"La Esfera", pintura de Manuel Domínguez, pintor y escultor almeriense
ESFERA
La
esfera nocturna, el vaso de vidrio con vino en la mesa,
el
jarrón con variedad de agradables flores luminosas;
las velas encendidas, el ensueño climático, la mirada
retenida,
la palabra circunstancial, la aproximación vibrante,
el beso
que resbala encendido labio a labio para quedarse...
Todo a
la espera de algo primario y sublime.
Importancia
del reflejo lunar, pedernal de un tiempo
convexo
que no quiere, manifiestamente subrayado,
caer en
eternal olvido. Algo que en un instante pretende
establecer
unión, exhalar diálogo, hallar el universo
crepuscular
particular y perdurable de cada uno
en el
otro, protegidos por la codiciosa y luminosa cortina
del amor.
Constelada tentativa. Larga aventura la
de ir
-enloquecedora
fuerza del destino-, de un hemisferio
a otro,
adormecido en los infinitos nimbos de tu cósmica
estelar
sonrisa.
Tú -punto
indefinido que engloba la vital esfera
que
habito- ventana abierta de mis ojos, hado hermoso
acariciando
el universo…
Yo
-estériles perfiles, templados meridianos de desperfecto
trovador-,
planeta girando en torno tuyo elípticamente
perdido
entre nubes de adhesión, ahí donde el fuego muerde
el
horizonte (que diría el poeta) -ancho espacio, amplio cielo-,
disolviéndose
en el aire, celajes de amor y dicha.
“SOLEDADES” (título provisional)
Cuaderno
XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.
Una esfera perfecta luminosa, suave y dulce, plena de amor. Besitos
ResponderEliminar
ResponderEliminarGracias, Karyn Huberman. Tus palabras siempre influyen y lo sabes... Fuerte abrazo.
A la espera del presente que se cierne amigablemente como amor y muerte inseparables. Esplendido.
ResponderEliminarGracias, Alfonso; muchas gracias por tu presencia en este pequeño lugar.
Eliminar