ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

sábado, 25 de mayo de 2019

POETA MALDITO



El poeta simbolista francés Paul Verlaine







POETA MALDITO                          


El nombre de “poeta maldito”, al parecer lo recogió Verlaine de un poema de Baudelaire, donde defendía que su malditismo era precisamente una bendición.

Satánico, maligno, fracasado, sombrío, enfermo, oculto, marginado, paradójico, libertino… los poetas llamados malditos han recibido muchos atributos, no siempre bien escogidos. Pese a la agrupación de sugerencias que nos pueden llegar al respecto, sabemos más o menos a qué nos referimos cuando calificamos a alguien que escribe versos como tal. Hay sin duda un abuso de términos, una profusión de etiquetas exageradas, que no les suele hacer justicia, al menos a algunos. Debemos pensar que ganaron esas denominaciones, a base de vivir en maltrechas buhardillas, en lóbregos cuartos, por enfermedades como la sífilis en desafortunado contagio amoroso, por ediciones manuscritas de algunos poemas generalmente incomprendidos que leían cuatro gatos, etc. Estos poetas solían ser encantadores perdedores, melancólicos fracasados, aplicados aprendices de suicidas. Todo eso los convertían en lo que podríamos llamar malditismo, palabra no sé si muy válida para la RAE pero que  encaja bien en lo que quiso expresar Paul Verlaine cuando la empleó para definir el movimiento. De todas formas, para identificarse como tal, no bastaba con vestir de oscuro, tener cara acontecida, aspecto pálido y tristón, ser famélico y ansioso bebedor, llevar roído bombín y ser desgraciado al no tener fortuna en el amor. Debían, eso sí, poseer una personalidad significativa, buscar rabiosamente la modernidad, escribir y vivir de manera transgresora e indócil.
Rimbaud, Verlaine, Baudelaire, pudieran ser los fundadores de este movimiento al sentirse sabedores de que la vida era una extensión de la poesía, que no había que someterse a las convenciones sociales, y sí perseguir el placer incluso si pasaban temporadas coqueteando con la muerte en el infierno de la desolación. No buscaban éxito ni poder. Antes bien, se sentían seres marginados o exiliados, turbios escritores sin posibilidad práctica de que se les publicara una sola línea. Se dice que exploraban sus demonios particulares, que rebuscaban en la basura porque pasaban hambre, que rompían la moral heredada enredándose en deseos abyectos como ir tras nuevas musas, abusar del odio y el desprecio a lo establecido, ser misántropos y nihilistas en un resentimiento permanente contra lo humano, y muy aplicados en la adoración a los paraísos artificiales como las drogas. Huir de la realidad querían; sacar energía de lo abyecto amando el riesgo e incluso la autodestrucción; huir del éxito; hacer de la miseria virtud y del abismo marginación y aislamiento; en una palabra, explorar lo intenso y desconocido de la existencia, en un viaje sin fin vivido como condena.

Barcelona, mayo de 2019.                                                                                                ©Teo Revilla Bravo.


Grotesco
                Poema de Paul Verlaine


Sus piernas por toda montura,
Por todo bien el oro de sus miradas,
Por el camino de las aventuras
Marchan harapientos y huraños.


El prudente, indignado, los arenga;
El tonto compadece a esos locos aventurados;
Los niños les sacan la lengua
Y las chicas se burlan de ellos.


Sin más que odiosos y ridículos,
Y maléficos, en efecto,
Y tienen el aire, en el crepúsculo,
De un mal sueño.


Y con sus agrias guitarras,
Crispando la mano de los liberados,
Canturrean unos aires extraños,
Nostálgicos y rebeldes


Y es, en fin, que sus pupilas
Ríe y llora – fastidioso-
El amor de las cosas eternas,
¡Viejos muertos y antiguos dioses!


Id, pues, vagabundos sin tregua,
Errad, funestos y malditos,
A lo largo de los abismos y de las playas
Bajo el ojo cerrado de los paraísos.


La naturaleza del mundo se aísla
Para castigar como es preciso
La orgullosa melancolía
Que te hace marchar con la frente alta,


Y, vengando en ti la blasfemia
De inmensas esperanzas vehementes,
Hiere tu frente de anatema.

                                                                                                      

lunes, 20 de mayo de 2019

DONDE NO HABITE EL MIEDO. CARTA A MARIO


Pintura: "Abstracción", de mi autoría. 
Texto: Teo Revilla Bravo, sobre una idea original de Karyn Huberman.  












DONDE NO HABITE EL MIEDO. CARTA A MARIO

                                                                         "Cada día un promedio de 137 mujeres alrededor del mundo mueren a manos de su pareja o de un miembro de su familia, según una información dada a conocer por Naciones Unidas."


Dudaba de si escribir esta nota o no hacerlo. Al final me he decidido no sin que se me encoja el corazón. Mira: me tiemblan las manos, se me sacude todo el cuerpo, temo verte entrar súbitamente por la puerta y sorprenderme.

No es fácil decirte, Mario, que no me encontrarás cuando llegues, me habré ido para no volver, no te enojes que te conozco. En realidad un día u otro deberías esperarlo, aunque sé que lo ves inconcebible, que tu ceguera y sentido de la posesión no te lo permiten. En todo caso, te he dejado cena en la nevera para cuando llegues, con minuto y medio en el microondas será suficiente; la ropa queda lista y planchada para mañana, como habitualmente la tienes cada día; toda la casa queda en orden, es la última concesión que te hago, el postrer aliento que me anima cuando contemplo esto que me rodea. No te niego que pese a todo, mientras escribo estas líneas y lo observo todo, aún resbala una lágrima por mi rostro, no sé si por ti, por mí, o por ambos, ya da igual.

Dónde me voy, dónde estaré, te dirás con ánimos de ir enrabiado a buscarme. No intentes hacerlo. Ya no. Sería inútil. Me voy a un lugar sin duda mejor donde nadie me grite ni me golpee, donde nadie me hable para achicarme y anularme a cada momento; a un lugar donde respirar, donde poder sentirme persona y no propiedad, donde no se me imponga lo que deba hacer y pueda tener la opción de elegir lo que desee dentro de mis posibilidades. Donde no habite el miedo estaré, no creo que puedas comprender lo que significa eso.

Sabía desde hace tiempo que debía hacerlo, pero me costaba, me acobardaba, me retenía y amilanaba, sentía pavor solo con pensar en tu violenta reacción. He aguantado tanto porque, confusa, he creído durante mucho tiempo que te quería pese a todo, que un día todo sería diferente, que cambiarías y volveríamos a sentir la ilusión del comienzo cuando nada de lo que luego ha venido y ni por asomo imaginaba. He vivido esperanzada y engañada durante mucho tiempo, pero al final he logrado abrir los ojos, mirarme por dentro y sentir y ver solamente dolor, miedo,  desesperanza, una vida desaprovechada y rota. Me he cansado de mirarte con temor a menudo aterrorizada, desolada de aguantar la mala vida que me has dado; de sentirme sombra me he cansado; de ser la empleada de la casa a la que le pagas con un par de bofetadas por semana; de tus gritos, de tu poca delicadeza y mal amor, de tu falta de ternura, de verte llegar cada atardecer nervioso y enfurecido, de juzgarme como una nada a tu lado, de considerarme un cuerpo en tu cama satisfaciendo tus instintos más básicos sabiendo que no te importaban para nada mis sentimientos. Me he agotado de vivir incomodada y acomplejada, sin fuerzas ni motivos por seguir esperando expectativas de cambios.
¿Dónde quedó aquella primera ilusión? ¿Dónde está el adolescente del que me enamoré? Creo que te imaginé irreal, que te creé y recreé en su momento a mi medida guiada de la ilusión, que nunca exististe como tal. Pero desgraciadamente sí has dejado marcados mi cuerpo y mi alma con coacciones psicológicas, menosprecios, palabras malsonantes y golpes que he debido disimular.

Difícilmente podré volver a confiar en alguien el resto de mi vida, pues me has transformado en un ser miedoso y asustadizo. ¿Sabes lo que es eso? ¿Te lo puedes imaginar siquiera? Pero la poca fuerza y autoestima que me queda ha gritado basta, ya no más. No me importa si tengo que comenzar de cero para recomponer mi persona y valerme por mí misma, para intentar volver a relacionarme con los otros, buscaré la ayuda necesaria. Tú deberías hacer lo propio. Estás mal, muy mal, que algo no funciona debidamente en tu cerebro, creo que lo sabes aunque no quieras o sepas reconocerlo. Lo que deseo para mi vida lo lograré, tenlo por seguro, reencontrándome de nuevo con mi yo. Pues si algo me ha quedado claro de esta amarga experiencia, Mario, es que en ese yo, y espero que en el de ninguna otra mujer, nunca más tengan cabida seres como tú.


Barcelona, mayo de 2008.
©Teo Revilla Bravo.



viernes, 17 de mayo de 2019

LO NOVEDOSO EN ARTE


Arte, grafiti, escultura, todo mezclado en perfecta armonía. 








LO NOVEDOSO EN ARTE


Lo novedoso, aquello que va rubricado por un marcado carácter presentándose desde unas coordenadas artísticas distintas a las habituales, enseguida atraen poderosamente la atención, pues somos seres por encima de otras consideraciones curiosos. Investigar, descubrir, topar con la sorpresa e indagar, es parte de la riqueza de la vida. Cuando es así, cuando nos encontramos ante una obra altamente centrada, de gran poder de inventiva, bien resuelta a nuestros ojos, sentimos que el hombre y con él la sociedad avanzan un poquito más por el buen camino contrarrestando aspectos sombríos. El artista intenta crear con su obra, el acercamiento a la comprensión de su realidad esencial, llegar a sus últimos elementos integradores, tocar el alma virtuosa e inquieta, ir en búsqueda constante de la realización y de la mejora. Esa obra que se va generando poco a poco sin mucho ruido, a veces con toques iconoclastas ojalá con acierto y valentía, sabe que es parte de la respuesta. 



Somos curiosos, sí, pero también debemos ser aventureros viajeros que prescinden de lo asombroso aparencial, así como de lo repetitivo y aburrido que roza o cae directamente en lo superficial o en el engaño. Quizás por eso el artista vocacional es inconformista, un inadaptado que lo pasa mal en el intento por pretender aclarar los estímulos que salen de su alma a borbotones, pues tiene una meta a la que llegar, una idea entre ceja y ceja que desarrollar, un objetivo inmediato por cumplir, un mandato metal que obedecer, una obra nada o poco entendida que emprender. Y lo intenta, obsesivo, a través de la motivación, del trabajo y de la exigencia. Si esto falla, decae, deja de obrar como tal, entra en crisis, muere. Para que esto no suceda,  hay que desprenderse constantemente de lo banal y de lo postizo, de todo aquello inservible a lo que nos enganchamos sin darnos cuenta y que tiran de nosotros de una manera poderosa y cruel limitándonos, entorpeciéndonos, impidiendo que avancemos. Debemos prescindir de todo lo que resulte artificial, fingido, interpuesto, o de algún modo manejado o manipulado desde esferas de poder, cualquier poder. 




Hay que mutar, extender el radio de acción, contemplar todo el vasto dominio de la situación que se nos presenta; hay que penetrar en esa realidad que pretendemos transformar en algo mejor y sublime que dé sentido a la existencia, para oírnos y olernos vivir y amar, para oírnos y olernos morir tal vez. ¿Cómo lograrlo? Existe en todo ser perceptivo y concienciado una alquimia personal, unos efectos mágicos que trasmutan, unos valores que con poca frecuencia se ponen -por comodidad o descreencia- en práctica. El artista ha de asumir su labor con ilusión, rompiendo esa opacidad y rigidez que se nos echa encima a cada instante que respiramos: la sociedad envenena, ata, va en contra con frecuencia de los intereses netamente humanos que necesita el artista para sobrevivir, ya que tiende a esclavizar, a convertirnos en miembros vigilados, mecanismos fieles colocados en el engranaje que mejor cuadre en cada momento a sus fines. Es el artista, precisamente, quien tiene la facultad de romper ese estado de cosas, esa dinámica machacona, mecánica y dictatorial que nos anula en lo fundamental, para intentar hacer de la realidad algo más traslúcido, más libre y solidario, más expansivo, sorprendente, descontaminado y por supuesto creativo. Así avanzamos, a contracorriente, con mucho esfuerzo y poco ruido, abriéndonos a los sueños que alientan novedades y expanden espacios. El artista es el mago que nos abre los ojos a la luz. No lo entorpezcamos, dejemos que entre esa luz a raudales y nos envuelva en ella.

Barcelona.-20012. 
©Teo Revilla Bravo.



lunes, 13 de mayo de 2019

AHÍ EL SUSPIRO


"Crepúsculo, paisaje".  Obra de Pierre Etienne Théodore Rouseau, pintor francés  que perteneció al Realismo artístico y a la Escuela de Barbizon. Óleo sobre tabla -1850.










AHÍ EL SUSPIRO

Ahí el suspiro que desboca desamparos

llegados de un fondo humano cada vez más exhausto,

cada vez más opaco y lejano;

ahí la pérdida desordenada de vida,

justo ahí donde los crepúsculos vierten sangre

cada anochecer mientras las sombras

entregan, palpitantes, funestas, esparciendo

sentimientos de dejación, dolor y pasmo.

 

Ya de la garganta ensombrecida el raspado

genera atrofia nerviosa en las cuerdas vocales,

y del desaliento el alma traspasada se duele.

 

Saca el pájaro loco su viejo violín

de la alada chistera, y entre vuelo y vuelo

entrecortado, alucinante, más o menos desorientado,

se posa al fin en el lomo del aire

tocando afligido la salmodia de nadie

hasta estrangular las flojas cuerdas de la impaciencia 

que se rompen sin aliento,sin rumor, ni sonido,

entre espirales de humo gris,remolinos de angustias,

y espejos rotos.


“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.






  

domingo, 12 de mayo de 2019

RECORDANDO A LEONARDO DA VINCI


Retrato de Leonardo da Vinci (fragmento)






RECORDANDO A LEONARDO DA VINCI


Han pasado cinco siglos desde que murió, a los setenta y cinco años en Francia, el gran Leonardo da Vinci, un genio en muchos sentidos, personaje único que logró con mayúsculas formar parte de la historia de la humanidad. Él solo encarna la plenitud del Renacimiento, una de las revelaciones artísticas más importantes que ha habido en la historia del arte occidental y que puso fin a la Edad Media, aunque con Miguel Ángel unos años mayor  y con Rafael, compondría la tríada inseparable que hizo grande este movimiento que fue algo más que una simple corriente artística, ya que inició un cambio verdaderamente revolucionario y sorprendente que sacudió los pilares de la sociedad de la época. El Renacimiento logró trascender todos los ámbitos de la vida propiciando, con la inquietud artística, humana y del saber como focos fundamentales, la llegada de la Edad Moderna.

Leonardo ha sido uno de los personajes más enigmáticos y a la vez deslumbrantes que ha tenido el pensamiento y el arte. Se le considera el “hombre universal”. Miles de códices, teorías, aportaciones prácticas y de investigación, siguen aún hoy arrojando claridad e impulsando evolución en el camino hacia el futuro. En él, en su arte, en sus obras ingeniosas e inteligentes, nos reconocemos, pues constituyen una extensión de algo que sobrepasa la inteligencia al servicio de la pintura y la escultura, de la ingeniería, de la matemática, de la arquitectura, de la filosofía, de la botánica, de la anatomía, y de algunas otras invenciones que hoy cinco siglos después siguen afinando y armonizando por fortuna la vida de los seres humanos.

Él mismo nos dejó escrito: “No debería pasar esta vida miserable sin que dejemos un recuerdo nuestro en la memoria de los mortales. El tiempo se desliza sin ser notado. No hay nada más escurridizo que los años, pero el que siembra virtud recoge alabanza”.


Barcelona, mayo de 2019.
©Teo Revilla Bravo

domingo, 5 de mayo de 2019

LA PASARELA


"Retrato de la poetisa Anna Akhmatova"(1915) Obra del artista ruso de origen judío Nathan Altman, pintor, escenógrafo, ilustrador...








LA PASARELA


La pasarela del amor —o del desatino

que juntos atravesamos sobrevivientes,

nos deja a veces incierto pasaje, dudoso

tiempo de nieblas, larga distancia.

 

Invariable el pájaro asoma pausado

y remolón, conteniendo su ansiedad

entre los ramales de luz que crecen

y mueren en dudosa esperanza.

 

Pero nada de todo eso importa si entre

afecto, luz y sombra, captando el ritmo

brioso y atemperado de la fresca brisa

de hoy, conectada entre hilos de amor

a mí pese a todo abismo existes.




“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.










miércoles, 1 de mayo de 2019

LEER


"El lector" pintado al rededor del 1885 por el pintor naturalista y expresionista suizo Ferdinand Hodler, con un enfoque cercano del personaje que hace que gane en simbolismo y monumentalidad.



                                                                                  Aún por sabido, merece la pena recordarlo.



LEER

Leer es un acto personal, generalmente solitario, silencioso, íntimo. Algo que algunos podrían comenzar a definir ya como de otro tiempo, tal es el grado de interconexión que tenemos con las nuevas tecnologías que nos apartan o pueden hacerlo de las letras impresas, robándonos el tiempo necesario aparte de dejar imposibilitado el juego de seducción que se establece ente autor y lector, y con ello la naturaleza de un aprendizaje que nos ha llevado a valorarnos y engrandecernos desde que el hombre inició tímidamente el primer trazo de escritura….  

Qué leer, nos preguntamos a veces. ¿Clásicos, novedades? Ambos estaría bien tenerlos presentes y apreciar sus valores, lo que guardan de enseñanza y guía. Hay clásicos que hay que leer por su riqueza literaria, por su importancia en la historia de la literatura, y también porque algunos de ellos no pierden actualidad si se saben bien interpretar. En cuanto a las novedades, hemos de guiarnos un poco por intuición, por críticas, o quizás por consejos de quienes habiéndolos leído, sabemos nos podemos fiar. Hay libros buenos, y hay libros malos. En todo caso, la lectura es como todo en esta vida algo subjetivo, un goce que se ha de consumir como otros placeres  de la vida a pequeños sorbos, como acertadamente nos sugería el escritor israelí Amos Oz. Hay a quien un libro le puede parecer malo o irrelevante y a quien puede parecerle el libro de su vida. En todo caso, a medida que uno lee va adquiriendo una base más sólida y una personalidad más definida en cuanto a gustos y preferencias, siendo en la adolescencia entre los quince y los veinticinco años donde nos influyen más las lecturas, de ahí la importancia que tiene que nuestros hijos se inicien temprano en su práctica. Tener conocimientos amplios, saber de literatura, atenernos a nuestros gustos abiertos a novedades, observar el mundo que nos rodea con sensibilidad, ayuda a saber elegir.

La lectura nos hace ciudadanos más curiosos, más críticos y libres, menos dispuestos a aceptar las cosas que nos intentan inyectar sin debatir ni cuestionar ni  habernos hecho antes oportunas preguntas. Leer sin duda nos humaniza, nos hace mejores.  


Barcelona, mayo del 2019.  
©Teo Revilla Bravo.