ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 28 de abril de 2020

UNA REFLEXIÓN NECESARIA



I love academy, obra de Jair Leal.


Jair Leal, es un artista mexicano. En 2001 consigue una beca para participar en los talleres que ofrece el pintor Antonio López en Madrid, donde se instala definitivamente. Su pintura es figurativa con amplios guiños al arte urbano, al tatuaje o a la misma poesía. 









UNA REFLEXIÓN NECESARIA



Pararnos a reflexionar de una manera empírica sobre el hecho artístico, poético, filosófico e histórico, que vaya paralela a la realidad que constantemente está incitando al hombre a olvidarse de lo más esencial, es necesario. Como lo es hacerlo sobre la sensibilidad, esa elegante ternura de saber admirar y amar la vida a través de la misma riqueza que de ella emana, reflejo directo del arte irradiado desde la misma naturaleza. Hemos de alejarnos de lo políticamente nocivo, de lo que nos convierte en  mercancías o juguetes rotos de cualquier red consumista o sistema que domine, abobe o esclavice.

Palabras. Escritos con sensibilidad. La riqueza de nuestra poesía en castellano, la excelentes traducciones que se hacen de las de otras lenguas, el talante noble de quienes se dedican a glosar el silabario hermoso y natural donde a veces sangra el alma pero se enriquecen los sentidos, son la clave para mejorar la vida haciendo afluir la grandeza del ser, a través del pensamiento, de la reflexión, del escrito y del verso. Antiguamente estos dones especiales, se compartían a través del espacio abierto. En la calle, en el ágora, en el prado, en la plaza de la aldea... Circulaban de este modo, entrando en las mentes de las gentes con el mismo aire que respiraban. El bate, el juglar, recitaban actuando entusiastas, y el oyente recibía con alegría, a través de ese sonido vibrándole, la emoción necesaria para calmar su herida alma. Así se  satisfacía una necesidad de alivio que de otra manera, por falta de medios, no podía cubrirse. El romance, el canto, el cuento, la noticia sorprendente, el recitado, la sonoridad musical y festiva de un instrumento, eran latidos en el corazón, salidos para combatir las contradicciones con las que el hombre a lo largo de su historia ha tenido que convivir.

Nos encontramos ante un paisaje sublime adherido al sentido vital del alma, ahí donde el cosmos arde incesante y surge la locución que el poeta vierte con íntima y ferviente convicción. La responsabilidad que adquiere ante la vida parte de saber transmitir ese fondo medular, enjundia necesaria emergida de la sorprendente imaginación, atributo sensible concedido a unos pocos privilegiados. Territorio de libertad, tierra de grandeza y de arrebato capaz de provocar el brío necesario y transformarlo en versos cargados de verdades. Esos axiomas y adagios salidos de los violines del aliento, resumen un universo turbulento –sentimiento y razón- a la vez que expansivo, vertebrando el cuerpo de la poesía como ingente pluralidad emocional emanada del interior de quien escribe con imaginación y agudeza en sustitución a veces de la razón lógica. Especial, especulativa manera de plasmar inquietudes ineludibles. El poeta está en todo. Lo hace usando la facultad que tiene de manejar el lenguaje y hallar la oportuna palabra creando poesía, intento por hallar un equilibrio que convine vida e ilusión, realidad y quimera.



Barcelona.- Marzo.-2013.
©Teo Revilla Bravo












LLANTO



"Ternura" (1989) Obra perteneciente al camino del llanto que emprendió, con sensibilidad humana y pinceles, el pintor ecuatoriano  Oswaldo Guayasamín








LLANTO


Llanto. Penas suspensas en la inmensidad
de la noche oscura. Proscrito murmullo
misceláneo de rezongos y rutinas;
hierros y aceros que  cercan y acercan,
expresando lo más duro de la crecida tormenta.

Todo un pueblo examinado con lupa
dentro de un mapa que en geografía
representa destino de olvidos y carencias.

Los hombres trazan límites, tiránicas
divisiones -soflamas, escudos, banderas,
fronteras, formas agrias y angulosas
para mantener a la gente -espada en ristre-
sumisa, desunida,  enemistada.

Escucho el largo llanto del cautivo sufriendo;
la angustia que sobrecoge vidas cercenadas
a merced de despiadados carceleros.

También escucho hablar la conciencia aliada,
el grito libertario que se acerca hasta el oído
rompiendo letargos, despertando el dolido
corazón, añadiendo  esperanza e ilusión
para que  se abran  por fin puertas solidarias
al emocional  entendimiento que restañe lesiones 
avivadas por la temible herrumbre.




OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno  VIII. (1984-1987)
©Teo Revilla Bravo.







domingo, 26 de abril de 2020

COMENTARIOS SOBRE ARTE.



Marilyn Monroe, pintura de Andy Warhol








COMENTARIOS SOBRE ARTE.

                (que tratan de cómo nos cuesta a veces asumir novedades  culturales que creemos no entender o pretendemos ignorar)


    
Qué buena explicación Teo. Siempre pensé que este tipo de arte comenzaba con la aparición de las agencias publicitarias, cuando la publicidad tenía ese toque artístico que no tiene hoy o que por lo menos es diferente. Claro, en aquellas épocas de cambios drásticos en todo, provocó en mí cierto rechazo, lo recuerdo bien. Es que cuando uno lo está viviendo no alcanza a comprender ese choque de culturas y los cambios duelen sin saber el porqué. Vaya uno a saber qué se opinará del arte de hoy dentro de cincuenta o sesenta años. Y dejando el arte de lado, pero que tiene que ver con los cambios, recuerdo que en mi entonces impertinente juventud, veía a Marilyn como a una "snob" una cara bonita y nada más. Años después cuando leí su historia de vida, su posición de mujer sometida a pesar de atravesar por una época revolucionaria en todos los sentidos, comencé a tenerla muy en cuenta y a comprender que realmente era un símbolo de belleza diferente a la de hoy, y con un padecimiento y una carga espiritual, de la que yo no estaba enterada. La ignorante había sido yo, que me dejé llevar por lo que al mundo en ese momento le convenía contarnos. Mira si tendrá importancia lo que nos cuentas en tu trabajo, que me has llevado tanto tiempo atrás y vuelvo a reflexionar sobre el papel de algunos seres en esta tierra. Un abrazo y gracias Teo.



CONTESTACIÓN


Norma, lo explicas muy bien, a mí me sucedió algo parecido: me negué a considerarlo arte con mayúsculas, quizás por la abundancia de posters llamando -o criticando- al consumo en la época -años sesenta y setenta-, por los colores planos (a mí la pintura me gusta que se note, que tenga su espesor, su materia, su claro contraste) y por sentir que eran en muchos casos fotografías pintadas. Pero aún así, nos formábamos sin darnos cuenta. Lo digo, porque aparte del arte, también me sucedió con ciertos estilos musicales, esculturales o arquitectónicos. Quería crecer tanto y en tan poco tiempo, que desdeñaba cuestiones por considerarlas snobs, antojadizas, o en otros contextos desfasadas. Al fin y al cabo, prejuicios. Es con el tiempo y la moderación intelectual que se adquiere con la edad, que asumimos que somos hijos de nuestro tiempo cultural y lo valoramos, que nos vamos moviendo ilustrativamente y en lo que podemos, por campos amplios, tolerantes y libertarios. 
En cuanto a lo de Marilyn, me pasó otro tanto: menospreciaba la belleza impuesta que representaban sus imágenes, que en este caso concreto creía simbolizaba un prototipo de mujer exageradamente femenino, algo que en esos momentos, con las luchas por la liberación entre otras banderas reivindicativas aún no resueltas, resultaba una molestia cuando no algo contraproducente al sentir que era claro reflejo de la mujer considerada como objeto. Pero bien cierto es, que  a su manera y a pesar de su belleza sofisticada, aportó iconografías, un estilo de belleza y un trabajo de actriz, importantes; aparte, claro está, del Pop Art y Andy Warhol imponiendo nueva estética, hoy del todo asumida. Fuerte abrazo.


Barcelona, diecisiete de junio del 2017.




viernes, 24 de abril de 2020



"El encuentro" pintura de Raquel Forner. Arte actual argentino.







ENCUENTRO

Risas traslúcidas se trenzan 
sobre tu emocionado rostro.

Con mensajes de náufragos olvidos,
de imperios de humo y sangre conquistados,
recuperando veranos de amor y vida
en que el sol extendía  familiares ramas
de amor y dicha, tachando dudas llegaste.

Los delfines de los mares se remueven
por tu ondulante cuerpo atrevido
al  inicio del baile que celebra –gestos
al viento- la  fiesta de bienvenida.

Encontré, en  la palabra tripulante 
de tu corazón amigo, el ritmo exacto 
la  mágica manera de vaciar el alma 
de cansancios marineros, mucha ternura, 
destellos de largas ausencias en tu rostro, 
perfectos manjares para la imaginación 
y el ensueño, vibrante recuperada canción 
de tu vida, luz acariciadora, soñadores 
ojos, recinto soleado, patio de dalias, 
rosas y hortensias, sol, sombra, alegría, misterio.

Lejos de remotas islas perdidas- rótulos,
serpentinas, colores- al encuentro todo sonríe.




OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno  VIII. (1984-1987)
©Teo Revilla Bravo.







lunes, 20 de abril de 2020

LA MEMORIA DEL TIEMPO



"La memoria" 1948. René Magritte.









LA MEMORIA DEL TIEMPO


¿Cómo compaginar objetivamente verdad, vida, esfuerzo, belleza, de tal manera que se pueda desterrar la idea de que todo lo negativo pesa más en la vida de las gentes que lo que debería ser  bienestar, aún dentro de los condicionantes que la propia naturaleza impone?

Habría que intentar recobrar lo primordial, lo recurrente, los fundamentos de estabilidad. Testimoniar valores perdurables, de tal modo que ayuden a avanzar filtrando y erradicando fatalidades y desgracias que con tanta frecuencia se cuelan como misteriosos deformados rostros en los intereses de las gentes. Aspectos que ni se ven ni se tocan, pero que se registran de una manera u otra en nuestras conciencias pudiendo alterarlas, desequilibrarlas, o de algún modo destruirlas. Hay que  establecer y saber expresar una fe que de seguridad, desde el testimonio estético-cultural que produce el arte; una fe que sea evidencia moral, y logre situarnos ante el mundo y sus circunstancias con la garantía de sólidos valores; una fe, en fin, que actúe como antídoto y reforzamiento contra todo lo tóxico que vamos inevitablemente encontrando día a día. Hemos de lograr poner freno al caos falto de originalidad y entendimiento, que con frecuencia vivimos, lograr compaginar la cruda realidad con delicadeza artística a través de una sosegada fórmula vital que nos  redima del agobio que con frecuencia sufrimos.

Ahí entra en función la labor del poeta, del filósofo, del artista,  de todo aquel que hace intentos por armonizar y mejorar nuestra existencia, alejándola de miedos, desventuras, fatalidades, ofuscaciones, tiempos excedidos, negligencias. Poder lograr, a través del arte, hallar la posibilidad de establecer un vitalismo activo, impidiendo lo que hoy consideramos tiempo trascendental dañado o manipulado por la acción de  intereses interpuestos. El método, en consonancia, ha de realizarse en función de lograr una perdurable esencia  favorable y provechosa para la sociedad. Un catalizador precisamos, un revulsivo, algo ineludible para la pervivencia y equilibrio humano.

Hay que invertir en sensibilidad y entusiasmo. Hacerlo a través de la persistencia y perseverancia, factores que hacen evolucionar el espacio trascendente y progresivo donde movernos cómodos y convencidos. Espacio sostenido por la entelequia, el ensueño y la imaginación, conscientes de que la perspectiva y la orientación se pueden convertir fácilmente en quimeras.

Generar, a través de una visión presidida por la nostalgia edénica -tal vez onírica, ilusoria, apócrifa- la idea clara de lo que se ha de trabajar,  creación a creación, voluntad a voluntad, verso a verso, regalando la visión personal que todo artista posee para ponerla en práctica con alentadores significados a través de tejidos emocionales.

Hay que buscar la memoria del tiempo. Retenerla. Crecer con ella. Comulgar con una gnosis que nos sea afín, contribuyendo con nuestro esfuerzo personal a engrandecer la parte indulgente de la humanidad. Hallar, en fin, el modelo ético, tenaz, rebelde, de ciudadanía en el ámbito sociocultural,  que haga mella, golpee falsos juicios y prejuicios, y ayude a transformar para bien el universo humano a veces irracional y violento.


Barcelona.-Marzo.-2013.
©Teo Revilla Bravo.

FOTOGRAFÍA Y ARTE



Recordando al amigo Mario Luengo. PLaya de los Vilos, CHile. Foto Karyn Huberman








FOTOGRAFÍA Y ARTE

Amplia gama de temas y géneros, como todo arte, proporciona la devoción por la fotografía, un elemento cercano a todos, no siempre bien entendido y aprovechado. Se ha de sentir un estimulante precedente, en el hecho de fotografiar,  a lo que podríamos considerar mirada intencionada –ese ojo es ya una cámara que capta imágenes-, una intuitiva parada a la reflexión en torno a la naturaleza real que nos ha llamado la atención, antes de proceder, momento de decidir si hacer la toma o no y mostrarla luego de manera específica. Son posibilidades artísticas y especulativas, que permiten crear imágenes amplias que den lugar a interpretaciones diversas como en similitud lo hace todo hecho artístico. El acto de apretar el botón de la máquina ofrece, en el marco de la cultura de nuestro tiempo, una  forma de demostrar que nuestra visión está en constante formación de sentir e interpretar lo que vemos.
Hay que hallar una inquietud, un estilo propio, una sencillez y originalidad. Sentir  que somos capaces de lograr algo realmente atractivo mediante la sobriedad, la elegancia, y un riguroso planteamiento técnico y formal que incida en nuestra consciencia para poder hallar la perspectiva cuando nos encontramos con el objetivo elegido, manera de conseguir que lo recogido logre alcanzar una identidad estética y conceptual diferenciada, verdad indecible, irrefutable, definitiva, que posea la capacidad del encantamiento o sueño deseado. La fotografía artística podríamos definirla como poesía sin palabras, exploratoria de las dimensiones extraordinarias que ofrece este medio.
Un fogonazo, un relámpago de luz venciendo la oscuridad, un instante de concentración, la capacidad de abstracción, e incluso de fantasía abriendo puertas a la expansión del concepto y de las posibilidades de la representación, pueden revelar un mundo prodigioso donde se combinen ensueño, realidad y arte.


Barcelona, a veinte de marzo del dos mil veinte.
©Teo Revilla Bravo.




viernes, 17 de abril de 2020

TIEMBLA, TIERRA…



"Tormenta de nieve sobre el mar" (18142. Obra de William Turner

Un borroso, diminuto barco de vapor, es sorprendido súbitamente por un tormenta tratando, denonadamente, por evitar hundirse. El humo, la nieve que cae, las rachas de viento con sus fuertes y violentas fuerzas, y el mar agitado y embravecido, se mezclan para dejar una estampa gloriosa para el arte, gracias a un pintor como Turner adelantado a su tiempo.






TIEMBLA, TIERRA…

Después de milenios formándose  tobas calcáreas,
formas indeterminadas en extensas grutas,
el tiempo fue marcando con fuego vivo las puertas
de la imaginación y de la vida.
El barro formó figuras arrogantes y del espejo claro
del río, un día apareció el légamo con que el destino
configuró la estampa singular del hombre.
Un abrazo entre pulido de piedra y respiro de aire,
lo puso en movimiento poblando vastas  planicies
de la gran sabana alejado de los frondosos bosques
que lo vio nacer. El ave, revoloteando, graznó
a su lado, el reptil se deslizó sigiloso por la planicie,
las manadas de animales salvajes pastaron animosas;
de la agricultura, a la caza, de ésta a la pesca,
cruzó el hombre tiempo y lugar hasta llegar
a la artesanía, e indagando en su corazón al arte
de pensar y crear, a establecer la imagen divina
de dios para hacerse humilde, dolido y temeroso,
ante los cataclismos y catástrofes naturales
que enviaba airado y enfadado por desobediencia
y desorden. 

Entonces, todo:vida, color, aire, muerte,
se hizo evidente.

Aflorando en civilizaciones, conquistas y estandartes,
creando divisiones y fronteras de poder,
orgullo de batallas e invasiones, 
la guerra se adueñó de todo para quedarse.
Armas mortales de destrucción masiva, matan o esclavizan,
en nombre de ese dios que en contienda ambas avanzadas
reclaman -envueltos en ilusoria gloria- como propio.

Tiembla, tierra; tiembla, Dios.
La paz permanente, aguarda.


OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno  VIII. (1984-1987)
©Teo Revilla Bravo 






miércoles, 15 de abril de 2020

HUMO Y CENIZA




El sueño". Es una obra cubista del pintor español Pablo Picasso. Fue pintado en 1932. 








HUMO Y CENIZA

Ceniza por la mesa, por la ropa, por el suelo, por la cama. Ceniza y restos de cigarros por todas partes. No puedo aquietarme ni concentrarme, estoy ante un desorden dominante. Ni calmarme, ni escribir. Fumo y fumo compulsivamente como un desesperado mientras miro, alucinado, la hoja que al lado retándome permanece en blanco. Absorto, contemplando la negrura de la noche violentar la ventana, noto que me sumerjo en la boca del tiempo, que entro en ella por un pasadizo hasta llegar a una estancia repleta de espejos refulgentes, luces subyugantes dando tumbos y más tumbos a la velocidad del vértigo en lo profundo e insondable del sueño. Me dirijo, con el fin de hallar suficientes estímulos que puedan recrearte superando aturdimientos y vaivenes, hacia fértiles territorios dispuesto a escribir de pura complacencia literaria. Pero el bloc me arde entre las manos, literalmente inflamado de tachaduras, palabras irrelevantes, frases vacuas, quebradizos alientos, retóricos maltrechos fastos.

        Ante la inoperancia y el desacierto que me acompañan, lío y lío cigarrillos con el propósito de evitar cabreos y esperar paciente la llegada propicia de la musa. Pero lo que llega, conducido por arreos invisibles pertrechados entre letras y letras, es la terrible angustia que se instala -en hechura de extensa humareda, brillante y bendita alquimia─ en el fondo más desatendido del alma para quedarse, para ver cómo se me carbonizan los pulmones y se me calcinan las ansias. Y es que, si te pienso e  intento armar el dibujo que fiel te represente, se incendia la esencia viva de mi ser, se extorsiona hasta mi ánimo. No lo consigo. Se me estalla, antes de poner una sola palabra, la aljófar de la emoción y los posibles plectros que te enardecen, amor, de grácil perfección, se envician y dopan perdidos entre brumosos versos desaparecidos, rescoldos, ceniza y años.


Es así. Como entrar en un complejo juego de fracasos propiciados por la araña enreda-ideas al dejar segregaciones, hilillos de amor y dicha, en yermos campos del sentimiento. Ahí donde germinan trazas y caligrafías, sembradas y florecidas al azar, desalineadas y mal abonadas por la mano rebelde e inútil de quien  pese a todo se cree poeta.

En el aire espeso y cerrado ─ámbito del sueño─, se congregan infinitas volutas. En ese mal ambiente que siento me ahoga, aún persigo un ápice de optimismo en intentos por hallar versos afortunados, descabezando ideas, sublimando imágenes, lanzando soflamas, valiente como pocos, vagabundeando por la fantasía donde se generan confusas alegorías y no menos confusas letras de desánimo. Escribo, en esta noche de locura y humo, hasta notar, dejado de la mano de dios, que me asfixio incompetente. Entonces abro la ventana  para respirar, y sale por ella la nube de humo retenida en el salón. 

Al respirar aire y despejar los ojos, despierto al nuevo día con la sensación heroica y engañosa de haber parido, entre polvos, cigarros, humos, y despojos de sueños, el personal abecedario del amor y  de la dicha que con tanto afán perseguía. 

Pronto me doy cuenta de que no queda absolutamente nada de nada, salvo un ligero atontamiento de cabeza. Que todo fue en realidad una vana quimera desvanecida con la claridad del alba.

 Interiorizado y sensible, de vuelta de  deslumbramientos y fatuos sueños, perceptivo ante la primera luz que ilumina la estancia y se aquieta en tu rostro dormido, mi alma se reviste de júbilo consciente ─temblor notorio, centro ferviente de deseos, privilegio del amor─ de que una amanecida más, serena y hermosa, respiras a mi lado. 




DESDE EL FONDO

Cuaderno V. 1978 - 1980

©Teo Revilla Bravo.




martes, 14 de abril de 2020

LO QUE IMPORTA ES POESÍA


Composición 8. Obra de Wassily Kandinsky. 









LO QUE IMPORTA ES POESÍA


Importa el sentimiento, la sensibilidad que nos ocasiona los roces con la propia vida. Importa nuestro latir, y el de cuantos nos rodean. Importa la voz, metamorfoseada en letras, como aliento y desahogo. Son emociones con las que uno va educando y concienciando el alma, de tal modo que se vaya tornando más atenta, reflexiva y contemplativa. Esto permite, como con las cuerdas de un violín, ir afinando y tensando momentos, hacerlos vigorosos, templados, sonoros, conmovedores, propios, íntimos  y, en lo posible, desintoxicados de la acción contaminadora del entorno.

El poeta escribidor (también hay poeta lector, poeta contemplador, poeta pintor, etc.,) ha de exigirse mucho para lograr obtener el ritmo adecuado, la cadencia, el compás o mesura que se requiere, todo lo que compone la verdadera sinfonía cuando es pensada como inasible y delicado poema. 

Quizás lo más complicado y complejo de esta labor donde uno se juega el ser o no ser como escritor, donde se acierta o se fracasa intentando hallar la mejor manera de mostrar emoción a través de la palabra, es tener la posibilidad de dar con la clave de poder expresar el sentimiento. Este intento de manejar con acierto la palabra, debe propiciar una evolución necesaria, mágica, gratificante. Hallar el vocablo apropiado, pero también el tono, las notas de emoción, el ritmo, la armonía arquitectónica, la esencia musical simétrica en consonancia y contenido,  la serenidad compensatoria. La poesía es un efecto vital; un prodigio artístico ligado a la existencia,  consustancial y primordial en el propio ser. No puede haber mundo sin poesía.

Conciencia, reflexión, tolerancia, sano crecimiento.  La poesía nos sirve, a través de beneficiosos efectos, para comunicarnos desde la intimidad de los sentimientos con el mundo. Compartirlos con los otros, formar un lenguaje íntimo, intemporal, fraterno. Todo nos acerca y nos propicia. Sintámosla, gocémosla. En una palabra, contemplar la naturaleza tutelar y vivirla con los ojos bien abiertos como cuando éramos chiquillos, gratamente sorprendidos y entregados. Hecha esa traslación a nuestro cerebro, surge el poema creando un estímulo tan grande que jamás podremos y querremos desprendernos de él. El poeta, como se diría de cualquier otro artista, nace y se hace de lo  vivido sentido.

La poesía, en su forma de escritura, es extraordinaria. Pero por desventura minoritaria. El poema se escribe para uno mismo y para quien receptivo lo lea, pues es un género literario especial al que se entra desde la predisposición y devoción de un espíritu sensible. No por eso hemos de considerarlo elitista, pero sí es cierto que todo el entramado emocional de la persona ha de darse en ello para encajar y apreciarlo en su justo valor. Exige, por tanto, cierta predisposición, cierto requerimiento e iniciación, un aventurarse valiente por vibrantes sendas emotivas.

El poeta, aparte de escribir, se inicia y se hace a través de buenas lecturas. Ser poeta o sentir poesía en uno, requiere determinados requisitos específicos, mucha sensibilidad y llamadas a la calma, algo que con harta frecuencia por unos motivos o por otros, nos falta.

La poesía, que nació en ferias, fiestas, y caminos campestres para que llegue a todo tipo de gentes envuelta en romances y canciones pródiga en recitados en plazas y calles de aldeas, debería de tener, mediante la educación, la escuela, la teatralización o la tonadilla, esa posibilidad de retorno a su origen popular haciendo posible que todos puedan gozar e iniciarse en ella. Humanizar mediante la escritura y la declamación; ser oportunos juglares; salir del claustro, compartir sensaciones, quitarnos los recelos de no ser comprendidos.





Barcelona, febrero del 2013.
©Teo Revilla Bravo.