tu alma?
Hacia donde van las cosas? no importa
disfrutalas
me ha encantado lo que has escrito saludos desde Miami
A dónde van los besos que no damos, que guardamos, cantaba Víctor Manuel, me lo has hecho recordar, Recomenzar....(no sé tu nombre). El arte, indudablemente, sigue su camino, es el faro que nos ilumina cuando andamos algo perdidos.
EliminarUn abrazo.
Ahora, a la sesentera, si puedo y me dejan, sólo deseo ser, aparte de poeta que intenta escribir bien, e indolente pintor que también, esa persona buena y algo esquiva a la que algunos llaman con afecto Teo.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo ¿debe ser la edad que nos canta bajito haciendo de nuestras pinturas y versos lugares infinitos???
Se agradece su comentario
Gracias, Mi nombre o Mucha, o como quieras llamarte. Has entresacado aspectos de mi presentación de los que estoy convencido...
EliminarUn abrazo.
Lo que importa más que intentar definirlo o encuadrarlo, es que siga su trayecto en permanente transformación, nos guste o no, creo que el arte tiene eso de infinito y que tiene la virtud en ocasiones de enroscarse y volver como en un bucle espacio temporal a las maravillas que siempre esperamos de él. Besitos.
ResponderEliminarPues, sí: será, por otro lado, inevitable. El arte camina junto al hombre, aunque no sé bien quién orienta a quién...
EliminarBesos, Karyn.
Te has lucido con este, digamos, artículo, amigo. Parece que intentas responder mis preguntas al respecto...y en mucho lo logras, o, al menos me satifacen mucho las últimas palabras, que asumo, en plenitud de comunión, como respuesta a mis interiores inquietudes:"Creo que no hay respuesta, que camina y da pasos, transformándose poco a poco con la misma humanidad de la que no deja de ser reflejo." Con sinceridad, te agradezco esta entrada.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Cómo me alegra tu comentario, amigo José. Y cómo te agradezco tus palabras al probarlo y reafirmarlo.
EliminarUN abrazo grande.
¿Hacia dónde va el arte? No lo sé, pero sí creo que lo importante es que ese arte abstracto para algunos, luminoso y brillante para otros, siga caminando dejando su huella, sus formas, su verdad que no es otra, (como bien dices) que el reflejo de la humanidad. Un abrazo Teo
ResponderEliminarEstoy contigo, Raquel, subscribo cada una de tus palabras.
EliminarUn abrazo y que este tiempo venga con luz y optimismo.