Este vive-muere, veloz sensación
que nos desgarra por dentro,
se nos crece a veces como credo
ciego que anida en el ánimo
con el efecto abrasivo de un tiempo
perverso que va paralizando la tarde
en umbría muerte.Torbellino,
desplome de ilusión, durísimo instante
donde nada cuenta como no sea
una vez más sentir el efecto-afecto
acre de perderte y perderme
entre ruinas y equívocos que no parecen
resistir porque sí y sin más otra
catástrofe. Cruje el instante rumiando
sombras, aplastado sin piedad
como el insecto lo es por el pie
de su cruel asesino.
No obstante la luz trepará resuelta
de nuevo por la espesa enredadera
de la fachada del afecto,
para salvaguardar la suavidad diáfana
de los cuerpos entregados al instante
mágico de la azotea y del abrazo,
ahí donde al absorberse la luz crepuscular
progresan sueños y ternuras.
Qué bien se me da este poema, amigo. Estupendo.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por esta pronta aparición, José.
ResponderEliminarGrato es saber que los versos que se leen se recogen y quedan.
Fuerte abrazo, apreciado amigo.
No obstante, la vida nos da otras oportunidades, cuando se cierra una puerta, siempre hay alguna ventana por donde pueda entrar la luz y quitarnos de encima la oscuridad que nos embarga. Es un poema hermoso que nos muestra todas las capas de nuestro ser. Besitos
ResponderEliminarSí, Karyn, siempre aparecen otras oportunidades que hay que saber tomar, Una recompensa a la constancia, a las dificultades con que a veces el destino te envuelve. Y así en el amor, en la pareja. Lo sabio es subir a esa azotea y contemplar las estrellas abrazados.
EliminarBesos.
Pincelada tras pinceladas, el brillo de la luz aumenta. Gracias por compartir las sensaciones del alma. Un cordial saludo
ResponderEliminarHermoso ese comienzo de la luz y las pinceladas, amiga Rosario. Gracias por tu cálido comentario.
EliminarFuerte abrazo.
La luz trepará resuelta de nuevo
ResponderEliminarpor la espesa enredadera de la fachada
del afecto, para salvaguardar la suavidad
diáfana de unos cuerpos entregados
asomados al instante mágico de la azotea
y del abrazo, ahí donde al absorberse la luz
crepuscular progresan aromas y ternuras.
con esa bella manera de hablar del Amor... te felicito Teo, hermoso poema donde das tus pinceladas , siempre llegando a la luz. Abrazo grande.
Un abrazo grande y especial, Marisa. Me ha conmovido que tu gran sensibilidad poética recoja esos últimos versos que vienen a significar que el amor, por encima de cualquier otra situación que también prodiga a momentos la vida, reconcilia.
EliminarCuando tomas los pinceles poéticos, eres capaz de llenar el lienzo con los dramáticos colores de lo ingrato existencial, abriendo entre ellos la luz cegadora de la más hermosa esperanza a la renovación y la vida.
ResponderEliminarGracias por compartir esos sentimientos tan bellos como constructivos, Teo. Abrazos.
Ya me gustaría que fuera así, pero de manera más certera y artística, amigo Francisco, algo para lo que me sigo aplicando, pues estoy un holgazán si te digo la verdad, pero voluntarioso sí estoy. Escribir, leer y pintar me acompañan desde la más tierna infancia, pero uno llega, por unos motivos u otros, a donde puede. Si en algo los demás ven aciertos, es la recompensa que se recoge, a parte del bienvenido desahogo necesario.
EliminarGracias por mimar estas cosas mías. Donde otros ponen indiferencia, tú sabes generar alientos. Intento ser participativo en este aspecto. Valorar al amigo que se esfuerza en mostrarnos lo mejor de sí mismo, es otra constancia, algo que enseña la vida a valorarlo, porque con él aprendemos y tomamos afectos. En ese sentido, aprovecho para agradecerte todo cuanto nos aportas, aunque por tiempo no esté en todo lo que compartes.
Fuerte abrazo.