"La canción de amor" 1914. Pintura onírica de Giorgio de Chirico. Años antes del surrealismo, el artista italiano ya nos introduce en paisajes de sueños....
VALORES DE UNA CANCIÓN
Al escuchar una canción se nos está invitando a detenernos un momento, a frenar el convulso ritmo impuesto a nuestras vidas. No solo con notas y colores aparecidos en una agradable sinfonía, sea de temática popular, folk, pop, flamenco, rock o jazz, entre otras, sino que también introduciéndonos de alguna manera en el amplísimo archivo musical de la humanidad, enorme fonoteca reducida al mínimo en nuestro aparato particular de escuchar música.
El compositor juega con bellas imágenes a crear o recrear mundos, a menudo tan cercanos como efímeros, otras por fortuna duraderos. La buena canción suele aparecer tras la llegada de una idea poética que el músico traduce en pentagramas, verdadera celebración de los detalles sonoros que hermosamente prodiga la vida. “El cosmos en lo cotidiano”, diría de este hecho milagroso el cantautor Jorge Drexler, quien cita a su vez en una entrevista al filósofo español Antonio Escohotado, afirmando que“La realidad es infinitamente densa y cuanto más te acercas a ella más detalles tiene”. Saber recoger esos pormenores es el acierto o desacierto del compositor. En todo caso, su andadura artística, la voluntad de generar vibraciones armoniosas que salpiquen el alma de emoción y sentimiento.
Idóneos para trabajar la convivencia, los beneficios de una buena canción son múltiples. Ya lo es desde la infancia, al mejorar la organización de sonidos y silencios, de la atención y concentración, del mismo aprendizaje del infante. Las sensaciones benefactoras se aceleran, los hace seres más entusiastas y melómanos, pues incrementa en ellos la capacidad de memorizar, así como la de aliviar el inevitable estrés al que se ven sometidos. La buena tonada, facilita siempre la conciliación con la vida, la elevación de los ánimos.
La canción en general produce sentimientos y emociones, los evoca sutil y rítmicamente. Su contenido musical con o sin letras, aporta claves y mensajes en confidencia emotiva, así como valores solidarios de amistad, justicia, esperanza o pacifismo. Es la soñada libertad, la expresión libre del espíritu, el emotivo momento vivido en armonía.
El hombre tiende a ir hacia ese instante soñado, preñado de poética sustancia, necesitado de percibir la gran intensidad que prodiga la belleza de vivir.
Barcelona, junio del 2020
©Teo Revilla Bravo.