"Ternura" (1989) Obra perteneciente al camino del llanto que emprendió, con sensibilidad humana y pinceles, el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín
LLANTO
Llanto. Penas suspensas en la
inmensidad
de la noche oscura. Proscrito murmullo
misceláneo de rezongos y rutinas;
hierros y aceros que cercan y acercan,
expresando lo más duro de la crecida
tormenta.
Todo un pueblo examinado con lupa
dentro de un mapa que en geografía
representa destino de olvidos y
carencias.
Los hombres trazan límites, tiránicas
divisiones -soflamas, escudos,
banderas,
fronteras, formas agrias y
angulosas
para mantener a la gente -espada en
ristre-
sumisa, desunida, enemistada.
Escucho el largo llanto del cautivo
sufriendo;
la angustia que sobrecoge vidas cercenadas
a merced de despiadados carceleros.
También escucho hablar la
conciencia aliada,
el grito libertario que se acerca hasta
el oído
rompiendo letargos, despertando el
dolido
corazón, añadiendo esperanza e ilusión
para que se abran por fin puertas solidarias
al emocional entendimiento que restañe lesiones
avivadas por la temible herrumbre.
OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno VIII. (1984-1987)
©Teo Revilla Bravo.
Un texto sobrecogedor, por el momento que estamos viviendo sobre todo. Tan lleno de esperanza como de cruda realidad. Tanto que es hasta utópico. Yo también escucho el llanto del cautivo y escucho hablar la conciencia aliada, pero mucho me temo que este planeta está lleno de sordos y desmemoriados.
ResponderEliminarTuve esa obra en la pared de mi habitación durante cinco años.
Es una obra magnífica, conmovedora, humana a más no poder y efectiva... En cuanto al poema, agradecerte su lectura, cómo no, siempre es un aliciente recibir un comentario desde el aprecio.
EliminarUn abrazo, Cyrano, que este largo puente de primeros de mayo te venga bien.
No es difícil que fluya el llanto cuando ves por distintos medios tanto dolor, angustia, hambre y muerte enfrentada a muros, barricadas, cercas, disparos. Damos gracias a que existe gente solidaria que se la juega por el débil, pero como bien dice Jordi, los más son sordos a los gritos y al llanto...y no es problema de oído. Nadie mejor que Guayasamín para ilustrar este poema. Besitos
ResponderEliminarNada más que esa pintura casi excesiva pero hermosa e impactante para clamar contra el dolor.
EliminarUn abrazo, Karyn, y sigamos practicando la solidaridad.
Me estremece la pintura de Guayasamín y me desgarran tus versos, con el alma rota ante lo que contemplo.
ResponderEliminarNo sé qué decir, amigo Francisco. Sé de tu sensibilidad, de tu humanidad. Gracias.
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