ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

domingo, 27 de junio de 2021

PEQUEÑA APROXIMACIÓN A CORTÁZAR



        Obra, Julio Cortázar. Retrato digital realizado por el artista peruano Jafet Botton Arbañil








PEQUEÑA APROXIMACIÓN A CORTÁZAR

 

     Julio Cortázar nació en Bruselas (1914) y murió en París (1984). Fue escritor de relatos fantásticos, de novelas henchidas de asombrosos recursos, subversor de géneros, creador de cartas interesantes, hombre de amores bien trazados, de exilio, iconoclasta antiimperialista  convencido, el escritor argentino más traducido y uno de los más admirados. A partir de Rayuela acabada en 1963 y llamada antinovela, las letras latinoamericanas ya no volverían a ser las mismas: Cortázar terminó con los fanatismos que había, instituyendo un lenguaje coloquial precursor de una literatura más humana y cercana.

    Vivió la mitad de su vida en París, y fue un fiel seguidor como tantos intelectuales esos años— de la revolución cubana cuando ésta era todavía abierta ilusión y atrayente utopía. Cortázar desarrolló una sorprendente narrativa, donde lo fantástico y lo real se integraron perfectamente librando nuevas batallas por la dignidad de la palabra y la consideración del hombre.

    Su aproximación al vínculo entre escritura y vida heredada del romanticismo pero también de las vanguardias,  lo convirtieron en la clase de autor que genera una imaginaria relación personal con sus lectores. Para bien, más que para mal, sus efectos literarios contagian. Por eso quienes fingen desdeñarlo, que los hay, en realidad lo que hacen es defenderse como pueden de su fuerte personalidad literaria.

    Entre juegos, escritos, música y mujeres, gran amante del jazz (homenajeó a dos grandes músicos de la época como Louis Armstrong y Charlie Parker), batalló con la pluma hasta el final de sus días, dejando una obra única, maravillosa, admirada por lectores de todo el mundo y amada por aquellos a quienes dedicó una labor literaria renovadora de indudable talento.

 

 

Barcelona.-26.-agosto.-2014.

©Teo Revilla Bravo

martes, 22 de junio de 2021

ARTE CONTEMPORÁNEO, SIMPLIFICACIÓN


Obra de Gerhard Richter, pintor alemán nacido en Dresde, perteneciente al expresionismo abstracto. Para algunos, el artista vivo más importante en la actualidad.







 ARTE CONTEMPORÁNEO, SIMPLIFICACIÓN

 

    El arte contemporáneo se pliega a unos cánones de notoria sencillez: primitivismo, pintura no figurativa, abstracto, funcionalismo, minimalismo... Hay muchos términos que lo definen, según si es pintura, escultura o arquitectura. Un arte que tiende a simplificarse; que no excluye, pero provoca la confusión a quienes no estén interesados en él. Sorprende generalmente su sencillez, pero a la hora de interpretarlo nos encontramos con el problema de que resulta difícilmente penetrable, hay que dejarse abducir.

    Es un arte que está desconectado de la razón. A veces tan solo significa un mero recreo de la vista, pues no está hecho para ser entendido. La elusión de cualquier tema que pudiera darnos pistas, suele ser total en muchas obras donde formas y colores lo son todo. A veces llegando hasta la simplificación, donde  el blanco o el negro lo cubren todo regalando ciertos matices.

    Si no llegamos a comprenderlo, no importa, no es ese su fin. Como decía el poeta José Mª Valverde, es ejercitar el ojo en una nueva libertad moviéndose por su cuenta, dejando que se divierta y encuentre sus propios placeres sin rendir cuentas al entendimiento. Un principio que puede aplicarse a todos las artes plásticas. El arte contemporáneo a fuerza de simplificación se va haciendo ininteligible, siendo toda una pericia penetrar en él sin condicionamientos. Hay que sentirlo. Solo eso.

 

Barcelona, junio del 2021

©Teo Revilla Bravo  







domingo, 20 de junio de 2021

DIÁSTOLE, SÍSTOLE


Diseño de la anatomía de un corazón, impreso al estilo vintage en un papel envejecido






DIÁSTOLE, SÍSTOLE El hondo latido únicamente acierta
a vibrar como necesario impulso,
buceando quimérico buscando luz
entre tinieblas. Si eso nos bastara... Pero no: queremos la caricia del viento
fresco y otoñal caer sobre nuestro rostro
con cada amanecida; salir a la mar y dirigir
el barco de tal forma que nos permita crear
estelas y sueños seguros de portentosos
descubrimientos; sol y viento,
enigmas, instantes gloriosos,
y el don de poder transmitir sentimientos
y gozar de voces que aporten alegrías; el querer penetrar en el agua y mojarnos,
para sentir el suave contacto y reírnos
felices embriagándonos de calma
y soledad en impulsos lentos y seguros
por penetrar en los íntimos misterios
del silencio. Sin embargo la vida solo necesita
de dos mecánicos momentos
intermitentes:

diástoles, sístoles. “Océanos de luna” Cuaderno VIII. (1984-1987








lunes, 14 de junio de 2021

HABLANDO DE SILENCIO

 


"Silencio" Obra pintada por el artista suizo Johann Heinrich Füssli en su madurez. Un cuadro monocromo prácticamente, que muestra el contraste y esquematismo  que caracterizaba su pintura. La figura está en una actitud meditativa, que sobrecoge sobrepuesta a ese fondo oscuro. Toda ella denota  ambigüedad y ensimismamiento, dándonos a entender -interpreto yo- que se halla en un plano espiritual muy personal. 









HABLANDO DE SILENCIO


    El silencio, necesario siempre, no es un tema banal ni tan solo exclusivamente espiritual. Es una cuestión tratada y alentada desde siempre por historiadores, filósofos; en poesía esencial, y en general un asunto que nos atañe a todos.

    Hablando de silencio y poesía afirma Miquel Martí i Pol, poeta catalán, que ni los poetas ni la poesía sirven para nada. La poesía no cotiza en bolsa, los poetas no pueden comprarse yates, los editores que publican poesía lo hacen por puro romanticismo. No, la poesía no sirve para nada; sólo para recuperar el gusto por el silencio en un mundo desquiciado y ruidoso, para sentir el gusto por la palabra en una sociedad terriblemente mediatizada, para restituir el gusto por la intimidad en un ambiente incierto y vulnerable, para reafirmar el gusto por la libre reflexión en un momento de pensamiento único sutilmente impuesto.

    Estando en silencio el hombre toma conciencia de lo que hay a su alrededor, habla también, se relaciona consigo mismo. El silencio abarca el misterio que tiene la comunicación del hombre entre sí y el de éste con los demás seres. No podemos vivir sin el habla, pero tampoco olvidar la premura por callar cuando las palabras perturban la esencia de un momento especial e íntimo. Nuestra existencia se vale de la palabra, pero también del espacio que hay entre pausa y pausa al que llamamos silencio. Ambos cubren nuestro actuar, convirtiéndonos en seres con infinitas posibilidades de sentir la vida y construir  destino. Quién sabe manejar la palabra, sabe callar oportunamente; el que no sabe hacerlo, es simplemente un bocazas y abruma. Sabemos que a través del silencio, pensamos, leemos, aprendemos, creamos,  amamos, que con él se forman las cosas más grandes, interesantes y necesarias para bien de todos.


Barcelona, junio del 2021

©Teo Revilla Bravo





  

viernes, 11 de junio de 2021

ALGUNAS IDEAS Y CRITERIOS SOBRE EL HECHO ARTÍSTICO

 


"L`atelier du peintre", Obra del pintor francés Gustave Courbet







ALGUNAS IDEAS Y CRITERIOS SOBRE  EL HECHO ARTÍSTICO

 

    Las ideas y criterios sobre arte se van adquiriendo a medida que construimos, mediante el poder de la captación y de la sensibilidad, sólidas bases a través de la experiencia que la contemplación y el estudio nos van proporcionando. Arte es la aplicación de la habilidad, de la comprensión y del deseo personal, en la obtención de una obra determinada conscientes de que cuantas más aptitudes y conocimientos tengamos sobre técnicas artísticas, más cerca estaremos de poder desarrollarlo. La idea de Arte como concepto, se va transformando con el tiempo dependiendo de la relación más o menos cercana y personal que mantengamos con él, así como de las distintas manifestaciones plásticas y de sentido estético que vayamos adquiriendo a lo largo del desarrollo instructivo: cuanto más sepamos y apreciemos de la perspicacia artística, de su manejo y comprensión, nuestra experiencia irá creciendo.

        A través del arte, el hombre expresa, desahoga, imita, crea o recrea, copiando, fantaseando o ingeniando, aquello material o inmaterial que le preocupa. Para ello se vale del uso de los distintos componentes materiales de que disponga. Con estas actividades, el artista revela un enfoque personal sobre lo existente.

       El término arte procede del latín ars. En la antigüedad su práctica se consideró maña o destreza en la obtención de algo hermoso o necesario. Es en el Renacimiento que se da por primera vez la distinción entre artesano (productor de obras múltiples) y artista (productor de obras únicas), creándose un lenguaje articulado. Es también en esta época que aparecen los primeros museos, las colecciones privadas, los galeristas, mecenas y coleccionistas, siendo a partir de 1920 que se hace distinción entre “bellas artes” y “artes nobles”, dando un paso importante para su aclaración y estudio.

        El arte tiene el poder de expresar percepciones y sensaciones generalmente no explicables con palabras, siendo mediante la actividad artística que podemos dar con la clave para poder revelarlas de modo oportuno. Los filósofos a lo largo de la historia se han encargado de reflexionar profusamente sobre ello, tal la importancia que adquirió desde que el humano se notó ser pensante.

  Las obras de arte no dejan de ser, entre otros factores, provocaciones con las que polemizar o llamar la atención sobre algo que ni siquiera el artista a veces sabe explicar, haciéndolo a través de finalidades y aspiraciones personales que no son otra cosa que intentos por darle sentido a través de hábitos mentales inscritos en su manera de  captar la vida. Hegel, desde la percepción y modo de entender la estética, intentó definir la trascendencia de esta relación diciendo que la belleza artística es más elevada que la de la naturaleza, ya que cambia las formas ilusorias de este mundo imperfecto donde la verdad se esconde tras falsas apariencias para hacerla más eminente creándola desde el espíritu. Según esto se buscaría la verdad del arte, en un ejercicio mental donde no se trata de imitar o reproducir algo concreto, sino de traducir las sensaciones recibidas mediante la sorpresa y el encantamiento.

      Obrar y trabajar es la forma mágica de descubrir la poesía y poder instalarla en el terreno de la maravilla y del asombro, nigromancia que nos impulsa a crear al sentirnos ante una realidad metasensible donde situar lo anímico en la experiencia cotidiana, satisfaciendo las necesidades de ritmo, cadencia, fascinación, oído, embeleso, simetría, proporción, que definen todo hecho artístico. 

 


Barcelona.-junio.-2014.                                                                                 

 ©Teo Revilla Bravo.






martes, 8 de junio de 2021

HE SENTIDO

 


"El abrazo" Obra del pintor toledano Rafael Canogar  




 

HE SENTIDO

He sentido que la vida se transmite con el aliento
de un abrazo agrandado en otro abrazo.
Que me basta mirar tu sonrisa para cobijarme
en el claror luminoso de tu cuerpo en la tarde,
bellamente adormecido entre pálidos reflejos.
He sentido los intensos ojos del amor atrapar,
a ráfagas de viento y sal, los míos; tu voz
llegarme limpia rodeando el mundo, recogiendo
así los momentos estelares de la misteriosa
luna que acrisola, callada, vínculos y afectos.
Caigo en la cuenta de que esto
que escribo es un poema, que tu presencia
blanca, rosa, verde, es libre y acogedora.
Quedo persuadido de lo importante
del amor en ti y en mí cuando el mar
aparece plácido en el horizonte y estrechamos
los cuerpos en la indulgente roca del afecto,
libres, sueltos, ligeros, desnudos,
reconfortados por el yodo, la sal, la brisa,
la ternura, el éxtasis y el gozo,
en necesario desquite de quimeras pérdidas,
de soledad, dolor y quebranto.

“Océanos de luna”

Cuaderno  VIII (1984-1987

©Teo Revilla Bravo.






sábado, 5 de junio de 2021

ÍNTIMO SILENCIO


Pintura, "El sol de la mañana"  1952 Edward Hooper. Soledad y silencio en la obra de un artista con fuerte fijación en ello. 






ÍNTIMO SILENCIO

 

    Cómo descubrir el camino que lleva al silencio y poder expresarlo, cuando la palabra misma es una intrusa, una forastera inadaptada, una simple invitada de piedra. ¿Cómo hacerlo desde el rostro innoble del ruido que nos destroza y malogra día a día el alma? Pretenderlo es casi un delito, algo por lo que pagar, es querer atentar contra una realidad indescriptible y misteriosa. Pretender hablar desde el reino del silencio, es dar voces en el desierto.

    Hay un silencio interior, genuino, epidémico, contemplativo, místico o ascético, que no sabemos habitar porque huye del contacto con los otros, del ruido que se genera fuera y nos retiene y aprisiona. Afortunadamente, sí hay momentos -si prestamos atención- en que sentimos que nos roza benévolamente, como cuando respiramos la brisa en la montaña, nos asomamos a la orilla del mar, paseamos por un bello paisaje, cuando penetramos en la mirada de la amada o del amado o en los ojos llorosos de un niño, instantes supremos en que la creación se involucra en ello alentando  entendimiento que nos descubre verdaderos.  

    En el mundo de los avances científicos y tecnológicos, en el del corazón intoxicado  de las grandes urbes, es prácticamente imposible hallar íntimo silencio. Sin embargo, es fundamental para reflexionar, para la realización artística, la abstracción anímica y el buen funcionamiento de nuestra psique.

    En esta marabunta de acontecimientos que nos aprisionan día a día, apenas si nos queda el pequeño refugio de la noche para intentar conectar con nosotros mismos evadiéndonos del ruido que nos ha dejado durante la jornada exhaustos.

    Sin soledad, sin silencio, es imposible interrogarse por las grandes preguntas que han inquietado al ser humano desde siempre: quién soy, de dónde vengo, a dónde voy..., como es prácticamente imposible admirar lo asombroso de nuestro propio ser, de la majestuosidad de la naturaleza y del universo que nos rodea y habita. Es, a través de la soledad y del silencio, que sentimos la llegada del amigo al corazón, la profundidad del amor, los sentimientos nobles, la alegría de la paternidad, el sufrimiento ante la desgracia, la pérdida de un ser querido..., de todo aquello que nos hace fuertes y mejores.

    Si lo pensamos bien, todas las cosas importantes que hemos sentido alguna vez ocurren en silencio: el propio desarrollo físico, los pensamientos más nobles, los sueños irrealizables, el amor sentido en profundidad, etcétera, pues la realidad íntima la vivimos y sentimos a través de él. Hasta la misma muerte nos llega en silencio. Pretender vivir con asiduidad e intensidad desde la intimidad, es lo más noble, es alcanzar el silencio de Dios, es hallar la belleza de la creación  y sabernos integrados en ella. 



 Barcelona, junio del 2021

©Teo Revilla Bravo