"El lector" pintado al rededor del 1885 por el pintor naturalista y expresionista suizo Ferdinand Hodler, con un enfoque cercano del personaje que hace que gane en simbolismo y monumentalidad.
Aún por sabido, merece la pena recordarlo.
LEER
Leer es un acto personal,
generalmente solitario, silencioso, íntimo. Algo que algunos podrían comenzar a
definir ya como de otro tiempo, tal es el grado de interconexión que tenemos
con las nuevas tecnologías que nos apartan o pueden hacerlo de las letras
impresas, robándonos el tiempo necesario aparte de dejar imposibilitado el
juego de seducción que se establece ente autor y lector, y con ello la
naturaleza de un aprendizaje que nos ha llevado a valorarnos y engrandecernos
desde que el hombre inició tímidamente el primer trazo de escritura….
Qué leer, nos preguntamos a
veces. ¿Clásicos, novedades? Ambos estaría bien tenerlos presentes y apreciar
sus valores, lo que guardan de enseñanza y guía. Hay clásicos que hay que leer
por su riqueza literaria, por su importancia en la historia de la literatura, y
también porque algunos de ellos no pierden actualidad si se saben bien interpretar.
En cuanto a las novedades, hemos de guiarnos un poco por intuición, por
críticas, o quizás por consejos de quienes habiéndolos leído, sabemos nos
podemos fiar. Hay libros buenos, y hay libros malos. En todo caso, la lectura
es como todo en esta vida algo subjetivo, un goce que se ha de consumir como otros placeres de la vida a pequeños sorbos, como acertadamente nos sugería el escritor israelí Amos Oz. Hay a quien un libro le puede parecer
malo o irrelevante y a quien puede parecerle el libro de su vida. En todo caso,
a medida que uno lee va adquiriendo una base más sólida y una personalidad más
definida en cuanto a gustos y preferencias, siendo en la adolescencia entre los
quince y los veinticinco años donde nos influyen más las lecturas, de ahí la
importancia que tiene que nuestros hijos se inicien temprano en su práctica.
Tener conocimientos amplios, saber de literatura, atenernos a nuestros gustos
abiertos a novedades, observar el mundo que nos rodea con sensibilidad, ayuda a
saber elegir.
La lectura nos hace
ciudadanos más curiosos, más críticos y libres, menos dispuestos a aceptar las
cosas que nos intentan inyectar sin debatir ni cuestionar ni habernos hecho antes oportunas preguntas. Leer
sin duda nos humaniza, nos hace mejores.
Barcelona, mayo del 2019.
©Teo Revilla Bravo.
leer es algp que a todos les gusta.Yo soy muy visual prefiero verlo
ResponderEliminarAmbos aspectos, necesario, no se interfieren, ambos son imprescindibles si se saben llevar bien.
EliminarUn abrazo, Mucha.
Sin duda alguna, leer nos hace mejores, nos amplía el vocabulario, nos reafirma la gramática y nos enseña diferentes maneras de contar historias. Leer nos enseña a escribir, nos alerta los sentidos y hace inmensa nuestra imaginación. Quisiera leer mucho más de lo que leo, hay libros que realmente valen la pena y, es cierto, para cada cual hay un libro, una línea narrativa más cercana, pero a veces también de lo que no nos ha gustado sacamos provecho. Besitos
ResponderEliminarEs cierto. También de lo que no nos agrada tanto sacamos provecho. Toda escritura, Karyn, contiene el aliento de quien la escribe y, ese factor humano, queda reflejado.
EliminarAbrazos.
Leer es soñar y escribir hacer realidad los propios sueños.
ResponderEliminarHermosa y certera reflexión, Francisco.
EliminarGracias por compartir estos momentos de sensible encuentro.
Un abrazo.
Verdades indiscutibles. Entrar a conocer a un escritor es una aventura fascinante.
ResponderEliminarCiertamente, Clara, amiga. La lectura nos introduce en mundos que jamás viviríamos posiblemente; nos muestra la vida envuelta en mil facetas.
EliminarUn abrazo.
Buena introducción a la Lectura, amigo Teo.
ResponderEliminarNo sé quién eres, amigo anónimo, pero muchas gracias.
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