ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

miércoles, 28 de abril de 2021

COLORES QUE OFRECE LA NATURALEZA


"Bosque otoñal" 2008. Obra de mi autoría.





 COLORES QUE OFRECE LA NATURALEZA


                             A Maribel García, Cortes.

    La llegada del otoño, la primavera, el invierno o el verano, lo hace siempre con  una explosión de matices cromáticos -donde menos es siempre más- diferenciados, dignos de admirar en cualquier estación. Unas veces provenientes de la luz en todo su potencial como en primavera y verano, otras más tamizados  pero generando igualmente momentos memorables.

    El cambio de una estación a otra podríamos interpretarlo como el inicio que tienen los colores de ir transformándose imperceptiblemente. Así como en el otoño o el invierno la “senescencia” o envejecimiento celular nos acercan al marrón, al verde grisáceo, al naranja rojizo o amarillento, a momentos de menor actividad de la luz permitiendo de manera sutil e insospechada apreciar los cambios, la primavera y el verano resultan ser una maravillosa explosión,  un fogonazo sorprendente y vibrante de color.

    Los apasionados a adentrarse en la naturaleza a recorrer valles, caminar entre sembrados, subir y bajar montes y collados, nos sentimos directamente hechizados y atraídos por todo lo que se presenta ante nuestros ojos, todo un libro abierto o código de color que nos va descubriendo la esencia de lo que somos. Cada paisaje es en el fondo un estado del alma, decía Unamuno con toda la razón. Esas sensaciones cromáticas con su hermoso lenguaje, son las que nos llenan verdaderamente de estímulos vitales y tranquilizan  el alma.

    Los colores del medio natural, abren puertas a nuestra sensibilidad, son inimitables y necesarios para la salud, forman parte de la capacidad poética que logramos alcanzar al respirar, al sentir, al saber llevar al arte de pintar o escribir lo recogido con tanto entusiasmo. Tonos y coloraciones naturales, nos tiñen de gratas sensaciones, de momentos y recuerdos afectivos que direccionan nuestra sensibilidad hacia el respeto absoluto del medio ambiente. Son, por decirlo de algún modo especial, la alquimia de la vida.

    Los aficionados al paseo, a la caminata por montes y valles captando el instante mediante la toma de fotografías, conocen bien lo que quiero decir. Ellos han aprendido a saborear con cada paso acumulado, la importancia del matiz. Han aprendido, poco a poco, mirada a mirada, a esclarecer detalles que a otros pasan desapercibidos, coloraciones delicadas escondidas entre el marrón-naranja, entre el intenso verde, entre la variación floral del follaje que alfombra el bosque.

    Todo ello representa un canto de amor a la naturaleza. Un grito entusiasta necesario si queremos que el planeta sea respetado, permanezca vivo y nosotros con él.  

 


Barcelona. Abril del 2021.

©Teo Revilla Bravo  






domingo, 25 de abril de 2021

LAS PALABRAS

 



El Poder de la Palabra. The Power of the Word.´Obra -abstracción lírica- de Zao Wou-Ki, pintor francochino






LAS PALABRAS

 

Las palabras que escribo bajo la luz tenue del escritorio,

se esparcen entrando una a una en la imprecisión de los propios

pensamientos. El pulso se detiene. Se paralizan los reversos.

Al borde de tus ojos, en ti  enamorado aguardo.

 

Hay una distancia que es necesario descubrir

para distinguir lo preciso de unos poemas aún no nacidos

pero que anidan en la variante cósmica de la mente,

si te pienso.

 

Consciente de esa circunstancia, contemplo este desorden

y me detengo mientras el ánimo entreteje congruencias

intentando dar con la clave del secreto.

Luego en el repaso de los sueños me descubro sereno,

reunido conmigo mismo en íntimo ámbito,

que ya no es penitencia ni psicodrama sino dicha

envolvente que se extiende como aura de venturoso destino.


Las palabras se resumen -en ti, en mívagando 

con sorprendente ritmo vital.



“Océanos de luna”

Cuaderno  VIII. (1984-1987

©Teo Revilla Bravo.









martes, 20 de abril de 2021

OTRA REALIDAD VI

 


Ilustración del artista mejicano Adrián Pérez.






OTRA REALIDAD VI

 

    Un sonido estertórico es silenciado por incesantes mareas, momento previo al eclipse que se avecina apagándolo todo. Saltar hacia atrás, a ciegas, sin mirar, sin saber hacia dónde. Qué más da, si todo me aleja de ti llevado por el aire hacia el vacío que parece sostener mi ser. Nada entre ambos. Sin ti, abismo. Necesito el sabor de tus labios al beso, el tacto de tu piel al pegarse a la mía, cada susurro dado y su eco recogido y dibujado en las paredes de la habitación, el gemido profundo de la pasión, la hondura azul del sexo cálido, los mensajes de ternura cifrados en los  íntimos respaldos del alma...

    Huir de locuras que acercan al olvido, al filo convulso de todos los sinsentidos, a la muerte desde el desnudo abrigo que ni ampara ni protege. Hoy no brota un solo verso de esta hoja fallida. No noto la presencia de la palabra escrita, de la intimidad del poema complaciente. Siento, eso sí, un padecer sintomático, emociones resistiendo inertes ante las ásperas dunas del olvido.

    Camino sobre una lluvia de espejos rotos. El reverso de la realidad me da de frente si los miro. Brota del silencio sin un antes, sin una historia en común, sin nada tangencial que marque mi destino junto al tuyo. Es como si permaneciera dentro de un negativo fotográfico sin revisar el histograma, sin corregir lentes, sin revelar y recortar defectos, rostro innombrable cifrado en ti y reservado a posterior aparición, visible una vez agitado el encuadre del efecto fotosensible proyectado  sobre el mágico lienzo del amor.

    La nostalgia me muerde el alma. Te nombro cuando callo, cuando ausente te toco y mimo idealizada en sueños profundos. Todo reflejo de ti es una maravillosa interrogación, una lluvia de estrellas desplegadas por los labios, gotas trasparentes en busca del amanecer, armonía, libertad, estelar ternura,  presencia avanzando hacia mí. 


Barcelona, abril del 2021.

©Teo Revilla Bravo  






lunes, 19 de abril de 2021

LA MINA DE CARBÓN

 





Plaza de la mina. Foto A. Mario Fernández, 2013.






LA MINA DE CARBÓN

 

                  (Dedicado a los mineros de la cuenca hullera  barruelana)

 

    Mi abuelo materno, Teodoro, trabajó bajo tierra en una mina de carbón toda su vida laboral, hasta que un derrumbe -a punto de jubilarse- le sepultó dejándole sin vida. Esto sucedió en Vallejo de Orbó, provincia de Palencia, corría el año cincuenta del siglo pasado, estando yo plácidamente creciendo en el vientre de mi madre. Al nacer, en homenaje, se me puso su nombre que significa, qué responsabilidad, don de dios. El otro abuelo, el paterno, Felipe de nombre, también trabajó en la mina muriendo a la edad de ochenta y tres años víctima de la silicosis, enfermedad que contrajo como picador en El Calero, el pozo más grande de la zona minera palentina.  

    Trabajar como minero de carbón, a nadie se le escapa, es un trabajo difícil y peligroso. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de no sé qué año, ya no me acuerdo, los mineros del carbón son casi seis veces más susceptibles a las lesiones fatales que la tasa general en todos los sectores empresariales privados. Allá a metros de profundidad, alejados del medio ambiente al que el hombre está acostumbrado a vivir y respirar, en esas recónditas honduras donde la tierra está fuertemente ennegrecida, los cuerpos de  picadores y guajes, comprimidos entre angostas galerías veteadas, intentan agilizarse como pueden para poder entibar, usar pico y pala, e intentar respirar un aire que por momentos parece faltarles. Han de  tener en cuenta, en esa peligrosa situación, que el fuego puede hacer arder el temido gas y provocar a la muerte que ronda sin descanso entre galerías con voluntad de actuar. El grisú no avisa; el grisú llega y mata; el grisú, como bien explica Heinrich Böll en un escrito relacionado con las minas carboníferas alemanas en los años cincuenta y sesenta, puede convertir en tumba galerías y vetas en un solo instante, reinando luego el silencio más cruel y prolongado que pueda darse. Pero si se tiene la suerte de cumplir la jornada, tomar una ducha, quitarse la capa de polvo negro y espeso que tapa la cara, de poder colgar y colocar las ropas de faena en su sitio, llegar hasta arriba y ver la luz luego, la vida vuelve a ser clara y luminosa, torna la sonrisa, la seguridad afectiva entre los suyos.

    Cuando se produce una explosión, cuando hay un derrumbamiento que ciega el túnel principal quedando mineros atrapados, esos pensamientos, anhelos y ansias de vida, crispadas cuando se produce un accidente, se agigantan enormemente creando experiencias únicas que afectan su porvenir. Nace en ellos un espíritu de rebeldía, de posicionamiento contra la compañía minera de turno, contra el capataz o representante del explotador que mantiene las minas anticuadas por no invertir en seguridad laboral. Esos valores de los que hablamos, confianza, solidaridad, amistad, se afianzan aún más cuando la jaula los lanza a las profundidades conscientes de que en un solo segundo puede llegar la fatalidad. En esos momentos, saben que unos dependen de otros para que nada falle. Así nace una amistad que se convierte en una suerte de hermandad donde el minero siente con emoción que respira, que vive al lado de otros recobrando  anhelos y vivencias. La mina prepara para lo peor y para lo mejor. Ahí abajo, día a día, hora a hora, en el taller de la galería o en el oscuro tajo, dejan sudor, lágrimas,angustias, padecimientos, cantos y alegrías. A veces, como en el caso del abuelo Teodoro, la vida.

    Soy hijo y nieto de mineros. La mina va impresa en mí ADN desde que nací. Viví dolor, lutos e inseguridades, bien temprano; escuché las campanas de la parroquia de Santo Tomás, repicar con cada accidente letal; aprendí a sentir, respirar, y oler la muerte, con cada suspiro o grito de dolor dado por una joven mujer al quedar viuda. Lo mejor de cada persona surge cuando se está en las mayores dificultades, cuando la adversidad puede ganar la batalla dejándonos huérfanos de alguien a quien amamos.

    Las minas de Barruelo se cerraron entre 1968 y 1972. El gobierno franquista no cumplió las condiciones previas de venta de las minas como estaba previsto, y más de 1.000 trabajadores junto a sus familias tuvieron que buscarse la vida en otros lugares. Así, de esta manera tan triste, acabó la forma de vida de un pueblo dedicado a la extracción del carbón durante más de 100 años.    

    Por otro lado, lo complicado de la orografía de la zona cántabro-palentina, unida al corto periodo de tiempo transcurrido desde que estos valles abandonaran su configuración original, ha puesto de manifiesto un conflicto geológico al no devolvérseles su aspecto natural a los paisajes, algo que sigue siendo reclamo y exigencia pues apenas hubo pequeños intentos de penalizar con insignificantes multas. El paisaje de estos montes y valles, en otrora tan espléndidos y naturales, sigue adoleciendo de serias respuestas para restablecer la unidad ecológica que nunca, si se hubiera obrado con inteligencia, debieron perder.  

    Homenajes y recuerdos a los valientes mineros que dejaron sus vidas mientras trabajaban. Ellos, junto con el resto de compañeros, contribuyeron a crear prosperidad en los pueblos palentinos de minería cimentando la economía local. En el caso concreto de Barruelo, contribuyendo también mediante los ferrocarriles del norte y Altos Hornos de Bilbao donde usaban su carbón, a levantar un país paupérrimo aún dolido por la desolación que dejó la Guerra Civil. Esos mineros valientes, ayudaron a convertir estas villas y pueblos en focos luminosos de prosperidad, de afecto vecinal, de concordia y solidaridad.

 

Barcelona.-abril de 2014

©Teo Revilla Bravo.





sábado, 17 de abril de 2021

MISTERIO

 




Imagen: iStock






MISTERIO

 

 El límite está en este rincón de aspectos

personales que encierran y dominan.

 

Sol  chocando en los cristales

abriendo paisaje,

penetrándome hasta invadir mi alma..

 

Término huidizo,

tren en marcha,

sucesión de estaciones e itinerarios

que acerquen  al encuentro con la naturaleza.

 

Las distancias forman un panorama germinal

de colores y luces absorbentes.

 

Cuando llega la noche todo es huidizo.

Sólo se sienten susurros al viento,

oscuras sombras,

apagada luz,

imperceptibles sonidos.

 

Como en el espejo,

lo oscuro se convierte en magno misterio.

Si penetro en él, sé que ahí habitas.




jueves, 15 de abril de 2021

CREANDO

 


William Blake: "Elohin crea a Adán"






CREANDO

 

 

Creando, manipulando,

forjando abismos,

persiguiendo la insomne

amenaza de animal herido.

Esta edad no tiene nombre

ni posible apellido;

esta edad decrece despacio

hacia el sumidero yerto

de los cristales fríos.

 

La luz figura garabatos en el aire

con un desorden que maravilla.



Teo Revilla Bravo, 2020

Soledades Cuaderno XVIII ( 2013 al 2014)





miércoles, 14 de abril de 2021

OTRA REALIDAD V

 

"La pesadilla" (1781) Obra de Henry Fuseli, pintor suizo inclasificable. 

 






OTRA REALIDAD V

 

                 “Todas las artes son acaso una forma de sueño”, decía Borges.

    Siento que llegaste en un sueño, que te conocí mientras escribías un verso sujeta a los avatares de la luz del amanecer, justo en el momento en que un pájaro se posaba sobre un cable eléctrico contemplando el extenso paisaje que se le ofrecía. Me sometía al temor-temblor, pensando que podía despertarte, ambos boca abajo prendidos como murciélagos de la infinitud del espacio.

    Ondulaciones de la fantasía. Sobresaltos de la conciencia.

    Hermoso misterio, si te pienso y reclamo.

    El tiempo nos precipita, amor. Me obsesiono con esta idea, porque sé me apartará de ti, del sueño hallado, de la felicidad hoy creíble.

    Cada segundo que pasa sin entrar en el sueño, es un suicidio sin filtros ni manchas lunares, es una vía abierta hacia la página de arena del libro donde escribo poemas robados al trasluz de la ilusión, arrebatado afán por hallarme a mí mismo en ti. Versos como ráfagas de viento en la pluma rota,  desfilando sin leyes ni tinta por la gravedad que nos circunda y se pierde.

    Hubo ceguera y delirio antes y después de soñarte. Ciénagas. Realidad profunda. Sombras dolientes y exaltadas moviéndose hacia la luz tras el silencio oscuro que atraviesa la noche. Roturas, grietas, vacío en las huellas dejadas, infinitud de tatuajes en el cuerpo, en el ánimo, en la  piel besada.

    Metafísica del regreso, la mirada se precipita en lo que observa. Es su objetivo, lo presentido e innombrable. Y en frente, la otra mirada -hilo sutil que no se rompe- captada al vuelo. Llegada del revés para propiciar el encuentro, origen -ascender, descender- sin fondo de dos, ámbito ilusorio y neutro.

    Cielo azul atormentado por jirones de luz. Destellos inseguros de una tempestad insaciable que jura venganza. El amor, la mirada que ejercemos compenetrados, es la simbiosis deseable, la espuma  de una envolvente ola que nos atrapa, eleva y hunde.



Barcelona, abril de 2021.

©Teo Revilla Bravo  





 

lunes, 12 de abril de 2021

LA MUERTE

 


"Autorretrato con la muerte tocando el violín" (1872)  Obra de Arnold Böcklin, pintor suizo encuadrado en el simbolismo, de gran influencia en el posterior movimiento surrealista.






LA MUERTE

 

“En la vida no vamos hacia donde queremos,

sino hacia donde el destino nos lleva.”

 

La muerte, con sus trenzadas ligaduras,

escudriña en torno a la mejor manera

de desenmascararnos, de volvernos 

tierra doliente, alarma, lapidario, polvo,  

orden o caos acomodado al sinsentido humano.

 

Misterio.

Derribo.

Descarnación.

Futilidad.

Destrucción.

 

¿Acaso no sientes su presencia, acaso no su furtiva 

mirada? Es un frío que hiela la sangre, que nos deja 

indefensos haciéndonos ver que  la destrucción 

es algo que abrumados o no hemos de encarar.

 

Sin embargo, es tan hermosa la vida cuando

contemplamos el mar relajados, el azul del cielo, 

los verdes prados, el arroyo, la delicada rosa 

del jardín, la inocencia en los ojos de un niño, 

el beso a la amada, que preferimos pensar 

en construir territorios fértiles y en abrir 

meritorias puertas  a la esperanza.



“Océanos de luna”

Cuaderno  VIII. (1984-1987

©Teo Revilla Bravo.






viernes, 9 de abril de 2021

OCTAVIO PAZ




 





OCTAVIO PAZ

 

    Se me hace difícil hablar sobre un escritor, poeta y ensayista, al que admiro mucho. Del poeta sobre todo, porque despierta en mí sentimientos y emociones inabarcables imposibles de poder glosar. Intento escribir, de manera concisa, honesta y breve, máxime si no dispongo de conocimientos epistemológicos para hacer una valoración exhaustiva, sobre Octavio Paz.

    Sí decir, que para él nada era ajeno a cuanta cuestión se planteara en torno a la historia, la literatura y la filosofía, en torno a la vida. Fue tan enorme su saber, estaba tan cargado de  energía intelectual, la desbordaba de tal manera, que no queda más remedio que bajarlo un poco del pedestal en el que su obra le puso, humanizarlo en lo posible, acercarlo y leerle desde esta perspectiva para comprenderle en lo posible y sentir que el entusiasmo puesto en sus escritos nos regala momentos únicos. Ruy Sánchez, literato, ensayista y académico, considera que en Octavio Paz  hubo varias batallas que libraba consigo mismo, entre ellas el dilema de si dedicarse a una poesía comprometida o a una poesía pura. Al final, parece que encontró como solución el camino afortunado de la paradoja. Su obra continúa siendo atractiva, actual y veraz.

    Paz encontró una manera de hacer poesía de alta calidad formal, pero no fue indiferente a la historia. Su invención literaria, al igual que la de los buenos poetas y escritores, es una manera única de estar en el mundo, de apreciarlo y vivirlo con intensidad, para luego en íntima soledad juzgarlo y dejarlo en letra escrita. En cuanto a los muchos ensayos que escribió, debió pensar que había que inventarse la mejor manera de poder pensar cómodamente sobre aquello donde se pueden presentar elementos fidedignos de análisis que resulten gratos al posible lector, porque la obra de Paz ayuda ante todo a pensar. De sus libros, de sus poemarios, de sus entrevistas, uno sale más instruido, conmovido, sensibilizado, comprometido. Comprendemos entre otras cosas, tras leerle detenidamente, que para hacer poesía hay que tener imagen propia, intuición para expresarla, y mucho cabreo y perseverancia para crearla. Paz escribió sobre lo que le preocupaba e interesaba. Le gustaba inmiscuirse en todo. Por eso sabía algo -o mucho- de cada aspecto que trataba, explicándolo con esa manera tan suya, agradable, suave, elegante y didáctica. Fue un portento, con premio Novel sin duda merecido.

    Hugo Verani considera que no se puede imaginar el siglo XX en lengua española sin el poema “Piedra de Sol”, que él consideraba era la unión de todas las ideas en torno a un aspecto muy humano como la persistencia del amor. Un poema que no es solo inteligencia, ya que combina sabiduría con riqueza de lenguaje y con la imaginativa y el encantamiento que tenía el poeta con el mundo y el tiempo que le tocó respirar. Este poema está incluido en el libro “Libertad bajo palabra”.  

    Paz fue un gran promotor cultural, dedicado absolutamente a la erudición. Fue también un agitador apasionado por la crítica donde proponía una visión múltiple y moderna de reflexionar y oponerse a la injusticia, desde una postura liberal. Nos queda afortunadamente su formidable capacidad creativa reflejada en una extensa obra, legado inmenso, generosa aportación de su inmenso talento.


Trascribo la última estrofa del extenso poema “Piedra de Sol”:

 

...quiero seguir, ir más allá, y no puedo:

se despeñó el instante en otro y otro,

dormí sueños de piedra que no sueña

y al cabo de los años como piedras

oí cantar mi sangre encarcelada,

con un rumor de luz el mar cantaba,

una a una cedían las murallas,

todas las puertas se desmoronaban

y el sol entraba a saco por mi frente,

despegaba mis párpados cerrados,

desprendía mi ser de su envoltura,

me arrancaba de mí, me separaba

de mi bruto dormir siglos de piedra

y su magia de espejos revivía

un sauce de cristal, un chopo de agua,

un alto surtidor que el viento arquea,

un árbol bien plantado mas danzante,

un caminar de río que se curva,

avanza, retrocede, da un rodeo

y llega siempre.

 


Barcelona.-31.-03.-2014.

©Teo Revilla Bravo