Si te pienso, brillan los ojos de las estrellas
más distantes; el universo más profundo
y fugaz, se inunda de luz; todo se repliega
en el resplandor alborozado de tu sonrisa.
Si te pienso me viene poco a poco
la calma anhelada y en el paisaje absoluto
del alma se expande, hermoso, brillante,
un luminoso arcoíris que viste y reviste
de suaves tonalidades el atardecer.
Si te pienso, pondero el paraíso del goce
y la pasión con la portentosa fuerza
de un huracán, sintiendo que la tristeza,
barrida por templados vientos,
cae abatida; que los hilos de mi historia
personal se entrecruzan con los de la tuya,
bordándose ambas en súbita desbandada
de alegres sisellas a vuelo de brisas.
Ritmo, polifonía de luz que enmudece
llantos, singular beneficio de gozar
prodigiosos designios de amor y vida..
Los versos y el poema completo tiene en común con esa bella pintura de Degas, la delicadeza, el suave trazo del poeta que sabe decir y lo dice. Hermoso todo. Besos.
ResponderEliminarUn buen regalo para los oídos tu comentario, querida Karyn Huberman.
EliminarSiempre a todo agradecido, besos y abrazos.
Si te pienso, te sueño y la fuerza del huracán de sentimientos me impide seguir pensando, pues el pensamiento es arrasado por lo que siento.
ResponderEliminar¡Oh, qué bello lo que leo, Francisco! Gracias, tienes una mente privilegiada.
ResponderEliminarFuerte abrazo.