PRESENTIR EL TIEMPO
Presentir el tiempo entre brumas
perdido entre añoranzas y
fuegos
fatuos, apoyado en los latidos
que lanzan las colinas del inusitado
valle, corazón expandido al azul
invisible de los encuentros perdidos.
Entender la condena como regalo
de vida, rumor y memoria; tapar
los miedos; volcarse en sentir el aleteo
sensible de los pájaros al vuelo,
notar el latir de la luna en órbita inevitable
hacia la nada de la total quietud.
Fuera de camino —horizonte infinito,
cielo sin estelas, ausencia de luz y formas—
todo es como si viniera del atropellado
silencio donde a campo abierto señoreara
infatigable la indolencia del eternal olvido.
De pronto la tarde vibra, se llena
de íntimas y grandes querencias…
Con el tiempo cogido entre las manos
y el mundo dentro de él alborotando,
las horas parecen pasar despacio,
pararse incluso como lo hacen las aves
en cúpulas y torres de las románicas
y envejecidas iglesias.
Descubriendo brisas, aligerando alas
en aéreos abrazos al aire para desaparecer
en el hechizo violeta que marca el reloj
de la media tarde.
Secreto de verano, la actitud de lograr
alcanzar a través de tus ojos —sueño
de sueños, amor de amores—, el infinito.
BROTAN LAS PALABRAS
© Teo
Revilla Bravo