QUÉ SIENTO AL SER VIEJO (Relato)
Un joven me preguntó, no hace mucho, qué sentía al ser viejo. Me cogió desprevenido. Ni siquiera me había hecho yo esa pregunta, quizás porque no me considere viejo aunque me vea mayor. Cuando vio mi reacción de sorpresa, noté que se le cambiaba el rostro, que afluía en él una suerte de congoja quizás considerándose un imprudente al formular tal cuestión. Para animarle le dije que no se preocupara, que era una pregunta interesante, y tras reflexionar un instante añadí, que sobre todo tipo de apariencias hacerse viejo es también un regalo de la vida.
Cierto que a veces me sorprenden los cambios de la persona que habita en mi espejo, pero no me preocupo mayormente, sé que es natural envejecer. En todo caso, no cambiaría lo que tengo y soy por un estómago más plano y fibroso, por más pelo o unas cuantas canas menos. Me acepto. He aprendido con los años a no regañarme, a permitirme licencias simples como comer algunas cosas demás, a darme caprichos que antes condenaba con severidad, a estar en mi derecho de ser un poco desatento, desordenado y desoído, e incluso extravagante como pasar horas en el parque contemplando las nubes del cielo enamorándome de esa luna que suele llegar tempranera.
Es una edad, en todo caso, complicada, ya que a algunos familiares y amigos me ha tocado verles irse de este mundo antes de tiempo sin tener la oportunidad de disfrutar la libertad de hacerse viejos como yo, doliéndose mi corazón a veces en exceso por cercanía y querencia de esas personas. Pero la edad también da privilegios como escribir palabras en el ordenador, inspirado o no, sabiendo que hay amigos virtuales que generosos me leen. También puedo estar despierto hasta que me caiga rendido de sueño sin tener que rendir cuentas a nadie ni preocuparme de horarios laborales. Cierto que a veces me inunda la nostalgia y lloro y escribo poemas sentimentales como cuando era adolescente, pero me hace bien. También suelo pasear templadamente por la ciudad; o caminar por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo flácido cuando entro en el mar para hacer un clavado en las olas dejándome plácidamente ir a expensas de las miradas que me lanzan, no sé si compasivas o risueñas, algunas jovencitas envueltas en bikinis que toman el sol en la arena. Ellas, aunque no piensen ni les altere lo de la edad, también se harán viejitas si tienen suerte.
Se sufre. El cuerpo cambia. Pero ese abatimiento nos da fuerza y nos hace crecer en tenacidad. Un corazón que no se ha roto en algún sentido, es un corazón estéril, querrá decir que no ha tenido el privilegio de amar y ser amado. Me siento orgulloso por haber vivido lo suficiente como para conocer ampliamente ese sentimiento, de ver que mis cabellos se vuelven grises, y también de conservar la sonrisa de mi juventud antes de que aparezcan los surcos profundos e inevitablemente la borren.
Volviendo a la pregunta del joven, podría responder: Me gusta ser viejo porque la vejez me hace más sabio y libre.
Sé que no voy a vivir para siempre. Pero mientras esté aquí voy a hacerlo en lo que sea posible según mis propias leyes, que no son otras que las que me dicta el corazón. No voy a lamentarme por lo que no fue o no pudo ser, ni preocuparme por un devenir sin sorpresas. El tiempo que esté respirando en salud, seguiré amando la vida como lo he hecho hasta ahora cercano a los míos: el resto, qué remedio, lo dejo a voluntad del destino.
Barcelona, octubre del 2022.
©Teo Revilla Bravo
Ninguém é velho. Simplesmente quando se chega aos 50 anos se começa a inserir o IVA, lol
ResponderEliminar.
Feliz fim de semana.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Gracias, amigo.
EliminarEnvejecer no lo analizo ,creo que no es fácil todo cambia aunque por dentro de nuestra mente no tengamos dolores. Es bueno ser joven o quizás representar menos años de lo vivido. Yo no cuento los míos. Los vivo a solas con mi vida sin recuerdos de los maravillosos días
ResponderEliminarEl momento mi querido poeta amigo eso es lo que cuenta Saludos para mujer.
El momento es lo que cuenta. Sin lugar a dudas y, si en ese momento estamos en paz con nosotros y con el mundo, mejor que mejor. Pero no es todo de color de rosas como sabemos y seguimos pese a todo buscando equilibrio, sea emocional o físico. Para mantenernos fuertes y constantes.
EliminarUn abrazo.
La vida nos regala un tiempo para recordar sin sufrir por ello, creo que es lindo envejecer, nos regala tiempo, nos nutre de otras vivencias distintas. Me da mucho gusto que llegaras a mis versos, gracias, espero también leer lo tuyo, como ésta bella reflexionar.
ResponderEliminarAbrazo
Yo también lo creo, siempre que la salud nos acompañe, no debemos olvidar lo frágiles que somos. Pero la vida hay que intentar vivirla con optimismo, buscando la sabiduría de encontrarle sentido a cada paso que damos.
EliminarGracias, Lanoche... Por tu visita.
Un abrazo.
Te he leído y em sorprendo de tu sabiduría, Teo!!! Has escrito un manifiesto magnífico... maravilloso!!! Es un manifiesto para leer, no ya en la "vejez" o en la edad adulta, sino en la juventud, para aprender a vivir con perspectiva, y no ser devorado por las vivencias del momento.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo con todo lo que dices. Tienes momentos de clarividencia sorprendentes... Expresiones que necesitamos aprender para adaptarnos a vivir y dejar de vivir esta vida...
Pero permíteme añadir algo, que no corrige lo que has escrito. Solo añade mi humilde experiencia y pensamiento.
En primer lugar, desde hace pocos meses digo que el alma no tiene edad, que el alma es atemporal. Y digo más cosas, como que el alma solo es una extensión más del alma universal. No me voy a poner ahora a explicar en detalle lo que quiero decir. Pero si te diré que, a diferencia de lo que ocurre con el cuerpo y la mente, que se deterioran con el paso del tiempo, el alma es pura y eterna virginidad. En resumen, que es lo que importa: cuerpo y mente se deterioran, y es lo que vemos con el paso del tiempo. El alma, no. Por esta razón el alma de los niños y de los ancianos se parecen tanto: se muestran tal cual son.
Y otra cosa más. Hace muchísimos años vi un documental en el que entrevistaban a unos ancianos. Lo que dijo uno de ellos jamás lo olvidaré. Me impactó de una forma brutal. Dijo algo así como: "mi cuerpo es viejo y ya no me sirve para mucho, pero mis ganas de vivir siguen intactas. Mi ilusión por vivir es la de un joven, pero mi cuerpo está ya tan deteriorado que no puede seguir a mi alma en su ansía por vivir"
En este último comentario subyacen dos lecciones muy importantes. La primera, que solo vivimos cuando estamos presentes. La segunda, que solo vivimos cuando nuestra vida es la fluida expresión de nuestra auténtica naturaleza.
Si olvidamos todas estas lecciones, seremos ancianos desde la juventud. Si no las olvidamos y las ponemos en práctica, nuestra mirada siempre expresará fortaleza alegría. Juventud...
Un placer leerte, Teo.
Y un enorme abrazo, querido amigo!!!
Me gusta cuando escribes porque te comunicas, porque dejas el alma y te aflora la amistad y la buena comunicación.
EliminarTe leí punto por punto y me he sentido identificado. Aprecio mucho tus sentimientos, ese alma noble que en cada línea se adivina.
Ahí andamos. Recorriendo vida con entusiasmo, pese a los inevitables bajones que también nos ofrece y de los que aprendemos sin duda.
Un abrazo inmenso, amigo Emilio, cuídate.
Excelente relato. Sincero, profundo y natural.
ResponderEliminarY si bien puedo apreciar que la edad ha ido marcando tu sabiduría actual, entiendo que ya llegaste con la semilla plantada.
Me quedo con tu respuesta al joven, pero, que duda cabe, algún matiz haría:
"Entiendo que, por edad, soy mayor. No percibo por ello mayor sabiduría... Tal vez se deba al hecho de que no analizo el hoy. ¡Es, sencillamente! Y del ayer, en ese aspecto, nada sé!"
Ya sabes Teo, tus trabajos, reflexiones, es lo que tienen, motivan reflexión y entrada al ruedo. :))))))
Fuerte abrazo.
Me alegra que lo hayas sentido así, amigo Ernesto. No soy el personaje, pero como si lo fuera, en ello andamos muchos en estos momentos. La vida tiene sus momentos. El de la vez es uno de los más interesantes posiblemente y de los que mayor peligro encierra por la fragilidad que se va instalando en los cuerpos. Hay que sacarle todo su potencial y vivirlo intensamente; aunque sea desde la templanza.
EliminarUn abrazo.
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ResponderEliminar¡Nani?
EliminarDesta vez foste positivo e deixaste no ar um mundo de esperança...
ResponderEliminarO homem é inteligente e, por isso, tem a capacidade de adaptar-se e até se adapta à solidão... É melhor tomá-la como companhia do que como inimiga!: ))
Acho que és muito tímido! Aparece no Convívio de Poetas! Tenho um poema sobre a guerra... Vais gostar...
Gostei de te ler, Teo. Boa noite e excelente semana. Abraço amigo.
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No meu perfil, entre outras coisas, indico que sou portuguesa...
EliminarGracias por intervenir, amiga, en el pequeño debate que puede ocasionar el escrito. Algo se me escapa de tu portugués tn familiar por otro lado. Sigamos creyendo en la creación, en la poesía, en el ser humano.
EliminarUn abrazo grande.
¡Qué buena pregunta te hizo el joven¡ porque te permitió reflexionar a ti y, a la vez, hacernos reflexionar a nosotros tus lectores. He pensado muchas veces qué es, porque cuando nos miramos en el espejo -que nunca miente-, observamos los cambios normales que hemos experimentado en el transcurso de esta maravillosa vida. Recuerdo que en mi caso la llegada de las temidas arrugas, en vez de sentir pena, odiarlas o negarlas, las amé porque eran mi prueba de que había sentido emociones en esta vida. Esas líneas de expresión eran el fruto de: risas, llantos, rabias, temores, dudas y tantas impresiones humanas.
ResponderEliminarTienes razón cuando mencionas las ventajas: tiempo para leer, escribir, caminar en los parques sin tener que tener la necesidad de regresar a tiempo para cuidar de los hijos y, sobretodo, sabiduría y prudencia porque se ha vivido.
Del comentario de Emilio rescato el pensamiento de sentir que nuestro espíritu no tiene edad. Yo lo veo en mi padre que tiene 99 años y es como un niño en cuerpo adulto.
Teo, me quedo con el final del relato, es lo que debe ser…
“El tiempo que esté respirando en salud, seguiré amando la vida como lo he hecho hasta ahora cercano a los míos: el resto, qué remedio, lo dejo a voluntad del destino.”
Antes que olvide, me encantó el cuadro de Fortuny.
Abrazos Teo
Qué bueno que se llegue a la reflexión a través del escrito, saber que sirve para recolocarnos y saber dónde estamos ante los cambios que va propiciando la vida,
EliminarMuchísimas gracias por tu lectura, Tatiana, amiga. Sigamos pensando y creyendo que la vida tiene sentido hasta el final si somos cómplices de sus maravillas y de sus realidades menos gratas.
Un abrazo inmenso.
Tenemos que aprovechar minuto a minuto de todo lo que llevemos en la mochila, sea poco o mucho, podemos hacer bello el ir contando años, si por dentro te sientes joven, se hace más llevadero, llegada cierta edad, no es muy grato cumplirlos, porque van quedando menos.
ResponderEliminarPero amigo Teo, es un privilegio poder cumplirlos. Recién llegada de mi larga ausencia ya estoy de nuevo con vosotros. Este verano he tenido algún contratiempo, pero nada que no tenga solución. Feliz día. Un abrazo
Eso es, amiga Carmen: hay que aprovechar al máximo cada respiro y hacer bello lo de contar años.
EliminarMe alegro que ese contratiempo haya pasado. Suelen llegar de vez en cuando, se instalan a veces por semanas y meses, pero lo bueno es poder llevarlos y curarlos.
Un abrazo grande.
Hola Teo, en esta entrada que ilustras con "Viejo desnudo al sol" del pintor catalán Mariano Fortuny, y que éste pincel muestra el ajado deterioro del paso del tiempo…más en nada se contempla la ágil y sabia reflexión que tú haces en el texto, en donde aparece ese lindo concepto de que lo significativo es llegar y ser: más equilibrado, más versátil, más desprendido y sin lugar a dudas más sabio…aunque determinadas capacidades vayan perdiendo el vigor, pero en su tono la fuerza de una mente bien amueblada dejará suficiente armonía para seguir gozando de ese paréntesis de la vida. Gracias por tus palabras. Amigo Teo.
ResponderEliminarUn abrazo
No, no queda muy reflejada, tienes razón; sí el paso inexorable del tiempo, cómo nos va dejando el cuerpo, cómo se desgasta querámoslo o no, ahí de nada sirve querer prevalecer en la juventud. No sucede igual con el espíritu por fortuna, en él si podemos manejarnos y seguir sintiendo con intensidad la vida que se nos regala día a día, si la enfermedad que incide en nuestros recueros nos lo permite.
EliminarInmenso abrazo, amigo Dionisio, que estés bien.
Hola Teo, es todo un tema esto de envejecer. Creo que debemos cuidarnos, mente, cuerpo, emociones, relaciones. Todo se aprende si es que hemos realmente puesto atención a las enseñanzas que nos da la vida.
ResponderEliminarCreo que sí, que al envejecer sentimos que hemos ganado en sabiduría y apreciamos de una forma más atenta al tiempo. Sabemos que nos queda menos de un tercio del total, y eso será si tenemos la suerte. Pero si efectivamente somos bendecidos con una larga existencia, tenemos que cuidar nuestro envase y la cabeza para así realmente disfrutar de los tesoros antes mencionados y no pasar a ser bultos postrados que solo dan trabajo agotador y gastos a sus seres queridos.
Hoy tengo claro qué cosas me hacen mal, por ejemplo, el estrés... y entonces evito el apuro, evito las relaciones tóxicas, evito las discusiones, evito excesos de todo tipo, me alimento bien, hago un poco de ejercicio (yoga y caminatas), escucho música que me agrada y por supuesto escribo, lo cual para mí es lo mejor de todo. Soy una orgullosa de mis años (cumplo 65 este viernes) y como represento menos, otras personas me dicen, “no digas tu edad” o “no seas tonta, di que tienes menos años” y yo contesto... “por qué” y luego agrego... “para qué”. Mis años me han regalado muchos tesoros de los cuales estoy orgullosa y me amo tal cual me veo y soy. Es cierto, a ratos breves extraño mi cuerpo más esbelto y el rostro más fino (no puedo negarlo, soy humana) pero se me pasa muy rápido. Me miro al espejo y me digo, no estoy nada de mal, aun me siento atractiva y quien tenga la suerte de quererme debe querer al igual que yo, mi historia, mi figura, mis años, mis letras, mis errores, mis aprendizajes y, por supuesto, lo más importante, mi eterna alma. Me conozco y sé cuál es la calidad de mi esencia y eso amigo es un tesoro que no cambio por nada, menos por algo tan pasajero como lo material o la belleza (belleza según la sociedad de consumo). Si creo y cuido mucho más la belleza de la actitud, de la creación, de la bondad, del amor, de la alegría y de la espiritualidad.
Disculpa si me extiendo mucho, pero me pasa que me apasiono mientras escribo y luego me fijo que me he alargado demasiado, pero lo leo y no me dan ganas de borrar nada (jajaja). Mil besos querido amigo, espero te encuentres muy bien. Buena tarde para ti.
Paty, vaya odisea hasta lograr verte publicado tu comentario en este pequeño rincón de afectos.
EliminarGracias al gran amigo en común, qué bella persona, que es Ernesto, lo hemos conseguido.
Lo leí ayer en el correo que me envió explicándome los avatares sufridos hasta conseguirlo, y sí: era yo el que te tenía, no sé cómo ni cuando ni porqué, en los correos del spam, mira qué extraño es todo.
Me ha agradado mirarte en ese espejo donde se reflejan tus tus palabras de modo tan sencillo, claro y cordial, sobre lo que representa envejecer e ir perdiendo notoriedad física, pero ganando en la serena sabiduría que nos anima a seguir activos, vibrantes y creativos. Amamos la vida y ese es el mejor ejemplo y la mejor manera de vivirla.
No me extiendo más sobre el tema, sí darte las gracias por tu amistad, por el tesón en llegar de todas todas, por lo que nos une como seres humanos sensibles y amantes de la escritura.
Un abrazo enorme y disculpa...
Teo
Todo bien Teo, bueno, en realidad nunca estuvo nada mal amigo, es solo que me extrañaba no ver mi comentario pero, como bien dices, no faltan los ángeles que nos cuidan y ayudan y en este caso, un ángel terrenal, nuestro querido amigo Ernesto, que al igual que tú, son soles que iluminan, apañan y dan alegría a mi ser y mi camino.
EliminarMil besos para ti, que el universo de cuide y te de mucha paz y felicidad amigo. Nos vemos!
Nos vemos. Otro abrazo.
EliminarLA PINTURA QUE ILUSTRA TU PENSAMIENTO SOBRE LA VEJEZ, ES MUY BELLA.
ResponderEliminarESTOY DE ACUERDO CON TU REFLEXIÓN. QUIERO AGREGAR QUE CUANDO LLEGAMOS A ESTA ETAPA, LO QUE MÁS ME GUSTA ES PODER DECIR LAS COSAS POR SU NOMBRE, SIN ESCAPISMOS, NI SOMBRA ALGUNA , ESA FACULTAD O ESE DERECHO NOS DAN LOS AÑOS, TAMBIÉN PODER ELEGIR LIBREMENTE CON QUIEN ESTAR. EL TIEMPO, SU LIBERTAD, LO NOMBRASTE, NO TENER HORARIOS QUE CUMPLIR. SENTIR QUE PODEMOS CONTEMPLAR LO QUE NOS GUSTA SIN LÍMITES. LO ÚNICO QUE HE SUFRIDO MUCHO ES EL DETERIORO FISICO. CUANDO PERDI MI VISIÓN DEL OJO IZQUIERDO,
PENSÉ "NO, ESTO NO ME ESTÁ PASANDO A MI", PERO LUEGO, CON EL SUFRIMIENTO, QUE TE HACE ACEPTAR LA REALIDAD, FUI ENTRANDO EN UN CAMINO BORRASCOSO, PERO MIO AL FIN,YPOR ÉL TENDRÉ QUE CONTINUAR. SUFRIA MÁS AL PENSAR QUE NO PODRIA ESCRIBIR, ES MI PASIÓN, ME HACE SENTIR VIVA. Y HOY CIRCULO POR LOS CAMINOS QUE ME HE TRAZADO ,DIRIA CASI ACOSTUMBRADA,A LO QUE ME SUCEDE Y SIENTO MIO. ABRAZO AMIGO!!
I
Gracias a ti, amiga Ana. La vejez es la última meta que alcanzar.
EliminarPor eso la necesidad de hacerlo bien, manteniendo lucidez y sano cuerpo en lo que nos es posible.
Abrazo.
Y cuanta belleza en tus letras querido Teo, indiscutible la hermosura de la obra que nos acercas , pero tus letras cercanas transparentes ,humanas y sabias se adentran poniéndonos en comunión con ellas . Gracias por el precioso regalo,bonito amigo .
ResponderEliminarGracias a ti , Gloria, por apreciar la lectura y compartir emociones, querida amiga.
EliminarInmenso abrazo.