ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

lunes, 5 de octubre de 2020

LA AUTENTICIDAD AL ESCRIBIR


 Retrato imaginario de William Shakespeare. 






LA AUTENTICIDAD AL ESCRIBIR


Hay que dejar que el corazón nos sirva de guía al escribir. Hemos de dejarnos llevar por los sentimientos que en él nacen, y alejarnos -de vez en cuando es bueno- de claves y normas consideradas como debidas maneras de hacerlo si éstas se presentan rígidas a nuestro sentido, sobre todo, en poesía. Intentar hallar la voluntad y modo de escribir letras, formando con ellas pensamientos que acaben siendo la clave para desarrollar relatos, poemas, ensayos, novelas, etcétera, nacidos en libertad, es esencial.

Ahí, en ese sentimiento, ayudados por la inspiración y el trabajo,está la autenticidad. Luego habrá que leer y revisar lo escrito, alterarlo si precede, embellecerlo o acomodarlo, en perentorio ejercicio que todo escritor necesita realizar. No obstante, perseverando la luz primigenia, la máxima pureza de intención, la esencia de contenido y gracia que al comenzarlo le dimos. Los demás podrán comentar -están en su derecho- y criticar si lo leen, qué les gusta, que no, que les parece mal, dónde creen que se acertó o se erró. Podrán opinar o no hacerlo; estar a favor, o echártelo por los suelos; corregir, o hasta reírse si les parece gracioso simplón. Sin embargo, no debe de importar hasta condicionarnos, pues es otro ejercicio de libertad  el que hacen al opinar, del que debemos sacar conclusiones y aprender. Todo ayuda si trabajamos desde la sinceridad, si dejamos puertas abiertas a la intuición y a la humildad.

A la hora de escribir, hay que evitar también caer en la coacción que intentan inyectadnos con publicidades y modas, esas que llevan a grandes ventas. Éstas, por lo general, suelen ir dirigidas a lectores timoratos llenos de prejuicios sobre la buena literatura. Hay que intentar escribir lo que se quiere y como se quiere, estando atentos al devenir humano en general. Pese a todo, no deja de asustarnos un poco la libertad de ensanchar al máximo lo auténtico y mantenerlo, cuando las consignas que escuchamos a cada momento tientan a asumir estilos y métodos en boga; es decir: el vendo luego existo.


Barcelona, octubre, 2015.

©Teo Revilla Bravo.





6 comentarios:

  1. Vendo, luego existo...¡qué buen final! No estoy en contra de las ventas, pero sí contra el mercadeo que se realiza actualmente de las obras, más que un libro pareciera que estás ofreciendo el último caramelo que te queda en stock. Pienso que la buena literatura se vende sola, el boca a boca es la mejor publicidad, la trayectoria se va haciendo en el camino y las modas van quedando perdidas en la polvareda. Las palabras debe fluir de dentro, hay que seguir al instinto, los personajes se van creando a ellos mismos. Las normas se hicieron para conocerlas y seguirlas, pero en el arte también se permite innovar, de otra manera todos escribiríamos o pintaríamos igual y no es el caso ni la realidad. Respondemos a los estímulos de formas distintas y así mismo reaccionamos en la creación. Muy buen artículo. Besitos.

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    1. Es una circulación del libro mucho más lenta, la del boca a boca, pero si la obra es buena acaba quedando y a la larga será un ejemplo a buscar y leer. En tal caso, hay que escribir desde la sinceridad más absoluta, la que habita en la sensibilidad de nuestros corazones. Lo otro es negocio o maneras de ganarse la vida.
      Gracias, Karyn, seguiremos escribiendo y leyendo porque entre otras cosas, ya sabes, no lo podemos dejar.
      Un abrazo inmenso.

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  2. El mundo de la literatura en la actualidad tiene muchas dificultades. Es difícil abrirse camino en él.
    Vende mucho la literatura barata, de calidad nula, pero que está de moda. También por supuesto hay buenos autores a los que merece la pena leer. La buena literatura es aquella que llega dentro, que fluye de manera natural con la sencillez de la belleza más plena. Claro que yo no soy entendida en la materia. Juego a escribir y me dejo llevar con la simplicidad que me caracteriza. Como para mi solo es un juego y no pretendo ser escritora, me limito a sacar de adentro lo que me va saliendo, sin filtros, natural, libre. Siempre es un placer escuchar tus sabios consejos en cuestión de arte.

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    1. Sí, el arte en general tiene muchas dificultades, ahora más con la pandemia. Hay que protegerlo, mimarlo, e impulsar su reconocimiento y visibilidad al máximo, pues enseña a ser mejores personas sin duda. La escritura, la lectura, cobran una importancia tal, que sin ellas seríamos poca cosa más que simples animales salidos de los árboles.
      Gracias por tu visita, apreciada Maripaz, voy a verte de inmediato a tu blog y saludarte.
      Un abrazo.

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  3. De verdad que la autenticidad al escribir es fundamental. Una persona que escribe, sea en el estilo que sea, debe ser fiel a sus principios, debe ser fiel consigo mismo, de lo contrario puede suceder como de hecho sucede, que uno se convierta en "escritor en la sombra".
    El arte de escribir exije un compromiso moral, ideológico o conceptual de quien escribe con lo que escribe, sino es imposible escribir.

    Hace años tuve una magnífica historia en mis mamos, una historia que merecía y merece ser contada, pero el personaje principal y actor de la trama, que me pidió que escribiera "su novela" (está vivo y radica en USA), me corregía constantemente pasajes de expresión opcional del tema en cuestión que yo a mi manera también había vivido. Intentaba escribir emociones contrarias a las mías y no avanzaba como quería. Sin entrar en más detalles, dejé pasar una novela que pudiera haber calado hondo en los lectores, porque el actor principal de la historia condicionaba mis sentimientos, mi manera de ver un problema que también en mucha menor medida también padecí.
    Perdí así una gran opción teniendo todos los medios necesarios para escribir esa historia, porque conforme avanzaba en la novela, sentía que no era yo quien la escribía.
    El personaje y actor principal de la trama, ha de conseguir un "escritor en la sombra", que escriba su novela pero individualmente no aporte nada o casi nada como escritor.

    Cuando hablas de evitar modas, recuerdo al último premio Espasa de Poesía, al joven Cabaliere. El jurado cuando emitió los criterios de su elección, todos estaban unidos a la moda y su repercusión en las redes sociales. Se hablaba de que el libro tenía potencial para las ventas por los likes que en Facebook e Instagram el joven tenía... Pero en ningún momento se habló de sus virtudes como poeta, de la calidad lírica de los poemas, no se dijo ni se definió un estilo, solo se vio un filón para las ventas de lectores ocasionales y primo, eso dicen los especialistas, para la editorial más la cantidad de libros que podía vender que la calidad de lo que contenían estos libros.

    Ser auténtico es un sentimiento, que apoyado por la inspiración y el trabajo debe dar buenos frutos literarios.

    Como siempre es un placer leerte amigo Teo.


    Un abrazo fuerte amigo y poeta

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    1. Gracias por este rato ameno de charla, que es lo que siento al acabar de leerte, amigo Alfredo. Lástima esa novela inconclusa o definitivamente muerta. A veces sentimos condicionantes al escribir. Hay que evitarlos y sentirnos libres, es la mejor manera. Lo del premio de poesía es bastante corriente; también en los de novela. La autenticidad, el hacer auténtica literatura, no vende bien. hay que generar una chispa explosiva de inmediato, en la primera página, y saber continuar. Es la única forma.
      Un abrazo.

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