ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

jueves, 29 de junio de 2017

UN CLAMOR FRENTE A LA BARBARIE: "GUERNICA",



'Guernica', de Picasso (1937)






UN CLAMOR FRENTE A LA BARBARIE


Lo primero que impacta de esta magna obra de Pablo Ruiz Picasso cuando se la contempla en el Museo Reina Sofía de Madrid, es el horror que transmite al instante. Un horror que aparece sin paliativos entre los gritos,  llantos, y gestos, de los personajes que aparecen en pleno estado de shock. Sucede con el hombre que parece estar mirando al cielo implorando con sus brazos que cesen los bombardeos; o con el desboque del adolorido caballo que está a punto de caerse al suelo atravesado por una lanza y herido en un costado, símbolo para el artista de todos nosotros; o con la alteración y aturdimiento del esquinado toro, que para Picasso significaba la oscuridad y la brutalidad. No obstante, entre todo ese espanto que se recoge y respira se mire por donde se mire, por su composición y tonos grises aparecen símbolos que son  de esperanza, de creer que todo eso pertenece a una pesadilla del pasado y no ha de volver a pasar. 

El Guernica es un alegato contra la crueldad de la guerra, contra la ignominia y degradación que con frecuencia hallamos en la acción del ser humano, sobre todo en los que crean, alientan, participan en guerras y lastran prolongadas miserias. Ese es su importante símbolo. Una alegoría llegada a la mente de su creador tras la noticia del espantoso bombardeo nazi que sufrió la población vasca de Guernica, y que sirvió para ser expuesto en el Pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, por encargo del Director General de Bellas Artes Josep Renau a petición del gobierno de la Segunda República Española. También es uno de los legados más importantes de este artista único, colosal e inigualable, advirtiéndonos de  los horrores angustias y sufrimientos que provoca la guerra.

Esa sería la interpretación común conocida, realizada de una manera concisa y rápida. Pero el Guernica tiene tantas interpretaciones, como ojos que lo miran. Tiene razón José Lebrero, director del Museo Picasso de Málaga, cuando señala: “Más allá de lo que digan los expertos, es interesante escuchar a las personas que no lo son, porque si hay algo que hace estas grandes obras tan especiales, es que trascienden cualquier discurso culto o retórica histórico-artística; nos llevan a unas dimensiones y a un espacio que tienen muchas lecturas". Por tanto, más que atrevernos a comentar nuestra idea del Guernica (o de la obra que sea) a otros, deberemos intentar escuchar lo que otros creen encontrar en él (o en ellos), seguro que nos llevaríamos gratas sorpresas.



Barcelona, finales de junio de 2017.
©Teo Revilla Bravo.











2 comentarios:

  1. Quizás lo que más me llamó la atención de esta obra cuando la vi en alguna obra porque directamente no la he podido ver, fue, no sólo el dolor que representa, quizás fue ese blanco y negro. Estaba acostumbrada a ver su obra colorista y me chocó ese cambio. Supongo que el dolor es así blanco y negro... Gracias por la explicación detallada. Besitos

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    1. El dolor se vive más en blanco y negro que en color. Seguro que sí, Karyn Huberman. Quizás sea una escala de grises lo que con él se vive, sobre todo cuando es tan sobrecogedor y directo. Gracias por tus palabras que aprecio. Un abrazo.

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