ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

lunes, 26 de octubre de 2020

TODO LO HACE POSIBLE EL VIENTO...

 


Obra del interesante pintor ruso Vasili Kandinski, precursor del arte abstracto lírico y del expresionismo 





TODO LO HACE POSIBLE EL VIENTO...

 

Tiempo oxidado. Sin sucedáneo.

Oculto por los arrabales de la personal

historia, presto a hacerse claridad aquí 

en la ciudad de los ruidos donde la soledad 

ronda aunándonos  más en el embeleso 

de la soñada templanza.  


Hechizo recogido por calles y plazas donde 

reposan los mayores sus horas,  días,

años, sus  dormidas estólidas destemplanzas. 

Ausente a solo unos quilómetros, te presiento 

herida enlazando lloros y gritos que se ondulan 

y emigran con el viento del adiós.

 

Hablarte despacio. Recogerte. Tomar 

el bus de las circunstancias dañinas devueltos 

al mundo sin ruidos de la destartalada habitación 

del hotel Regina. Y amarte.

 

Nadie interroga este tiempo nostálgico 

que nos convierte en niños desarmados. 

Oigo respirar la noche mientras espero 

con intensidad el nuevo día para verte junto 

a mí, no soñada sino real, acunados ambos 

en el mimo y la magia de la sábana y el abrazo.


Nada es lo mismo, nada permanece, 

ni este sueño que te sueña, ni el dolor que

no permite reconciliarnos con la vida. 


Duerme amor mientras llega el día,  

recogida en la embriaguez que deja en la estancia 

la envolvente brisa de la ilusión .

 

Todo lo hace posible el viento,

la brisa, el sol, las nubes, la noche...



Perpignan 23 de mayo de 1985.

©Teo Revilla Bravo. 





viernes, 23 de octubre de 2020

Vicente Aleixandre

 


El poeta Vicente Aleixandre 




Vicente Aleixandre 


                              "Ser leal a sí mismo es el único modo

                                                                    de llegar a ser leal a los demás"                                              


        Muchos maestros nos ha dado la poesía española durante el siglo XX. Pero sobresale uno -sin olvidarnos de Machado, Juan Ramón Jiménez y de otros que le precedieron- especialmente significativo y creo que no tan leído como merece. Me refiero al gran Vicente Aleixandre, referente y a la vez confidente y maestro de muchos poetas y gente de la cultura en general. Un hombre enfermizo que recibía con suma amistad y generosidad, a todo aquel que tocara en la puerta de su residencia madrileña, bien llamada casa de la poesía. Allí se leyeron por primera vez los Sonetos del Amor Oscuro de Federico García Lorca, allí recibía Aleixandre cada domingo a Pablo Neruda y su esposa cuando estos residían en Madrid, así como al joven Miguel Hernández, por solo citar a tres de sus mejores amigos. Aleixandre fue un gran estímulo para las generaciones de posguerra, como lo fue así mismo para poetas afines del 27, como Francisco Brines, Claudio Rodríguez, Pere Gimferrer o  Antonio Colinas, por dejar unos ejemplos, poetas admirables sin duda a los que hay que leer también mucho más de lo que se hace.

        Este hombre sencillo, frágil de salud, abierto a la amistad sin complejos, fue premio Nobel de Literatura el año 1977, en un gesto importante de la Academia Sueca que quiso premiar la valía de los poetas de toda esa inolvidable generación maltratada por la Guerra Civil. El Nobel que he recibido, es el del dolor y el sufrimiento”, dijo el poeta haciendo referencia a los que murieron en la contienda o tuvieron que asumir el reto del exilio. 

        Hay mucha obra admirable en la labor del poeta, que deja tremenda huella en el lector y en la cultura en general como es el caso de “Ámbito, “La destrucción o el amor” o “Espadas como labios”, trabajos que le convirtieron en uno de los grandes surrealistas españoles, algo que siempre negó pues decía no pertenecer a ese mundo alegando que el surrealismo lleva entre sus dogmas el de la composición onírica, insistiendo en que no era su caso. En esas conversaciones en la casa de la poesía madrileña, solía recordar con frecuencia, en charlas con jóvenes poetas, a Lorca “La persona más fascinante que he conocido nunca”, y a Miguel Hernández “Un ser alegre con fondo dramático, un hermano joven”. Otra persona a la que se refería con asiduidad, era a Dámaso Alonso, el amigo que lo condujo a la poesía cuando ambos eran jóvenes  veinteañeros.

 


Algunos versos al azar del poeta:

Luna callada o luna de madera.
Pero luna. Y callóse.
Cómo no, si dormida
es un pez, un blanco pez limpiado
de todas las memorias, de las espinas tristes,
de su merced doliente. Y duerme
como muerta, en un lago de penas...   

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Es sólo ya el desnudo. Es la risa en los dientes.
Es la luz o su gema fulgurante: los labios.
Es el agua que besa unos pies adorados,
como un misterio oculto a la noche vencida.

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¡Ah maravilla lúcida de estrechar en los brazos
un desnudo fragante, ceñido de los bosques!
¡Ah soledad del mundo bajo los pies girando,
ciegamente buscando su destino de besos!
Yo sé quien ama y vive, quien muere y gira y vuela.
Sé que lunas se extinguen, renacen, viven, lloran.
Sé que dos cuerpos aman, dos almas se confunden.

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Barcelona, octubre de 2020

©Teo Revilla Bravo.

 





martes, 20 de octubre de 2020

VEINTICUATRO DE MAYO


 Edward hopper-Excursion into philosophy-1959





VEINTICUATRO DE MAYO

 

 

El dolor de lo irremediable -oscuro tenebroso

lugar-, está presto a lo largo de la macilenta

mañana. El temor se desvanece cuando

nos sentimos -labios ardientes- en beso

de amor cobijados atrapando el tiempo

que un día más cumple la profecía de la vida,

hoy amargo veinticuatro de mayo.

 

Florecen los geranios en las ventanas

y balcones vecinos. Rondan y pian

los ruiseñores en torno a los tejados

del barrio. Puedo reunir tus palabras

en la palma de mis manos y añadirlas

al almanaque floral de tus sonrisas

para que estallen cuando el espejo

recobre tu hermosa figura de madre

abnegada, descorazonada, herida.

 

No llego a estar a la altura del momento.

Me despisto fácilmente indeciso y timorato.

Doy vueltas como lobo encerrado

por la estancia. Pienso que el ritual

de la purificación reemplazará todo

dolor y, ante el ahogo que siento

abro la ventana para contemplar

la plaza repleta de jóvenes despreocupados

y alegres. Respiro o suspiro 

profundamente. El aire evapora 

el humo de los cigarrillos, el de las copas 

de vino, el de las risas sin fin, el de las huecas 

palabras...

 

Consumiendo en la habitación los momentos

más amargos de la abyecta soledad,

el dolor de la espera es tan intenso,

que no quiero agotarlo. Sí sentirlo,

tomarlo, beberlo sorbo a sorbo 

como elixir de un tiempo que se justifica 

con signos prometedores.

 


Perpignan, 24 de mayo del 1985.

©Teo Revilla Bravo






viernes, 16 de octubre de 2020

EL LIBRE PROCESO CREATIVO…


 Viñedo rojo (1888)  Obra de Vincent van Gogh. Museo Pushkin Moscú. 







EL LIBRE PROCESO CREATIVO…

 

Hay un debate abierto sobre el hecho de si pintar lo que se ve con fidelidad de ojo es un modo fácil de copiar, si a la labor generada mediante ese acto se le puede llamar arte. Algunos afirman que el impresionismo degeneró conceptualmente en mero eco de la naturaleza estimulado por la hermosura hallada -formas, colores, efectos-, siendo el pintor un burdo imitador en la prestación de bellos enfoques. Esta idea es rebatible y opinable. Toda polémica en este sentido acaba siendo algo trivial e innecesario, ya que ante todo está la libertad de expresión y la de sentir profunda y sinceramente  lo que se hace de una forma u otra. Pintar nunca es exactamente copiar, se diga lo que se diga. Cada obra realizada, sea inspirada en algo concreto, imaginario o abstracto, es única, diferente, personal e inseparable de su autor, ya que emana directamente de la sensibilidad y del quehacer que provoca en él la magia e imán del arte. Por otro lado, la naturaleza como tal es inimitable. Cuando alguien siente que se le acusa por lo realizado tomando por modelo algo concreto, sea persona, cosa o paisaje, ha de saber que no es más que una futilidad a la que no debería hacer caso. Todos los genios de la pintura atraídos por algo, “reprodujeron o copiaron” con fidelidad en algún momento. Así aprendieron a ir más allá del efecto causado en ellos por un lápiz o pincel, caídos por primera vez en sus manos. Tenemos el legado asombroso de personalidades artísticas como Renoir, Monet, Pisarro, etc., para desbaratar cualquier duda que se instale al respecto. El arte, recogido de la naturaleza como de un espejo, nos aporta visiones caleidoscópicas imprevisibles, armoniosas, bellas, singulares.

 

El arte no se entendería, sin los pasos dados por el artista  desde Altamira hasta las vanguardias más actuales. Renoir, Monet, Pisarro, Seurat, Degas, o cualquier otro, se diferencian completamente unos de otros pese a estar agrupados en un estilo. Los reconocemos porque crean universos personalizados y únicos, cada uno evolucionando de manera concreta según la sensibilidad poética, artesanal y artística, que posean del color, del volumen, de las formas. Aún pintando desde un mismo lugar cuidadosamente escogido un mismo objeto, esos pintores nos estarían regalando mundos novedosos diferenciados unos de otros, aun partiendo del mismo enfoque. De esta manera, el hombre va ampliando la visión del alma inabarcable de la poética natural que siente le regala la dicha de vivir.

La pintura realizada en este contexto y con esta visión enriquecedora, excede a toda consideración que pudiera llevarnos a pensar en la imitación. Lo mismo sucedería con una obra realizada en estudio con modelo por varios autores: el resultado sería un reflejo del espejo que ese modelo proyecta ante los ojos de cada uno. Especular sobre esto o aquello, sobre si sí o sobre si no, en cuanto al tema que tratamos, es una banalidad que entorpece más que aclara. Es no comprender absolutamente nada de lo esencial. Como decía alguien, no recuerdo quién, la naturaleza en relación al arte es un ejemplo, no un fin; el fin sería  respirar sus panorámicas, pasearla detenidamente, olerla, sentirla, recoger flores, cruzar ríos, apacentarla,  abonar y regarla preparándola para la siembra..

 

Ahí tenemos a Goya, a Velázquez, a Tiziano, a todos los grandes. Cada uno de ellos nos legó unas obras únicas. Los pinceles y tintes cumplen la función de crear, de lo aparente real o natural, deslumbramiento, magia, belleza, asombro. El arte avanza. Da pasos y pasos de gigante, pese a que a veces todo pareciera estar ya constituido y refrendado. ¿Es mejor Pollock, por poner un ejemplo, que nuestro hombre altamirano en cuanto a lo que les llevó a uno y a otro a demostrar su sensibilidad y esmero artísticos? Pensemos en esto seriamente, amigos, y estarán conmigo en que ese estímulo creativo nace de la misma fuente artística innata por fortuna en el ser humano. Y déjenme añadir, con todo el atrevimiento de profano, una evidencia más: el arte desde entonces –tiempos de cavernas-, lo llevamos para bien de la evolución humana asociado a nuestros genes más puros y sensibles. Que nadie interrumpa, manipule, ponga en duda o ensucie, el libre proceso creativo de cada cual.

 

Barcelona.-mayo.-2013.

©Teo Revilla Bravo.

 




martes, 13 de octubre de 2020

SUPIMOS DEL LLANTO


 "Amor y dolor" de Eduard Munch. 

A veces también denominada "Vampiro", aunque nunca lo hizo el pintor.





SUPIMOS DEL LLANTO

                                       A Celeste

                             El juego inapelable de la vida,

                                      justifica toda dolorosa pérdida.

 

      

Sabíamos del aire, de las cosas

tangibles que la tarde beatíficamente

regala. El efecto de lo mágico inesperado

sentido, fue tan solo un sueño dormido

entre luminarias de estrellas arropando

el instintivo arrojo de joven pasión.

 

Un estruendo llegado de tormentas

ocasionales originadas en un mar violento

e intempestivo, destempló, traspasándolos,

alma y cuerpo.

 

Luego, más calmados, depredadores del instante,

volvimos los rostros en la soledad del cuarto 

hacia el beso del amor, alma con alma, cuerpo 

con cuerpo, nudo de abrazos borrando dudas.

 

Estamos en un lugar completamente

descolocados donde la noche se alarga cifrando 

yertos suspiros. Temblando, amándonos 

sin alegría en un intento por alterar las sombras

que apaguen la luz estelar del milagro.

Estamos en un lugar -hilos de frío, tiempo

de nadie- donde el amor de la ilusión se profana 

con cánulas y jeringas, descubriéndonos, 

en rictus amargo, desvirtuados juguetes rotos.


Nos recompondremos, amor.

Esperaremos, al abrigo del hondo afecto, 

la llegada de  susurrantes siembras renovadas,

reteniendo así, en la blanca orilla de la vida, 

las lacerantes lágrimas de hoy.

 

En Perpignan, año 1985.

©Teo Revilla Bravo. 








lunes, 12 de octubre de 2020

SIN PRETENSIONES


 Retrato de Mallarmé. Obra del pintor francés  Edouard Manet

Mallarmé fue uno de los máximos representantes del simbolismo poético del siglo XIX. Fue un gran admirador de Charles Baudelaire, de Allan Poe, entre otros, y perteneciente al círculo de los llamados poetas malditos.






SIN PRETENSIONES

 

Cada poeta tiene sus tempos, sus ritmos, sus momentos de inspiración y  dedicación al libre ejercicio de escribir. Sobre todo cuando siente que ha llegado el momento de la madurez en que siente identificarse con ese poeta que escribe desde dentro. Podemos hacerlo profusamente como Neruda, García Márquez, Isaac Asimov o Corín Tellado por poner ejemplos, o poco dependiendo de circunstancias y caracteres. Yo soy de los que escriben mucho, de los que de cada día hacen una radiografía de poema o lo intentan.

Aprendemos lo que es poesía -si es que llegamos a educarnos en ella- leyéndola. Posiblemente siendo incapaces de reconocer la poesía en particular si no tenemos  de antemano una idea de lo que es la poesía en general.  

Estoy en una edad, que al escribir no cambio de registros o lo hago vagamente. No muevo tono, tema, ritmo, apenas, en lo que posiblemente sea el encuentro con un alargado poema personal, subdividido en capítulos o voces que proyecto guiado de una fidelidad sin límites pues son o intento que sean, quizás abusivamente, el espejo que proyecta mi alma en cada momento, grado y agrado donde mejor mirarse y aprender, ámbito donde respirar con altruismo y nobleza de espíritu. Todo ello sin pretensiones. Intentando serle fiel a la honestidad de manera que los versos broten con naturalidad, sin olvidar aprovechar la riqueza y disposición de la lengua y la literatura puestas a nuestro servicio.

La poesía ha de ser un canto hipnótico mediante el proceso de trazar símbolos de tinta en una hoja o pantalla, enviando ideas y sentimientos desde la propia mente a la del posible lector. Un proceso mágico pero tan ordinario, que nadie se detiene a pensarlo. Ha de ser también una crítica de la vida, empezando por la propia. En esta experiencia tan original, hablando de posibles lectores, lo que importa es no aburrir ni cansar, pues el peor delito que puede cometer la poesía es caer en el aburrimiento. Conseguido esto, será todo como miel sobre hojuelas...  

 

Barcelona, octubre de 2020.

©Teo Revilla Bravo.






jueves, 8 de octubre de 2020

SOLLOZO SIN LÁGRIMAS


 "El ángel caído" Obra del pintor francés Alexandre Cabanel. 

Quizás el retrato más sugerente de Lucifer, el ángel iracundo más bello creado por Dios expulsado por éste a los infiernos como garante del mal.  





SOLLOZO SIN LÁGRIMAS

 

Sollozo sin lágrimas. Dolor recostado

en la tarde sobre la pared más triste del olvido,

poeta de lo inefable torcido sobre el diván

de inservible yerta encrucijada.

 

Envuelto en lluvia de mayo se va el niño

que fui sangrando penas, intentando resolver

imposibles ecuaciones en los ángulos del mundo

propio, en amplia espesura molecular de entumecidas

raíces cúbicas confusamente abandonadas.


No hubo concesiones y el miedo -lívida lucidez-

al peligro, triunfó en la tarde inefable.

 

Queja de  día aciago. Mortaja instigadora

de lo absoluto. Lágrima  insoluble frente

al cuarzo sin brillo que no trasluce dolor ni llanto.

Algo que es, no podrá ya ser. Fatal destino.

Cuchillo que va marcando la singularidad del alma    

estrellándose cortante contra el vacío de la nada.


 OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno  VIII. (1984-1987) 
©Teo Revilla Bravo. 



lunes, 5 de octubre de 2020

LA AUTENTICIDAD AL ESCRIBIR


 Retrato imaginario de William Shakespeare. 






LA AUTENTICIDAD AL ESCRIBIR


Hay que dejar que el corazón nos sirva de guía al escribir. Hemos de dejarnos llevar por los sentimientos que en él nacen, y alejarnos -de vez en cuando es bueno- de claves y normas consideradas como debidas maneras de hacerlo si éstas se presentan rígidas a nuestro sentido, sobre todo, en poesía. Intentar hallar la voluntad y modo de escribir letras, formando con ellas pensamientos que acaben siendo la clave para desarrollar relatos, poemas, ensayos, novelas, etcétera, nacidos en libertad, es esencial.

Ahí, en ese sentimiento, ayudados por la inspiración y el trabajo,está la autenticidad. Luego habrá que leer y revisar lo escrito, alterarlo si precede, embellecerlo o acomodarlo, en perentorio ejercicio que todo escritor necesita realizar. No obstante, perseverando la luz primigenia, la máxima pureza de intención, la esencia de contenido y gracia que al comenzarlo le dimos. Los demás podrán comentar -están en su derecho- y criticar si lo leen, qué les gusta, que no, que les parece mal, dónde creen que se acertó o se erró. Podrán opinar o no hacerlo; estar a favor, o echártelo por los suelos; corregir, o hasta reírse si les parece gracioso simplón. Sin embargo, no debe de importar hasta condicionarnos, pues es otro ejercicio de libertad  el que hacen al opinar, del que debemos sacar conclusiones y aprender. Todo ayuda si trabajamos desde la sinceridad, si dejamos puertas abiertas a la intuición y a la humildad.

A la hora de escribir, hay que evitar también caer en la coacción que intentan inyectadnos con publicidades y modas, esas que llevan a grandes ventas. Éstas, por lo general, suelen ir dirigidas a lectores timoratos llenos de prejuicios sobre la buena literatura. Hay que intentar escribir lo que se quiere y como se quiere, estando atentos al devenir humano en general. Pese a todo, no deja de asustarnos un poco la libertad de ensanchar al máximo lo auténtico y mantenerlo, cuando las consignas que escuchamos a cada momento tientan a asumir estilos y métodos en boga; es decir: el vendo luego existo.


Barcelona, octubre, 2015.

©Teo Revilla Bravo.