ESCRIBIENDO
Paso la vida escribiendo. En estos momentos cumplidos los
setenta, más que pintando o leyendo, otras de mis aficiones, amén de la música.
Quizás por la necesidad de seguir explorando mejor los límites de permanencias,
recuerdos y experiencias acumulados durante años, una de las maneras de
interactuar desde la laberíntica complejidad del ser que somos. Son intentos o
pergeños por dejar a un lado lo habitual
mentalmente confortable, y conducirme hacia lugares inciertos y misteriosos
donde perderme sin estridencias ni ruidos en la compleja parte de ese yo que nunca
acabamos de controlar. Bajar hasta el fondo de uno mismo como espeleólogo
existencial, probando experimentar y dilucidar aquello que pertenece a otro
ámbito de la percepción que ni siquiera uno mismo sabe que posee, cofre de vida
que habita en nosotros influyendo de manera decisiva desde que tenemos uso de
razón.
Una tentativa o articulación interior, puede ser, por
expresar lo inefable con letras intentando llevarlo a la superficie de manera ciclópea reconvertido en sentido, emoción,
belleza y poesía.
O sea, en el mejor arte literario en mí por mí posible.
Barcelona, diciembre del 2024.