ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

viernes, 30 de diciembre de 2022

SOROLLA, PROLONGADA NOSTALGIA DEL MAR…

 

"Mar de Valencia" 1889, Obra significativa de Joaquín Sorolla.





SOROLLA, PROLONGADA NOSTALGIA DEL MAR…


     Aunque afincado en Madrid donde pasó la mayor parte de su vida, Sorolla nació influido por el mar en la ciudad de Valencia donde vivió su infancia. Por ese motivo conservó durante toda su vida recuerdos y añoranzas por las playas levantinas, algo que se refleja en su obra al trasmitirnos con sus pinceles el recuerdo brillante de los juegos infantiles, del frescor de las aguas y las brisas, de la libertad de caminar, correr y jugar por la suave arena, del calor del sol y sus mágicos reflejos. Su vida estuvo vinculada de manera estrecha a los paisajes costeros de la comunidad valenciana, pero también a los de algunos lugares de las Islas Baleares y de otros situados en el norte cántabro, lugares costaneros que supo captar con una maestría extraordinaria. A estas obras pintadas en playas y litorales  las denominó como “Lo natural”, fluyendo en ellas el mar como tema fundamental y reiterativo, sin duda el que más apasionó al pintor pues le gustaba escaparse donde estuviera para ir a pintar al borde del mar.

    Sorolla, a través de estos ejercicios, hizo un esfuerzo enorme por despojarse de los prejuicios que tenemos al observar el mar, entrenando y educando la mirada a su observación en profundidad asimilándolo avivadamente para pintar deprisa y así poder captar los momentos fugaces —ya que en el mar todo sucede muy rápido— de tal manera que los ojos pudieran descubrir en la obra mientras pintaba lo que estaba viendo al natural: "Me sería imposible pintar despacio al aire libre aunque quisiera (...) Hay que pintar deprisa, porque ¡cuánto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!" Este interés por el mar no deja de crecer a lo largo de su existencia, y en cuadros como el de  Mar de Valencia (1899), baja la mirada hacia el agua, y desde la cercanía analiza sin prejuicios lo que ven sus ojos.

    Las claves de esta pintura marina, eran la estética luminosa unida al optimismo, algo que sabía vender bien en sus cuadros de mares y vidas —hombres, mujeres, botes, pescadores, niños felices—, en torno a las playas. Sorolla era un pintor afortunado que creaba obras llenas de color. Y nos llenó la vista de mar, de arenas, de jardines, y de momentos familiares al aire libre, sin corsés y llenos de vida, pero sobre todo de esa impresionante luz mediterránea que llevaba retenida como pocos en la memoria y en el alma, reflejo de un peculiar impresionismo gracias a la luz y el color tan personales. Un detalle importante, porque esa distancia física (que no de remembranza y sentimiento), es la clave para analizar el punto de obsesión que tuvo Sorolla al repetir una y otra vez la misma pasión de reflejar el mar y la luz.

   El cainismo nacional, pese al pronto éxito de su obra en Estados Unidos, no cesó de criticarle por ir a contracorriente de los estilos en boga en el comienzo del siglo pasado cuando las grandes revoluciones artísticas aparecían sin descanso. En los últimos años el artista utiliza la pintura al natural, pero liberando el cuadro del motivo: la luz y el color crean una realidad autónoma. De esta época es su famoso “En la playa”, Biarritz (1906) y también las obras creadas en Cala Sant Vicenç en Pollença donde Sorolla pasó unos días de descanso junto a su mujer y su hija Elena. Es el momento en que pinta: "Unas impresiones de color, pero muy ligeras". Será su último verano de pintura, ya que el 17 de junio de 1920 sufriría un ataque cerebral que le dejó incapacitado para volver a manejar pinceles. Impresionante y sorprendente la inmensa labor de Sorolla reconocida como la del maestro de la luz y del color.

 

Barcelona. Enero. 2015.

©Teo Revilla Bravo.





lunes, 26 de diciembre de 2022

OLVIDAMOS

Collage de la artista Karyn  Huberman. Sobre unos versos de Ángel González




“De nada sirve explicar, hay que morir en el momento exacto,

dejar para siempre el poema después de haber nacido en él.”

-René Char.

 

 

 

OLVIDAMOS

 

Olvidamos. Conviene favorecer la pérdida

de desastres que pretenden perpetuarse

en mezcla de clamores confusos sin destino

cierto. Favorecer el esparcimiento noble,

el equilibrio de las miradas que ayudan a vivir

sobre un beso irisado en los amorosos labios

sintiéndonos invulnerables transeúntes 

de un destino único, prófugos seres 

recorriendo felices los senderos existenciales 

del amor.

 

Si no es así, mejor olvidar —luna sin panorama

clavada en el vacío estelar, luz en la oscuridad

hincada—, la misma vida dando vuelta 

a las penas, lamentando torpezas caídos 

en lo profundo de la sombra huera 

donde vacilan los corazones narcotizados 

de naderías y anidan los cuerpos en abismos 

sin visión ni libertad de poder despejar

—oh sinsentido de la vida—  todo cainita lastre.



BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo




martes, 20 de diciembre de 2022

LA FOTOGRAFÍA

 


"Insomnio" 2012.  Fotografía premiada  de Karyn Huberman





LA FOTOGRAFÍA

 

        Antes de comenzar a decir algo sobre la fotografía, precisemos lo que es arte tomando referencias de lo que escribió Tolstoi al respecto:“El arte es un proceso más de comunicación entre hombre y hombre, proceso donde se establece una relación y trasmisión de sentimientos entre creador y observador de manera que éste logre sentir lo que sintió el primero y pretendió decirle”. La obra puede provocar efectos diferentes según quien la reciba. Nunca, como pretenden algunos, lo provocado y lo captado ha de significar lo mismo ya que dependemos de diferentes sensibilidades, de estados de ánimos, de soltura cultural y educación recibida o adquirida. En la capacidad de transmitir sentimientos, se basa el arte. Tolstoi habla de Infección. Con ello quiere decir que hablamos de arte cuando el artista logra contagiarte a través de los propios sentimientos. Si la infección no se produce, la obra será fallida.  El arte no tiene por qué ser expresamente placentero; no tiene que ser, explícitamente, la creación de objetos que produzcan placer, ya que la mera expresión de algo ha de ir más allá, ha de conmovernos e infectarnos. La fotografía nos llegará de esa manera, si el mensaje que lanza -universal o individual- ofrece claridad y sinceridad. La sinceridad es la herramienta más importante y preciada en arte; sin ella, todo artilugio se desvanece rápidamente como nube de humo que se lleva el viento.

   La fotografía hace tiempo que adquirió categoría de arte mayor. Ha crecido y despertado interés evolucionando y reinventando hasta salir del marco primigenio del invento para expandirse e hibridarse con formatos novedosos, como pueden ser la instalación, el foto-libro, el vídeo, la proyección, la performance. En los trabajos bien hechos cobra especial relevancia, la investigación previa a la formalización del proyecto, la manipulación artística de las imágenes captadas, el uso de procedimientos técnicos adecuados para cada obra.  

    La fotografía hoy en día está considerada como una forma artística relevante, pero no siempre fue así como decíamos: hubo de pasar mucho tiempo desde su invención para que este hecho se reconociera plenamente. La cámara fotográfica al igual que el cincel, el pincel o el simple lápiz, se ha convertido en una herramienta imprescindible para que el artista exprese  sus emociones provocando interés y curiosidad. Si no se consigue, lo que miremos será simplemente una imagen relegada al olvido con prontitud. La obra fotográfica puede ser o no ser brillante, pero si posee el poder de expresar impacto y sorpresa a través de un concepto pujante que englobe fuerza, magnitud e idea, conseguirá eclipsar las carencias estéticas que pueda tener, trasformándose en algo loable aparte de lo que la simple belleza ofrezca. Una fotografía que consideremos artística, habrá  de cumplir ambos requisitos, tanto por su realización como por el concepto que quiera trasmitirnos.

    La fotografía artística, para concluir, sería el logro de la imagen que revela sentimientos y estados de ánimo valiéndonos de lo que se capta, bien sean retratos, paisajes u objetos. Una buena fotografía ha de ofrecernos una visión más amplia de lo que representa a priori el objeto buscado. El lenguaje visual que logremos a través de la iluminación y de la composición, aún fragmentaria, ha de añadir complejidad a lo captado, de tal modo que nos brinde una característica única que al penetrar en nuestra percepción nos enamore.

 

Barcelona. Diciembre. 2014.

©Teo Revilla Bravo.






jueves, 15 de diciembre de 2022

NOMINAR

 

 

"Antigua máquina de escribir" Obra de Manuel Domínguez  Velázquez de Castro




NOMINAR


    Lo primero que se me viene a la mente al dar comienzo a un escrito es la palabra  “nominar”, pues equivale a insuflarle vida a la voz que surge ante el papel. Nominar es alumbrar, dar nombre, encender, hacer que poemas y escritos comiencen a ser versos, frases, escritos, ojalá que de saludables hallazgos.

    La escritura es parte importante de la vida; a veces, según en quién, sustancial. Y lo es desde que se inició el primer impulso de dejar constancia, vía símbolos, de aquello que aquejaba, inquietaba, emocionaba o beneficiaba al hombre en la  más honda antigüedad. Había que darle palabra, nominarla o denominarla. Apareció de este modo la figura del intérprete y con él la del contador y la del escuchante, voces y voluntades que al entrecruzarse iban  dejando constancia del hecho a reseñar y recordar. De este modo llega la afición a escribir, y nominar se convierte en algo fundamental al ser el primer paso para entender lo que nos rodea y darle explicación. Escribimos para saber comunicarnos, pero sobre todo para aprender a vivir, a comprender y metamorfosear el propio pensamiento, a tener voz propia, la de cada uno, esa voz que luego se pierde en la percepción del que lee o escucha diluyéndose favorablemente y aparentemente en el canal de las emociones.

    Para saber comunicar, contar o nominar, tenemos que lograr conformar una voz que se asemeje lo más posible a la concepción que se tiene de la literatura. La poesía es el primer signo de personalidad reconocible, una forma de hacer que le pertenece a quién la escribe  siendo sin lugar a dudas símbolo de libertad si está por encima de individualismos, de escuelas, de editoriales y de intereses económicos. Hay que escribir y manifestarse sin complejos. No teniendo miedo —como todo en arte— a ser rupturistas aprendiendo a olvidarnos de cánones y modas consideradas tradicionales, en boga o de tremenda actualidad, a menudo humo que se lleva el viento. La poesía nace del alma atemporal. Solo hay que traducirla —nominarla— en palabras buscando la belleza que conlleva la nobleza del escritor que sabe alejarla de lugares comunes y zonas de confort.

 

Barcelona, diciembre del 2022 

©Teo Revilla Bravo






sábado, 10 de diciembre de 2022

FOSFORESCENCIA



"Un autorretrato de pasión". Frida Kahlo, un ejemplo de supervivencia.






 FOSFORESCENCIA

 

Fosforescencia apagada, regueros de muerte

recorriendo los abiertos intersticios corporales

que van marcando deseos ocultos de suicidio.

Destemplada espesa sombra que nos arroja

al vertiginoso demencial delirio del sinsentido.

 

La poesía, con renovado filo a flor de mágicos

relieves, reacciona silenciosa calmando.

Es el contrapunto, la cascada misteriosa

en el extendido paisaje que riza un ensueño

hilado en el campo abierto de la emancipación.

Latido, lágrima, insomnio, poderosas ondas

y brillos; puertas que rigen y guardan el azul

reflejo de una vana alucinación sobrevenida

al alba, que flamea hiriente mientras sobre

la sombra muerta del despropósito se abre

palpitante el día...



BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo






martes, 6 de diciembre de 2022

LA LUZ EN LA POESÍA




Obra de William Turner, considerado como el pintor de la luz. 





 

LA LUZ EN LA POESÍA

 

     No es raro que todavía en nuestros tiempos, se tenga una idea de la poesía como fruto de una súbita intuición que solamente necesita materializarse en un papel para completar su sustancia. Es una idea que ignora el verdadero proceso de la creación artística donde a partir de la intuición o de la inspiración por utilizar un término clásico— requiere una complejidad inventiva como corresponde a otros géneros literarios, e incluso a la ciencia. La poesía nace, en efecto, de la iluminación —luz en su expansión y en su interrupción, ambas de enorme fuerza simbólica y metafórica— y necesita, para consolidar su forma, no solo de intuición, sino también a partir de un tema elegido o sobrevenido, de la reflexión.

    La devoción por la luz es de siempre en el ser humano y en la cultura de los pueblos, sustancia cósmica, no podemos olvidar que la misma luz solar es un elemento sustantivo para la vida en general. A partir de la iluminación, en continuo juego metafórico y o simbólico, nos llega la melodía y la armonía bien sea  en poemas de versos clásicos, bien en los de verso blanco o libre más usados en pautas de emoción personal.

    La luz rige el sentimiento poético. Es un hecho.

  Inasible luz, luz crepuscular, luz del amor como esencia de vida, colores de luz, luz dormida o despierta entre las manos o en el rostro, más allá o acá de la luz, luz que cautiva, que transita callada y profunda por valles y altozanos del alma, cantos de luz y vida, luz, luz, luz...

    El sentido de la luz está en todo lo que somos y ansiamos ser: sin luz, no existo.

 

Barcelona, noviembre del 2022

©Teo Revilla Bravo  





sábado, 3 de diciembre de 2022

BREVEDAD

 



"La intensa brevedad" Obra del pintor alemán  August Macke





“Mi juventud, jugando, aprisionó a la vida

René Char.

 

 

BREVEDAD

 

Brevedad, aire, libertad de las ondas

en los arcos de la noche; vida ligada

a la danza de las palabras, al suave

destello de los vientos que se las llevan

y con las que antes de irse te nombro

agrandados los ojos desde el primer

golpe de amor sentido, desde el paso

de un tiempo que arde en las riberas

de la noche a cielo abierto desgarrando

volutas —gracias y ondas— de  viento

sobre los pies descalzos de los grandes

paisajes nuestros.

 

Y esa sombra tierna y gris que pasa,

sobre la tarde doliendo...  



BROTAN LAS PALABRAS

© Teo Revilla Bravo