Obra del pintor barruelano Brosio (Ambrosio Ortega), el pintor de los mineros
BARRUELO PUEBLO MINERO
Por escalas del tiempo descendiendo,
cercenado, abatido pueblo, patria pequeña
enternecida y
clareada, luz entre santullanos
montes y cántabras laderas, abrumado
por la melancolía, desde la memoria
en estas horas de nostalgia -sin nunca
haberme ido- a tu encuentro llego.
por la melancolía, desde la memoria
en estas horas de nostalgia -sin nunca
haberme ido- a tu encuentro llego.
El valle me detiene en su regazo
eliminando la razón de mi tristeza,
como lo hace el insecto atrevido en la nívea
piel de tu blanco seno, amor, cuando
sentada en el polifónico prado al lado
de la tranquila poza, sol y bonanza respiras.
eliminando la razón de mi tristeza,
como lo hace el insecto atrevido en la nívea
piel de tu blanco seno, amor, cuando
sentada en el polifónico prado al lado
de la tranquila poza, sol y bonanza respiras.
Imperioso en aparente resignación,
como nada vigorosa, lanzada tu grandeza
obrera a una cruel odisea impensable,
entero permaneces entre rumores
de un tiempo nunca esclarecido.
de un tiempo nunca esclarecido.
Brioso, comprometido,denunciando
traiciones asociativas e industriales
de tiempos aparentemente mejores,
abandonos de viles prohombres llegados
un día con sus máscaras oscuras
-letales maquinarias- para enriquecerse,
expoliar lo mejor de tu rico subsuelo,
traiciones asociativas e industriales
de tiempos aparentemente mejores,
abandonos de viles prohombres llegados
un día con sus máscaras oscuras
-letales maquinarias- para enriquecerse,
expoliar lo mejor de tu rico subsuelo,
enfermar de silicosis la valiente sangre
minera, dejar a su paso rastros de dolor
y muerte.
y muerte.
Hoy duermes- o pareces hacerlo-
en esfuerzo final, tu mejor sueño.
Abstraído. Recogido en el regazo vivificante
de tus montes y prados, de tu gentes
quedadas, de los sanos aires generados
en la alta hermosa sierra que te circunda,
templadas vaguadas, altas cumbres
palentinas, Cantabria amada.
en esfuerzo final, tu mejor sueño.
Abstraído. Recogido en el regazo vivificante
de tus montes y prados, de tu gentes
quedadas, de los sanos aires generados
en la alta hermosa sierra que te circunda,
templadas vaguadas, altas cumbres
palentinas, Cantabria amada.
Evadido de larga espera,
respiras sosiegos:
vives
dibujando -aire en cielos
limpios, en aquiescencia de valle,
limpios, en aquiescencia de valle,
verde, blanco, marrón, negro-
esperanza, recuerdos, sueños.
OCÉANOS DE LUNA
(Cuaderno VIII. De 1984 a 1987)
©Teo Revilla Bravo.
Muy buen homenaje a los mineros que generalmente son explotados.
ResponderEliminarAna María, muchas gracias por visitarme a este pequeño rincón de escritos y silencios.
EliminarGracias por dejar tu impronta amiga en este comentario que ilusiona.
Un abrazo.
Quien mejor que tú para versar sobre esas tierras que de alguna manera sufrió con el crecimiento de la industria minera que transformó el entorno, enfermó y mató a mucha gente del pueblo, para luego venirse todo abajo y generar un exilio no deseado a diversos puntos del país y al extranjero.
ResponderEliminarSuerte que la naturaleza es sabia y ha ido brotando entre las escombreras, una dulce visión que tú esbozas muy bien en este poema dedicado al pueblo que te vio nacer. Besitos
Besos, Karyn.
EliminarDices bien, conocedora de lo que pasó en barruelo a comienzo de los setenta con el éxodo y despoblamiento de sus gentes mineras. El entorno es de ensueño, y ahí quedó la niñez y parte de la adolescencia. Es un eferente único en mi vida.
Maravilloso homenaje a ésos valientes que dejan la vida en su tarea!
ResponderEliminarFelicitaciones Teo por tu Poema en su honor.
Ana María