«La atmósfera norteña, los colores del campo, los bosques y la sierra, la naturaleza siempre esplendorosa de los contornos cántabros y palentinos, unido al ambiente especial generado en la cuenca minera barruelana con sus vidas marcadas por la cercanía de la muerte, la angustia y la esperanza, hicieron brotar en mí el sentimiento y la sensibilidad que muy temprano me llevaron a la poesía y a la pintura, así como a toda forma de arte, pábulos de expresión y vida»
"Saturno devorando a sus hijos", perteneciente a la serie de las Pinturas negras de Francisco de Goya.
¿HACIA DÓNDE VAMOS?
El poeta se pregunta:¿Hacia dónde vamos sumergidos si no ahogados en el tráfago urbano que desmedidos ydesbordados creamos y vivimos? Como Saturno devoraba a sus hijos, la ciudad lo hace con sus pobladores convirtiéndolos, a base de frenética actividad y barahúnda confusión, en incomunicables islas.
La soledad de las personas, es cada día más notoria y triste. Nos convierte en seres sin capacidad ni vocación de comunicarnos yendo maquinalmente a la deriva. El paso del tiempo, inexorablemente, nos va aniquilando. Por eso el poeta escribe, anclado en su recurso sentimental, versos y más versos a la luz de la luna esperando hallar en ello mejores amaneceres.
Los problemas, las inquietudes que se tienen bien sean en el mundo laboral bien fuera de él, los atascos agobiantes que sufrimos, la masificación, el auge industrial y la contaminación provocada en el medio ambiente, así como la ansiedad que esta forma de vida provoca, hacen que el aspecto afectivo del amor se convierta en algo más pragmático que romántico.
Le toca a ese poeta refugiado en el aislamiento reflexionar en cómo ir más allá de lo que ve y sufre, de manera que trence versos que ayuden a recuperar y sanear la existencia deseada, el respeto al entorno natural, la solidaridad, la armonía y la paz.
Vivimos tiempos donde cada vez se producen e inventan más tecnologías para el confort y el aburrimiento, pero por desgracia también para la destrucción y la guerra como estamos viendo y sufriendo. Nos hallamos ante una dicotomía moral e intelectual difícil de despejar... ¿Hacia dónde vamos?
Toda palabra tiene acepciones, produce diferentes y heterogéneos sonidos, complejas emociones, inquietudes, genera recuerdos y contagios. Detengámonos en la palabra “Jazz”, y centrémonos en algunasfrases asociadas que quedaron unidas al legado registrado sobre el tema. Hurtadas de diversas fuentes al azar,las he ido anotando y nutriendo de contenido, malinterpretando algunas muy posiblemente.
Comenzaré por una que suena muy fuerte: “Desgarro de pezuñas extendidas”. Lo decía Jack Kerouac amedrentándonos con la demostración de una emoción poco contenida. ¿Qué representaba esa imagen del jazz para el escritor? Difícil saberlo. Uno puede imaginarse aun felino extendiendo sus patas sobre el escritor mostrándole a la vez sus largas uñas, para desgarrarle luego el vientre envolviéndolo con las heridas de la turbación y del sentimiento más profundoarrebolado y lacerado por emociones sublimes.
“Corazón donde laten todas nuestras sangres” se atrevió a escribir Julio Cortázar. En esta frasese aprecia un sentido rubicundo para determinar impulsos o latidos apasionados a través del movimiento impulsivo de la maquinaria desde donde se deslizan a borbotones entusiastas sentimientos. Decía también Cortázar:“Me gustaría morir con una trompeta en los labios”. Tal la devoción y apasionamiento que sentía por esta música.
Boris Vian como elegante escritor que era, resultó más pragmático: “Un cóctel gris perla y verde menta, con un gusto a pimienta y ahumado” ¡Casi nada! A Boris Se le abría el gusto del tacto y del paladar de pura sensibilidad, regalándose complaciente con sonidos que le deleitaban el alma.
“Conozco pocas impresiones más fuertes o más crudas”. Esto es de Sartre, el filósofo pos-marxista, quien se derretía ante la verdad desnuda del Jazz.
Nuestro querido poeta Federico García Lorca, también fue seducido por esta música: “Los negros hacen música porque aman el azul del cielo” . Lorca lo lleva y lo centra directamente en la poesía, como no podía ser de otro modo. También nos legó esta otra locución: “las únicas cosas que Estados Unidos ha dado al mundo, son sus rascacielos, el jazz y los coktails.Está claro que el poeta quedó seducido, tocado, emocionado y maravillado,tras su viaje a Nueva York.
Casi todos los intérpretes tenían una gran formación académica en música. Bill Evans por ejemplo, fue influenciado por músicos como Ravel, Debussy, Rachmaninov… Los clásicos aportaron mucho a la inspiración jazzística aunque no lo parezca. Es recomendable escuchar al respecto la maravillosa grabación “All Mine” de Bill Evans.
El Jazz es un estilo musical pero también es, al menos para los sajones, todo aquello que sea brillante o colorido. Incluso verbalizan el término “to Jazz”, dando a entender que algo resulta atractivo e interesante. En la década de los 50 y principios de los 60, entre otros muchos músicos destacan Thelonious Monk, JJ Johnson, Sarah Vaugham, Clifford Brown, Max Roach, Sonny Rollins, Art Pepper, Cannonball Adderley, Charles Mingus, John Coltrane, Ornette Coleman, Miles Davis, Lennie Tristano, Gerry Mulligan, Wes Montgomery, Oliver Nelson, Chet Baker, Shorty Rogers, Shelly Manne, Steve lacy, Dexter Gordon, Joe Henderson, Eric Dolphy, Art Blakey Horace Silver, Bill Evans y los que me dejo. Etiquetas al margen, el rasgo decisivo de la década de los años 50 y 60, es el derroche plural de talento. Fue un periodo de asombrosa riqueza jazzística, muy interesante y necesaria en su evolución posterior.
Paco de Lucía:“Para tocar jazz hay que pensar”. Es posible que eso mismo es lo que diga un músico de jazz cuando se fusiona con el flamenco, puro sentimiento también, puro desgarro y lloro del alma.
No es posible entender el siglo XX sin el jazz. Fue un acontecimiento artístico tan importante como el cine, la literatura, la pintura, la escultura o el rock, influyendo como estos en casi todos los movimientos artísticos.
Gómez de la Serna, nuestro querido escritor de greguerías, decía: “Las notas de jazz machacan toda nuestra lexicografía, nuestra ideología, nuestra sentimentalogía”. ¿Se puede decir intelec-tualmente mejor?
“Amalgama de sudor y licores, de amor y sexo, luz y bombillas, cuerpos eléctricos y elevación de las almas”, diría sin sonrojo Jean Coteau.
El Jazz ha dejado sin duda sedimentos, no sólo en generaciones de músicos, sino también en la de escritores, pintores, escultores y gente sensible. "El jazz no es el "qué", es el "cómo" decía muy seguro Duke Ellington respondiendo a un periodista que le preguntó qué era el jazz.
Para la pianista argentina Lilian Saba: "El jazz ofrece una sensación potencial de libertad a partir de lo que cada uno es desde su propia identidad". ¡Ahí es nada!
Delannoy en su libro “Carambola”: "El jazz, por su capacidad incluyente de hospitalidad al estar abierto a las fusiones, es un lugar generoso que favorece la eclosión de nuevas identidades".
¡Se puede decir tanto sobre el jazz! "Prueba sacándote el saxofón de la boca" aconsejaba Miles Davis a John Coltrane cuando éste le dijo que sus solos eran tan largos simplementeporque no sabía parar.
"Escribir acerca de la música es como bailar acerca de la arquitectura" "Writing about music is like dancing about architecture" Frase atribuida a Thelonius Monk aunque otros se la conceden al gran Elvis Costello quien la diría sin citar la fuente primigenia de donde la recogió, parece que hay establecido todo un debate acerca de quién la dijo primero aunque lo último leído refrenda la tesis de que fue Monk.
“Había tanta música en el aire, que si levantabas la trompeta podía tocar ella sola” exclamó un joven músico hablando entusiasta de las sesiones de Luis Amstrong y King Oliver en los Lincoln Gardens de Chicago.
Miles Davis inspirado, nos dejó esto para la posteridad: “El silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos”.¿Quién da más?
Otra frase, ésta de Carlos Santana bastante simbólica: "El rock es una piscina; El jazz es todo un océano". Esto explicaría en parte por qué nunca tendremos una colección de jazz decente ni suficiente.
Bill Evans en su biografía (las palabras se atribuyen a Art Farmer) nos dice: “El final de los años 50 y principios de los 60 fue el momento de máximo esplendor del jazz. Pensad en los nombres que aparecen, pensad”. Todo es discutible, pero estoy con él.
Ahora una frasecita del histriónico y genial Woody Allen en la película Sueños de un seductor (1972) pensando qué disco poner para impresionar a una chica, dice: “Ahora he de tomar una decisión importante: ¿Me decido por Oscar Peterson o el Cuarteto de cuerda número 5 de Bartok?”
Hay una de Chalie Parker, que me gusta también: “Master your instrument, Master the music, and then forget all that shit and just play”. En castellano sería algo así como "Perfecciona tu instrumento, perfecciona tu música, y luego olvida toda esa basura y sencillamente toca”.
“El jazz es una palabra blanca para definir a la gente negra. Decía muy seria Nina Simone, cantante y pianista de jazz y blues, añadiendo muy seria y circunspecta: “Mi música es música clásica negra”.
Para Henry Matisse, pintor francés, el jazz era ritmo y significado. ¡Qué razón tenía…!
El novelista estadounidense Don Delillo exponía:“Más que los escritores, lo que me ha influido de verdad a lo largo de la vida han sido las películas europeas, el jazz y el expresionismo abstracto. Buen combinado, oye.
Hay otras comparaciones como la que nos dejó Steve Lacy, instrumentista de jazz al decirnos que: “El jazz durará mientras la gente lo escuche a través de los pies y no del cerebro”.
Para el compositor John Philip Sousa, “El jazz es como el vino que cuando es nuevo es para expertos pero cuando envejece todo el mundo lo quiere”.
Bill Evans, músico que se pasó la vida teorizando, investigando y trabajando para mejorar su estilo, decía: “Me saca de quicio que la gente quiera analizar el jazz como si fuera un teorema musical. No lo es. El jazz es puro sentimiento”. Pues eso y mucho, mucho más, amigos, es el jazz.
El escritor Benito Pérez Galdós. Obra de Joaquín Sorolla. Pintado en 1894 cuando el escritor tenía 51 años de edad.
EL ESTILO EN LITERATURA
El estilo en literatura puede ser conciso, florido o grandilocuente. Optar por uno u otro camino dependerá de la propensión y del gustoque el escritor tenga. El estilo es una herramienta indispensable que se utiliza para dar forma a lo que se pretende contar, intentando llamar la atención del lector de modo que éste le autentifique.
Lo que se cuente sea en relato, cuento, novela, ensayo o poesía, cambiará en función de lo que el autor se apreste a escribir, teniendo cuidado de dejar una huella personal que impresione, guste, cautive, y provoque admiración, a través de los puntos de vista, conocimientos, sentimientos e independencia que posea. El estilo ha de expresar personalidad así como claro reflejode buenhacer.
El método puede ser directo o indirecto. El directo sería aquel en el que la persona que habla o escribe lo hace de forma activa, procurando ofrecer una expresión lo más exacta posible de lo que quiere contar; en el indirecto el autor cita lo que el personaje dice y lo que va aconteciendo, juzgando lo que piensa acerca de lo que sucede. Hay otras maneras que también se podrían definircomo estilo, como por ejemploel Formalcaracterizado por una temática selecta y por un léxico especializado usando un lenguaje indirecto, útil en discursos,ensayos, informes, tesis, etc. El estilo Poéticopor otro lado, es el que usamos tanto en verso como en prosa poética procurando que las palabras contengan un valor connotativo donde predominen las figuras estilísticas y la carga emocional; es un lenguaje donde predomina lo estético y artístico. El estilo Popular o Informal es el que se emplea diariamente en la comunicación simple, siendo los términos usados directos y llanos, propios de la cultura idealista. En el Científicoel escritor ha de saber convencer al lector con razonamientos y hechos demostrables de manera exacta y precisa, evitando el uso de verbos y palabras como adornos innecesarios; ha de aportar hechos concluyentes, como ideas, teoremas o proposiciones. En el llamado Pintoresco, el escritor ha de intentar darle vida al relato a través de una viveza descriptiva donde se destaque lo fundamental de tal modo que quede grabado en la imaginación del lector.
Resumiendo, el estilo sería la forma característica que tiene cada autor para expresarse, de manera que sus obras tengan semejanzas que determinen la forma personal de escribir. El conjunto de estas particularidades individuales es lo que se llama estilo, algo que no hay que confundir con el movimiento literario; el uno comprende los rasgos propios que cada cual tiene a la hora de trabajar, mientras que el otro es un concepto más amplio utilizado para designar una preferencia adoptada por escritores con tendencias similares. En todo caso dependerá mucho del escritor que sus escritos sean aciertos, tengan valores, brillen y logren éxito.
Detalle de la obra "El arte de la pintura", del pintor holandés Jan Vermeer hacia 1666,
EL DETALLE EN EL ARTE
La obra de arte necesita de encuentros reiterados, única manera de llegar a sentirla, de temblar ante ella y comprenderla en lo posible obteniendo mayores alcances en el entendimiento de la grandeza y profundidad de sus planos generales. Esta reincidencia en la observación nos sirve para modificar juicios de valores anteriores, pues con cada mirada y juicio que hagamos obtendremos de ella algo novedoso, una emanación emocional que seguro nos sorprende al revelarnos elementos importantes sobre el tema, el motivo, la composición, el dibujo o el contorno lineal, la técnica empleada, el estilo, y sobre todo esos valores subjetivos que penetran en el alma sin darnos cuenta, como la creatividad, suavidad y sentimiento que en ella imprimió su creador. Si logramos algo de todo esto al contemplarla, estaremos ante la verdad significativa de la obra.
Hay que interactuar, sentir curiosidad, ver que en cada detalle de la composición y del color puede haber algo propio, ilusionante y profundo, que puede llevarnos a esa honda emoción que serena el alma y la hace crecer. La obra de arte, así sentida, posee una voz propia nutrida y crecida desde el verbo grandioso de la magia —símbolo, espejo—, al hacerse tangible y hablarle con el lenguaje que propician los sentimientos reforzando —en honda llegada— los moldes artísticos formativos de nuestra mente.
El arte, como diría el teórico y crítico literario Northrop Frye de la poesía, se construye desde el arte.
Poema aparecido en la revista bimestral "Escribir y publicar", Julio-Agosto de 1999, hoy desaparecida como casi todas las publicaciones literarias en papel.