EL LIBRE PROCESO CREATIVO…
Hay un debate abierto sobre el hecho de si pintar lo que se ve con fidelidad de ojo es un modo fácil de copiar, si a la labor generada mediante ese acto se le puede llamar arte. Algunos afirman que el impresionismo degeneró conceptualmente en mero eco de la naturaleza estimulado por la hermosura hallada -formas, colores, efectos-, siendo el pintor un burdo imitador en la prestación de bellos enfoques. Esta idea es rebatible y opinable. Toda polémica en este sentido acaba siendo algo trivial e innecesario, ya que ante todo está la libertad de expresión y la de sentir profunda y sinceramente lo que se hace de una forma u otra. Pintar nunca es exactamente copiar, se diga lo que se diga. Cada obra realizada, sea inspirada en algo concreto, imaginario o abstracto, es única, diferente, personal e inseparable de su autor, ya que emana directamente de la sensibilidad y del quehacer que provoca en él la magia e imán del arte. Por otro lado, la naturaleza como tal es inimitable. Cuando alguien siente que se le acusa por lo realizado tomando por modelo algo concreto, sea persona, cosa o paisaje, ha de saber que no es más que una futilidad a la que no debería hacer caso. Todos los genios de la pintura atraídos por algo, “reprodujeron o copiaron” con fidelidad en algún momento. Así aprendieron a ir más allá del efecto causado en ellos por un lápiz o pincel, caídos por primera vez en sus manos. Tenemos el legado asombroso de personalidades artísticas como Renoir, Monet, Pisarro, etc., para desbaratar cualquier duda que se instale al respecto. El arte, recogido de la naturaleza como de un espejo, nos aporta visiones caleidoscópicas imprevisibles, armoniosas, bellas, singulares.
El arte no se entendería, sin los pasos dados por el artista desde Altamira hasta las vanguardias más actuales. Renoir, Monet, Pisarro, Seurat, Degas, o cualquier otro, se diferencian completamente unos de otros pese a estar agrupados en un estilo. Los reconocemos porque crean universos personalizados y únicos, cada uno evolucionando de manera concreta según la sensibilidad poética, artesanal y artística, que posean del color, del volumen, de las formas. Aún pintando desde un mismo lugar cuidadosamente escogido un mismo objeto, esos pintores nos estarían regalando mundos novedosos diferenciados unos de otros, aun partiendo del mismo enfoque. De esta manera, el hombre va ampliando la visión del alma inabarcable de la poética natural que siente le regala la dicha de vivir.
La pintura realizada en este contexto y con esta visión enriquecedora, excede a toda consideración que pudiera llevarnos a pensar en la imitación. Lo mismo sucedería con una obra realizada en estudio con modelo por varios autores: el resultado sería un reflejo del espejo que ese modelo proyecta ante los ojos de cada uno. Especular sobre esto o aquello, sobre si sí o sobre si no, en cuanto al tema que tratamos, es una banalidad que entorpece más que aclara. Es no comprender absolutamente nada de lo esencial. Como decía alguien, no recuerdo quién, la naturaleza en relación al arte es un ejemplo, no un fin; el fin sería respirar sus panorámicas, pasearla detenidamente, olerla, sentirla, recoger flores, cruzar ríos, apacentarla, abonar y regarla preparándola para la siembra...
Ahí tenemos a Goya, a Velázquez, a Tiziano, a todos los grandes. Cada uno de ellos nos legó unas obras únicas. Los pinceles y tintes cumplen la función de crear, de lo aparente real o natural, deslumbramiento, magia, belleza, asombro. El arte avanza. Da pasos y pasos de gigante, pese a que a veces todo pareciera estar ya constituido y refrendado. ¿Es mejor Pollock, por poner un ejemplo, que nuestro hombre altamirano en cuanto a lo que les llevó a uno y a otro a demostrar su sensibilidad y esmero artísticos? Pensemos en esto seriamente, amigos, y estarán conmigo en que ese estímulo creativo nace de la misma fuente artística innata por fortuna en el ser humano. Y déjenme añadir, con todo el atrevimiento de profano, una evidencia más: el arte desde entonces –tiempos de cavernas-, lo llevamos para bien de la evolución humana asociado a nuestros genes más puros y sensibles. Que nadie interrumpa, manipule, ponga en duda o ensucie, el libre proceso creativo de cada cual.
Barcelona.-mayo.-2013.
©Teo Revilla Bravo.
Ostentando pinturas artísticas das mãos talentosas de Goya, Velázquez, Tiziano ..., seu trabalho ajudou a popularizar o nome do país. Na Indonésia, há um pintor famoso chamado Basoeki Abdullah, cujo trabalho você pode ver no meu artigo intitulado 'Air terjun Sekarlangit'.
ResponderEliminarUm abraço amigável da Indonésia, Teo Sevilla
Es una alegría recibir tus comentarios desde otros lugares, desde otras lenguas amigas, y con esa ilusión por el arte, amigo Himawan. Iré a ver mirar la obra de Basoeki, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Também fico muito feliz com a sua recepção sempre cordial, obrigado por essa amizade, Teo. Desejo-lhe saúde e felicidade. Um abraço.
EliminarPasé a ver la obra de Basoeki, me ha parecido brillante, Humaean, plena de belleza en una manera figurativa de entender la pintura. Lo tendré en cuenta, amigo.
EliminarUn abrazo grande.
Esto se da en el arte en general, literatura, pintura, música. Si a uno le agrada la obra de tal o cual, es normal que intentes acercarte a lo que admiras, que lo alcances o no, dependerá de las capacidades particulares, pero de seguro en el camino, comenzarás a encontrar tu propio camino, tu lenguaje, las palabras, pinceladas o tonos...y puede que se parezca o no, lo que realmente importa es no dejar de caminar hasta encontrar la verdadera libertad creativa. Besitos.
ResponderEliminarMuy de acuerdo yo también, Karyn. No hay nada más importante que alcanzar esa meta por encima de todo tipo de reclamos y anuncios deslumbrantes; la de la libertad máxima sintiendo y creando arte.
EliminarUn abrazo.
dejo un comentario de Norma Aristegy, que siempre tiene problemas para encajarlo aquí. Gracias, amiga:
ResponderEliminarNorma Aristeguy
Coincido totalmente con lo que e presas.
Siempre sostengo ante la duda, que si salió de la mano de un ser humano, ya es el reflejo de un espíritu, por lo tanto es arte. Obedece a todo un proceso creativo, que nos atrae o no, que lo sentimos o no, quien recibe sabrá lo que siente.
Los movimientos en todos los puntos del arte creo que obedecen más a la oralidad, para poder entendernos cuando nos referimos a un artista o a una obra. Creo que es sólo eso, seguir poniendo estampillas.
Me pasa habitualmente de escuchar comentarios despreciativos sobre el Renacimiento, decir por ejemplo justo lo que dices en tu texto, que se copiaban uno al otro, escuchar o leer sobre el hiperrealismo como que para eso están las máquinas de fotos!!
Por otro lado y hablando de copiar, cómo copiar a la Naturaleza que ya de por sí, ella lo hace todo, lo expone desde el centro del universo, sin marcos que la limiten, para que aprendamos como dices, a beberla, a sentirla, a regarla.
En fin, Teo, es complejo el tema, pero porque nosotros somos los complicados, hoy se vive para el afuera, es moda destacarse por decir algo diferente, aunque sea una barbaridad.
Esas opiniones son juicios sin valor que por otro lado contribuyen a la maldita burocracia.
Tu defensa es muy honesta con el arte, y es válida en cuanto a todos los argumentos que expones.
Me gustó muchísimo. Reviviste mi indignación ante el tema, perdón por extenderme.
No me extenderé más, amiga Norma. Sí decirte que tu comentario es recibido siempre con la alegría de saber que algo sustanciosos va a quedar agregado sobre el tema. Y así ha sido. Tu larga y clara visión sobre la manera de entender no solo el arte sino que la vida, siempre es un ejemplo de honestidad y brillantez.
ResponderEliminarGracias infinitas.
El arte no es la realidad. La hace comprensible. La atrapa y perpetúa. Excelente artículo, Teo.
ResponderEliminarGracias, muchas gracias, amigo Francisco.
EliminarUn abrazo.