ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

lunes, 20 de abril de 2020

FOTOGRAFÍA Y ARTE



Recordando al amigo Mario Luengo. PLaya de los Vilos, CHile. Foto Karyn Huberman








FOTOGRAFÍA Y ARTE

Amplia gama de temas y géneros, como todo arte, proporciona la devoción por la fotografía, un elemento cercano a todos, no siempre bien entendido y aprovechado. Se ha de sentir un estimulante precedente, en el hecho de fotografiar,  a lo que podríamos considerar mirada intencionada –ese ojo es ya una cámara que capta imágenes-, una intuitiva parada a la reflexión en torno a la naturaleza real que nos ha llamado la atención, antes de proceder, momento de decidir si hacer la toma o no y mostrarla luego de manera específica. Son posibilidades artísticas y especulativas, que permiten crear imágenes amplias que den lugar a interpretaciones diversas como en similitud lo hace todo hecho artístico. El acto de apretar el botón de la máquina ofrece, en el marco de la cultura de nuestro tiempo, una  forma de demostrar que nuestra visión está en constante formación de sentir e interpretar lo que vemos.
Hay que hallar una inquietud, un estilo propio, una sencillez y originalidad. Sentir  que somos capaces de lograr algo realmente atractivo mediante la sobriedad, la elegancia, y un riguroso planteamiento técnico y formal que incida en nuestra consciencia para poder hallar la perspectiva cuando nos encontramos con el objetivo elegido, manera de conseguir que lo recogido logre alcanzar una identidad estética y conceptual diferenciada, verdad indecible, irrefutable, definitiva, que posea la capacidad del encantamiento o sueño deseado. La fotografía artística podríamos definirla como poesía sin palabras, exploratoria de las dimensiones extraordinarias que ofrece este medio.
Un fogonazo, un relámpago de luz venciendo la oscuridad, un instante de concentración, la capacidad de abstracción, e incluso de fantasía abriendo puertas a la expansión del concepto y de las posibilidades de la representación, pueden revelar un mundo prodigioso donde se combinen ensueño, realidad y arte.


Barcelona, a veinte de marzo del dos mil veinte.
©Teo Revilla Bravo.




4 comentarios:

  1. Antes que nada, mil gracias por considerar mi fotografía como ilustración al escrito, es todo un honor, habiendo tantos y tan buenos artistas en el mundo.
    Aún recuerdo el ruido y el fogonazo del flash, de esos cuadraditos que había que colocar cada vez que quería hacer una fotografía nocturna. Las cámaras han cambiado mucho en estos años, ya casi no se encuentran analógicas y me da una pena grande, porque sacaban unas fotografías maravillosas, podías jugar con la luz y la sombra; es cierto que actualmente hay maravillas y que ya no tienes que cargar un aparato inmenso porque los móviles te permiten hacer preciosidades, pero siempre para que esa fotografía sea realmente arte, deberá haber en ella un plus de sentido e intuición, de saber capturar el instante, el color, el movimiento...pero junto a ello, la magia, lo etéreo, el poema. Gracias, besitos

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    1. Se lo merece, es muy hermosa y sensible... Yo también echo de menos aquellas cámaras, qué lástima que la nuestra se haya negado a funcionar. Completamente de acuerdo con tu exposición, querida karyn. Un abrazo.

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  2. Mirar es una cosa y "ver" es otra. Las cámaras actuales, incluidas las de los teléfonos, aportan toda la calidad tecnológica, pero nunca podrán sustituir la intuición y creatividad de la "mirada fotográfica" Esa forma de ver que permite hacer arte congelando un instante irrepetible robado al contexto.

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    1. Así es, amigo Francisco. La mirada fotográfica es la valedora de todo arte, sea con una cámara actual o con la que usaban nuestros abuelos. La poesía, el arte, nacen del alma para nuestro disfrute, para hacernos sensibles y mejores.
      Un abrazo enorme.

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