ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

viernes, 10 de abril de 2020

EL EGO FALSEA LA REALIDAD



"Álter Ego" Pintura de la artista húngara  Erzsebet Korb (1899-1925








EL EGO FALSEA LA REALIDAD



Una persona con problemas de personalidad, con el ego crecido como se suele decir, desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, etc., tiende a juzgar negativamente a los demás, cree que nadie está a su altura intelectual. Ese ego, al carecer de humildad y sencillez, necesita mantener una imagen de seguridad, un buen perfil que poder ofrecer ante los otros. Con delirio primario, se sitúa por encima de los demás, dependiendo de lo que éstos piensen de él ya que si no es así se ve como el reflejo de una hoja que se mueve al son del viento perdiéndose en la inutilidad. Esa opinión que de sí mismo tiene, está, lógicamente, distorsionada. Se niega a conocerse mirándose el ombligo abandonado a la autocomplacencia, sin darse cuenta que se complica, que vive engañado. El ego que presenta, por lo general es una mascarada social, un papel que se asigna o le asignan, una actitud que le aleja de lo que realmente es. Vive, iluso, en el autoengaño. Una imagen como la suya, necesita halagos, elogios, aplausos, la aprobación directa; necesita tener el control de personas y situaciones; buscar a toda costa el poder, porque en lo más profundo de su ser crece la inseguridad y como consecuencia el temor; por tanto, intenta disimular por todos los medios lo que le sucede, estando como está ante un complejo de inferioridad no superado ni  aceptado.

Ese ego descrito de manera simple (alejado de honduras psicológicas que no poseo), lo expongo tras reflexionar sobre ello a medida que escribo recordando aspectos humanos con los que uno tropieza a veces. Ese ego que se cree tan brillante, se aleja de la sencillez; se complica; necesita proyectarse para que nadie note la inseguridad que esconde su interior. Por eso le van bien las situaciones cómodas donde no tiene que comprometerse, terreno fácil de conquistar para no arriesgar nada por miedo a recibir rechazos. Se trata de una falsa seguridad disfrazada de un escudo protector que él crea ante lo que considera posibles ataques externos. Cuando esta  persona recibe críticas, por lo general no las acepta, no las reconoce, no deja que se le caiga la careta ni aparta el falso escudo, siendo como es la mejor manera de lograr darse cuenta que en realidad, alejado como está del verdadero yo, no es quien piensa ser . Esa actitud, le impide sentir desde el corazón, de  encontrarse con la sencillez de las emociones.

Quien posee una autoestima saneada, no tiene recelos; disfruta de las pequeñas cosas; aprecia el arte, la belleza, el amor en el reflejo de la mirada de un  niño; sabe que la esencia interior no es tan complicada, y trata de aliviarse de dudas, de culpas, de exigencias y perfeccionamientos. La persona que obra con naturalidad, rechaza la  necesidad de competir y ganar; la de tener a toda costa la razón en todo; la avaricia, la injusticia, el enriquecimiento. Explora, se lanza hacia lo desconocido, para avanzar aceptando que otros opinen diferente o incluso desaprueben lo que hace, sabe que así aprende sumando experiencias y valías sin pretender ser más que nadie ni creerse menos que nadie consciente que al final todos somos iguales, seres simples que necesitan aceptarse como son y disfrutar de la existencia en buena camaradería, una buena manera de ir descubriendo la gran persona que lleva dentro. No dejemos que el ego nuble y anule la facultad de ser mejores.


Barcelona, diez de marzo de 2020.
©Teo Revilla Bravo.







6 comentarios:

  1. Pretender que los demás actúen o sean
    Como nosotros consideremos, es complejo.
    Si fuésemos como cada quién espera que seamos
    Necesitaríamos un universo por cada selectividad.
    Llegar a la armonía es labor constante y muy personalizada.

    Gracias por compartir, estimado Teo! Un cordial saludo.

    RoMoVar

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    1. E inadecuado, amiga Rosario. Podemos exponer, dejar nuestra opinión, nuestro ejemplo, pero siempre aparcando la petulancia.
      Un abrazo y muy agradecido por tu presencia en este pequeño espacio personal.

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  2. Ayyy si yo hablara!!!.... conozco unos cuantos egos sobredimensionados y creo que estos seres, con el tiempo terminan absolutamente perdidos en sus falacias, solos, porque ya nadie los soporta y ellos no aceptan que estén equivocados, son todos los demás los que caminan por senderos errados. Ojalá todos supieran disfrutar de todo lo que nos ofrece la vida sin competir a cada segundo, seamos naturales y lo más normales posibles, dejemos el ego atrás. Besitos

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    1. Besitos, Karyn. Sé que es así como dices. También he tropezado con egos de esa terrible magnitud plena de embobamiento. Nada que añadir.
      Un abrazo grande de buena mañana casera.

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  3. Cómo comenta Karyn, les espera un futuro muy triste, pero lo malo es la senda de víctimas que van dejando con su enmascarada psicopatía.

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    1. Sí, esa senda puede llegar a ser trágica, Francisco. Hay gente sin piedad. Sobre todo cuando ostentan poder. Eso es realmente lo malo. Son seres perniciosos con mucha falta de educación y sentido de convivencia.
      Un abrazo. Un abrazo.

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