CUERPOS
Cuerpos celestes, estrellas, brumas
huidas en
aparentes terciopelos,
pájaros errantes descendiendo
peldaño a peldaño, a vuelo rápido,
confundidos al fin en la profunda
agonía.
Cuerpos ávidos, fondos
sin fin, deslices de vida directos
hacia la locura o la muerte ajando
—armazón frío— las superfluas
mejillas de la apática situación.
Como una inmensa maldición
la vida su dolor impotente
grita, mientras las superfluas
ideologías yacen ignoradas bajo piedras.
La poesía intenta ser,
en reclamos de belleza escrita,
diálogo amortiguador que nos salve,
viveza de la palabra y del latido,
reparación,
alma huida en pos de libertad.
La tarde hoy apareció deshilvanada
entre lluvias y fríos destellos de luz.
El silencio se recogió en tus ojos
animosamente, ¡oh, bello conjuro!
mientras -hallazgo prodigioso
del momento- en exacta armonía,
coincidentes me observabas.
Del resto, nada que reclamar, amor:
es memoria, ausencia, pasado,
simple puntal literario.
BROTAN LAS PALABRAS
© Teo
Revilla Bravo