Tintoretto (1555) “Susana y los
viejos”
Parece ser que
esta obra, “Susana y los viejos”, formaba parte de la ornamentación del techo
de una estancia veneciana y que fue adquirido por Velázquez durante su segunda
estancia en Italia, aunque algunos apuntan a que fue encargado a Tintoretto directamente
por Felipe II. Al parecer, el aposento era una cámara nupcial, al existir en
las escenas que se aprecian una relación -positiva o negativa- entre los dos
sexos. Al llegar a España, se instalaron en el Alcázar de Madrid y de allí se
trasladaron más tarde a La Granja. Este tema de Susana y los viejos fue muy representado
en el Renacimiento y en el Barroco, debido a que era una de las pocas escenas
en las que se permitía realizar pinturas de desnudos femeninos sin tener
problemas con la iglesia.
Como
observamos en la obra, Susana era sorprendida, mientras se estaba bañando, por
dos viejos jueces quienes le hacían proposiciones deshonestas; la joven, ya
desposada, se negó a ellas, y los ancianos se vengaron acusándola de adulterio sabiendo
que el castigo era ni más ni menos que el de la muerte. Afortunadamente Dánae,
diosa del Olimpo, pudo probar el engaño y salvar a la casta Susana. Como todas
de la serie de este tipo que se realizaron en aquellos tiempos, la escena está
pintada para ser contemplada desde abajo, desde donde se aprecia muy bien cómo
los dos ancianos rodean a la joven, e incluso cómo uno de ellos la toca lasciva
y descaradamente el pecho. El colorido vivo, la factura rápida, el resultado fresco
y la luz animosa empleada, serían características comunes de la serie, donde
destaca también una belleza formal vigorosamente creativa.
Si la censura
cruel o el talibanismo de manual de la corrección política de algunos lugares
de hoy hubiera existido en el siglo XVI, el pintor italiano no
habría podido exhibir su 'Susana y los viejos' en ninguna galería y
posiblemente en parte alguna; quizás, ni la habría pintado. Tintoretto no se
centró en la lascivia ni la pedofilia, se supone, sino en la vanidad de mirarse
al espejo…
Barcelona, junio del 2017.
©Teo
Revilla Bravo.
Independiente de la calidad de la pintura, quería centrarme en el tema, no sólo en el hecho de que estos señores mayores, jueces y de buena posición por los ropajes que llevan, se trataran de aprovechar de su condición para intentar lograr abusar de la joven Susana. Jueces que deberían saber lo que está bien y lo que está mal... no sé pero suena a algo completamente actual. Besitos
ResponderEliminarSuena a algo completamente actual, dices bien, Karyn
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