ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

jueves, 28 de septiembre de 2017

OCASO PERDIDO





Fragmento del poema "OCASO PERDIDO" del poemario "Lo fugaz retenido" de Teo Revilla Bravo.

Fotografía: Karyn Huberman, tomada en un paseo por el bosque de Orbó - Montaña palentina-. Agosto 2017.




CONSIDERACIONES SOBRE LA ANTOLOGÍA ESENCIAL DEL POETA VENEZOLANO LUIS BELTRÁN MAGO








CONSIDERACIONES  SOBRE LA ANTOLOGÍA ESENCIAL DEL POETA VENEZOLANO LUIS BELTRÁN MAGO

Hablar de Luis Beltrán Mago es entrar en el universo poético de uno de los más destacados poetas y ensayistas venezolanos aún vivos. Hace poco, a través de su gran amigo, también gran escritor, Alejo Urdaneta, me hizo llegar una antología poética como se hace llegar un precioso regalo, mágico, sorprendente e inesperado. Su obra,  de un gran equilibrio  poético, se ha ido experimentando y componiendo, bella y adecuadamente, tras recorrer senderos y caminos, navegar mares, retener el tiempo y respirar atmósferas en un largo providencial viaje por su Venezuela amada y también dolida…
Entregado a ese éxodo imparable de caminante, Luis Beltrán Mago idealiza y trasforma constantemente los destinos, explorándolos a través de anécdotas prodigiosas, de contactos con el amor y las gentes, así como de adueñarse del paisaje y ser parte de él en simbiosis cuasi-perfecta. Todo lo recoge. Todo lo asimila y lo trasforma en poesía, en sensaciones que nos va regalando como una magna muestra jalonada de sol y naturaleza. Ese viaje-viraje en pos de lo intuido, alienta su mundo artístico iluminado por su enorme naturaleza sensitiva e indagadora, que nos sublima, obra que al conocerla nos hace mejores.
Luis Beltrán pincela sus poemas, los acromatiza, los llena de acuarelas, de colores, de recursos luminosos y de transformaciones emotivas, creando una metamorfosis fecunda en el gran lienzo sin fin que es la poesía. Luis Beltrán se nos muestra como gran orfebre en desafío constante, trabajando el verso palabra a palabra, dejándonos una visión de bordada claridad no exenta de densidad luminosa y fecunda belleza.
Islas, mar, llanuras, altitudes de la geografía que él sobrevuela y capta; imágenes que nos llegan desbordantes; tropos, métrica y ritmo caribeño, sentido en movimientos constantes, en ligereza de aire, todo ello expresado con destacada y hermosa voz, canto universal, denuncia o susurro, coloquial templanza.. El poeta siempre está al lado nuestro, es albañil, es barrendero, es oficinista o panadero, es del pueblo y para el pueblo. Por tanto, Luis Beltrán, es un poeta inmediato, alquímico y vivencial; un poeta que va iluminando y poblando el camino de versos, abriendo sendas a otros desde la certeza de quien sólo entiende de sentimientos transformadores; esos que expone en sus versos sencillamente brillantes, sublimes, necesarios, conmovedores...
Una aventura es leer esta hermosa antología, y una dicha sentir al poeta a través de unos versos que hacen viva la grandeza de quien entiende el valor social y emocional de la poesía. Gracias, Luis.. 


Barcelona.-2010.
 ©Teo Revilla Bravo




Entrevista a Luis Beltran Mago, primera y segunda parte. 













domingo, 24 de septiembre de 2017

MIRADA INTERIOR



"Cada oveja con su rebaño"  Collage de Karyn Huberman 2017.







MIRADA INTERIOR


Existe una vida interior dentro de la persona, que con frecuencia olvidamos. Quizás porque intentan apagarla constantemente, ya desde la cuna, moldeándola a conveniencia. Con frecuencia lo consiguen a través de ruidos interesados y egoístas producidos en el exterior por el poder o contrapoder dominantes con miles de conciencias ya entregadas a sus fines. Es el maltrato a una vida interior -la que posee cada persona- que no debería verse afectada hasta la desaparición, por revoluciones, vaivenes y sacudidas que se van produciendo a lo largo de la historia, esa vida que para el poeta y novelista Borís Pasternak representaban los campesinos, lugareños, y gente sencilla e iletrada del campo ruso carente de noticias.

Las sacudidas, los movimientos, los cambios precipitados, no han sido siempre sinónimo de razón, progreso y paz, como apunta el poeta Antonio Colinas en sus Memorias del estanque. La armonía y la libertad no es algo que se regala con carteles, arengas ni pasquines engañosos que narcotizan, por mucho que las pregonen actitudes políticas interesadas, sean éstas de gremios, de asociaciones, de sindicatos o religiosas; tampoco se compran ni se venden ni se regalan, como prometen voceros oportunos de la falacia y el contrasentido. La razón, la libertad, la paz, son  sentimientos que han de venir de dentro afuera, algo que debemos dejar crecer en nuestro interior, difundiéndolo con modestia y ejemplo.  El ser humano ha de mirar a lo más íntimo de sí mismo y de ahí extraer ponderación y sereno equilibrio, para expresarlo libremente fuera ante los otros. Esta es la verdadera rebeldía que debemos emprender: la de no sentirnos manipulados ni conducidos como ovejas, la que está pensada por uno mismo desde la limpieza de intenciones, causa original por la que merece la pena luchar para ganar la batalla de la paz y de la solidaridad en nuestras sociedades.

El mundo está convulso y desorientado, sí. Nos quieren serviles marionetas, acatando los intereses de los que mueven hilos y conciencias haciéndonos caer en la visión parcial de la realidad, de los que obligan a tomar partido -obnubilando mentes- con arengas, himnos, patriotismos y banderas. Estos actos y manifiestos políticos, nos alejan cada vez más de lo universal humano, valores que congregan, suman y aúnan. El ser humano, a lo largo de su historia, generación tras generación, se ha ido mestizando cada vez más echando raíces en otras culturas, entendiéndose y asumiendo otras lenguas, fermentando una unicidad favorable a la emancipación personal y colectiva, al conocimiento y a la convivencia pacífica; mientras, ha de ir derribando innecesarias y abruptas fronteras que dividen y separan.     



Barcelona, septiembre de 2017
©Teo Revilla Bravo.






viernes, 22 de septiembre de 2017

EL MUNDO ESTÁ PENDIENTE…


Obra de Franz Bischoff, pintor austriaco afincado en norteamérica, gran captador de formas brillos y colores que supo llevar a sus lienzos con verdadera maestría.







EL MUNDO ESTÁ PENDIENTE…


El mundo está pendiente, está fuera

aguardando a que aparezca tu nombre

calibrando distancias, abriendo caminos,

apagando ausencias, reinando entre 

las formas visibles del paisaje.

Aparece dibujando cielos, definiendo 

delicadamente bucles de oro y nieve 

el contorno que delicadamente alumbra

los volátiles pájaros del amanecer.

 

Tus ojos, déjame decirlo así de bruto

y sorprendido, dos tremendas hogazas

de pan resbalando por las ciegas mejillas 

del anochecer; tus ojos, abriéndose

al nuevo día como singulares meridianos

circulares calmando las hambres del mundo.

 

Y tu cuerpo…

 

Tu cuerpo —revelación suprema,

sencilla ternura, agua en remanso,

luces templadas, diáfanos colores, 

misteriosas colinas del amor de la libertad 

desde donde ligeras vuelan alegres

las aves; tu cuerpo —mágica reverberación,

perfil de valles y anchuras al clarear

se abre paso para que todo al instante

se revele en abundancias de relumbres 

y mares hemisférico y cósmico.

 

Toda tú, luminoso silencio salpicado

de elocuentes significaciones…




“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.





miércoles, 20 de septiembre de 2017

GERTRUDE STEIN


Retrato de Gertrude Stein realizado por Pablo Ruiz Picasso.







  GERTRUDE STEIN

Fue una densa y singular mujer norteamericana de principio del siglo XX. A los tres años fue trasladada a Europa, concretamente a la ciudad de Viena, y de ahí, más tarde, a París. Su aprendizaje fue impulsado principalmente por sus padres, provenientes de familias judías de clase media-alta. Creadora según algunos, del término “Lost Generation” (“La Generación Perdida”), fue una poeta centrada en la comprensión de todo un mundo, el que significó el singular París de comienzos del siglo. Nadie como ella para revolucionar el arte en aquella ciudad de las vanguardias artísticas, ya que al poco de llegar a la capital francesa se convirtió, a medida que iba siendo conocida por sus obras literarias (modernismo literario) y por su fascinante vida social, en una de las jóvenes intelectuales más prometedoras.
Gertrude Stein fue también precoz en otros aspectos, como en el de exigir la libertad, sobre todo para las mujeres. Y lo hizo aireando su rebeldía y su vida sexual, sabiendo mantener sin ambages ni remordimientos su sentida bisexualidad. Estamos ante una mujer enorme, ante una de las máximas influencias estéticas que se produjeron a comienzos del siglo XX. De ella bebieron y se alimentaron muchos artistas y escritores, como Ernst Hemingway, Henry Miller, Picasso (quien le dedicó un retrato), Matisse o la escritora Anaïs Nin. Y es que, aparte de gran literata, supo ser una incombustible agitadora cultural. Hizo de mecenas, y fue así mismo una gran coleccionista de arte. Por su apartamento parisino pasaban filósofos, escritores y artistas a todas horas, tal era su reclamo, su influencia y su poder seductor, así como  su  entusiasmo en la creación de revistas, salones literarios, prensa y tertulias. Sus obras abarcan la autobiografía, la poesía, el ensayo, caracterizándose todas ellas por un alto nivel experimental. Así mismo, es considerada una renovadora del género memoralístico por textos como el de “la autobiografía de todo el mundo” (1937).
En cuanto a la colección de obras, esta mujer acumuló verdaderos tesoros artísticos. Trabajos de Gauguin, “Sunflowers y “Three Yahitians”; de Cézanne, “Bathers”, “Portrait of Madame Cézanne”; de Delacroix, “Perseus and Andromeda”; de Matisse, “Woman With a Hat”; de Pablo Picasso, “Young girl with Basket of Flowers”; pero también de Renoi, Honoré Daumier, Pierre Bonnard, Henri Manguin o Toulouse-Leutrec según he podido recoger. Más que obras maestras, lo que pareció querer coleccionar a toda costa, fue a los genios de la pintura de ese momento tan singular, siendo su acción beneficiosa a la vez que fuerte revulsivo en la vida de algunos de estos enormes pintores.

Barcelona, septiembre de 2017.
©Teo Revilla Bravo.



viernes, 15 de septiembre de 2017

SALTO AL VACÍO


Obra del pintor ruso Costa Dvorezky

Costa Dvorezk es esa rara especie de pintor que busca desenfrenadamente la libertad de expresión dentro de una disciplina muy técnica. El resultado es una inundación de movimiento y una frenética energía cruda en sus obras figurativas, sin comprometer en nada los detalles técnicos de su oficio en el proceso. 
             O Pin.





SALTO AL VACÍO 

Escribir es de alguna forma, ya lo han dicho otros, un salto al vacío; es subirse a la avioneta de la osadía y aventurarse a volar por los aires para acabar abatiéndote sobre el mismo vacío. Teniendo cuidado -asido al paracaídas del empeño- de frenar la caída en lo posible, para poder librarte del topetazo fatal. Mientras se vive ese vértigo, uno ha de hacer un ejercicio psicológico brutal, ha de intentar mantener el equilibrio deseando evitar errores de redacción, de estructura, de léxico o titulación, de todo eso que puede llevar a la catástrofe si uno no resiste ni funciona templado, algo esencial para lograr construir con humor, claridad e inteligencia, un relato con personajes creíbles a los que se habrá de colocar voz y sentimientos proporcionándoles vida y personalidad propias. Escribir es un acto de valentía, que puede producir recelo y aún temor. La labor no es sencilla pues se ha de conferir al texto integridad, nobleza y continuidad, de tal manera que una vez concluido el relato, el poema o la novela, uno sienta que después de haberse dejado inundar de letras, magia y misterio, regresa del combate cansado, ojalá que con la sensación de haber logrado vencer lo complicado.
Para escribir se ha de arriesgar, se ha de lanzar uno a ello con todas las ambiciones y entusiasmos posibles. Aún sabiendo de complicaciones, de tremendas dudas, carencias y desaciertos, siendo conscientes de que no gustaremos a muchos lectores, que para lograr esto no hay fórmula milagrosa y uno queda siempre indefenso. Pero el escritor, mientras tenga combustible, ganas de aprender e ilusiones suficientes, no desistirá de su envite o locura, pues le es irremediable.
Como decía alguien, no recuerdo quién, escribir -alejados de la soberbia- es un  asunto de delirio voluntario. Afortunadamente transitorio, pues se necesita poseer una mente despejada que conviva con esa locura y compense,  haciéndolo con estima y dedicación templada sobre el lenguaje. Lo importante para un escritor es aprender a  recrearse con lo que escribe, y, si se consigue contagiar ese goce a un posible lector, mejor que mejor: sería apremiarle, desde nuestra propia percepción de la vida, a pensar, a conmoverse, a sonreír o llorar, a sentir que lo que está leyendo es verdad.


Barcelona, septiembre del 2017.
©Teo Revilla Bravo. 


martes, 12 de septiembre de 2017

ESFERA


"La Esfera", pintura de Manuel Domínguez, pintor y escultor almeriense






 ESFERA


La esfera nocturna, el vaso de vidrio con vino en la mesa,
el jarrón con variedad de agradables flores luminosas;
las  velas encendidas, el ensueño climático, la mirada
retenida, la palabra circunstancial, la aproximación vibrante,
el beso que resbala encendido labio a labio para quedarse...

Todo a la espera de algo primario y sublime.

Importancia del reflejo lunar, pedernal de un tiempo
convexo que no quiere, manifiestamente subrayado,
caer en eternal olvido. Algo que en un instante pretende
establecer unión, exhalar diálogo, hallar el universo
crepuscular particular y perdurable de cada uno
en el otro, protegidos por la codiciosa y luminosa cortina
del amor. Constelada tentativa.  Larga aventura la de ir
-enloquecedora fuerza del destino-, de un hemisferio
a otro, adormecido en los infinitos nimbos de tu cósmica
estelar sonrisa.

Tú -punto indefinido que engloba la vital esfera
que habito- ventana abierta de mis ojos, hado hermoso
acariciando el universo…

Yo -estériles perfiles, templados meridianos de desperfecto
trovador-, planeta girando en torno tuyo elípticamente
perdido entre nubes de adhesión, ahí donde el fuego muerde
el horizonte (que diría el poeta) -ancho espacio, amplio cielo-,   
disolviéndose en el aire, celajes de amor y dicha.  



“SOLEDADES” (título provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.


viernes, 8 de septiembre de 2017

HABLANDO DE AMISTAD


Pablo PIcasso, retrato de su amigo Carlos Casagema, poeta y pintor barcelonés.


El poeta Casagemas, amigo íntimo  de Pablo Picasso, se suicidó. Este hecho y las grandes dificultades económicas, afectaron mucho al pintor, marcando el final de una etapa de iniciación y abriendo el principio de un periodo que acabaría llamándose época azul, pintando varios cuadros alusivos a la muerte de su amigo donde predominaba el azul, color que le pareció apropiado para expresar su dolor y el sufrimiento que le inspiraba este acontecimiento. El azul se convirtió en básico distintivo de sus obras durante los años, cuatro, que duró el periodo, cuatro años que vivió míseramente en su estudio sumido en la pobreza y el dolor. Por eso sus obras las protagonizan, ciegos, mendigos, gentes que desconocen la felicidad.







HABLANDO DE AMISTAD



Hablar de la amistad parece tarea fácil pero puede resultar algo complejo y que entraña cierta dificultad. Al menos en mi caso: cómo expresar una emoción con palabras… Habría que definir  primero qué entendemos por amistad, un sentimiento como el del amor tan manido, incomprendido, y sobre todo malentendido. Sentimos a través de la relación amistad por alguien, y cuando ese alguien es receptivo a ese sentimiento, se produce un vínculo especial cargado de emociones. La emoción es algo bello sin duda, es una gama de efectos caleidoscópicos deslumbrantes, un grueso y bello tejido de vivencias internas que se nos suscitan cuando pensamos o estamos con la persona que consideramos amiga. Tener un amigo es tener un tesoro se dice con frecuencia, y es cierto. Parece ser que sin amistad no podríamos vivir, o al menos vivir bien, ya que es intrínseca a la naturaleza del hombre y se ha dado siempre a lo largo de su existencia, siendo una tendencia que, como la del amor, nos acompaña a lo largo de la historia repitiéndose las constantes: el nacer y crecer de una afinidad de emociones con efecto íntimo y personalizado. Ser amigo de alguien es tenerle confianza, estar cercano, implicado, atento al momento que vive, reír si ríe, llorar si llora, encontrar momentos para el encuentro, la empatía y la simpatía, hablar, visitarse, compartir…

La amistad se relacionada con la felicidad e incluso con la estabilidad y equilibrio emocional, de ahí su importancia. Por otro lado, esa relación exige libertad, permeabilidad y respeto mutuo: ser amigo de alguien es una decisión libre, y no siempre garantía de durabilidad, se mueve como el amor por espacios resbaladizos. No se puede asegurar ni encerrar ni forzar, en ningún sentido: nace, muere, o permanece, mil motivos pueden hacerla frágil e inestable. Por tanto hay que saber cuidarla si nos interesa, ya que todos hemos visto descolgarse y eclipsarse a amigos de nuestras vidas, seres para los que tuvimos un momento especial, pero que desaparecieron a veces sin saber la causa. La amistad hay que saber conservarla y conllevarla. Pero, ¿cómo? Indudablemente siendo receptivos a las necesidades del otro. Debemos impulsar su crecimiento desde el estímulo y la ayuda mutuos. Si alguien se descuelga, desaparece aunque deje dolor, formará parte de una incomprensión. Es un vínculo entre dos, sin que éste tenga que ser excluyente (los grupos de amigos funcionan a veces muy bien, pero la relación o el sentimiento con cada miembro de ese grupo siempre es personal.

La amistad nunca debe ser posesiva ni absorbente, no es un contrato, ni debe obligar a nada; no puede amordazar, ni exigir. Al contrario: bien entendida, nos lanza a compartir un universo recíproco, un crecimiento de igual a igual, con naturalidad y correspondiente benevolencia y afecto. El bien mutuo es el centro de la amistad, es el intercambio de pensamientos, conocimientos, recuerdos, palabras, juegos, problemas, diversiones, actividades, impulso, unión… Disponer de un amigo es disponer de un don que no admite comparaciones. Es saber que podemos contar con él, que sube al cielo y baja al infierno con nosotros, que está en la luz y en la oscuridad de nuestras vidas... Por eso –según Francesc Torralba, filósofo y profesor catalán- la amistad es un antídoto contra la desesperación.

Tener amigos no es fácil. Y menos fácil es en una sociedad como la nuestra donde prevalecen los intereses exclusivos e insolidarios. Todo el mundo siente la soledad. Quizás nunca se sintió tan extendido el sentimiento de soledad como sucede en la actualidad. Quizás nunca hubo tantos solos quejándose. Hay que superar el miedo al otro, la desconfianza, el recelo. Hay que evitar tener prejuicios, desidias, atonías, desganas, hay que saber luchar contra la cerrazón de la suspicacia, contra el orgullo personal que nos atenaza, porque cuando esto se alcanza y aparece de verdad el amigo, un trozo de cielo luminoso y despejado se nos abre…

Hay que compartir. Esa es la clave. Compartir sentimientos, pensamientos y emociones; forjar vínculos, ser sociales y atentos, planificar y proyectar con entusiasmo. Y todo ello con el añadido del afecto, que es como una cuerda de valorado violín que se va afinando, tensando y alargando delicadamente, teniendo cuidando de que la cuerda no se rompa bruscamente y se logre producir un sonido especial y exquisito.


Barcelona.-abril.-2009.
©Teo Revilla Bravo.