OTRA REALIDAD III
Temo la inevitable mirada que en un solo instante pueda atravesar el infinito vacío que nos distancia, amor. Ahora, ambos; luego, silencio y posible llanto. Si la infinita arena del desierto se hace indiferente a la humedad, de qué me valdrá echar el lloro en ella si sería como caer por un precipicio sin llegar nunca a tocar el suelo. Atrás quedará la habitación repleta de mimos, de besos, de cuerpos tendidos al deleite en el lecho del amor y el deseo; quedará, entre recuerdos, desvelando una historia escrita en barco de papel flotante por los mares del error. El duermevela, la pesadilla, la ruina, la perdición, la lámpara en la mesita iluminando la portada del poemario de Aleixandre que me regalaste, el despertador que no suena ni sonará más, la querencia acallada lanzada hacia el eternal olvido.
No revelarse, no hablar, supone una suerte de culpabilidad cuando la luz se denuda de tu alma y sale fuera del sueño dejándome a oscuras. Pienso entonces en la forma en que entretejes tus lindos versos, o lees un libro de los que yo no leo entretenido como estoy en escribir -yo me entiendo- diferente en vegetativo inverso la historia de amor que llevo dentro.
Ese cielo es inútil si la ventana no puede abrirse y la puerta sigue trancada. En esta situación en que nos pone el destino, no sé si acabar o comenzar de nuevo esa malograda novela de mi vida. Qué opinas tú, quiero saber, al seguir declamando sobre tu cuerpo soñado los versos más fervientes tatuados en literatura de mordaz furor y letanía. No sé qué digo, de qué hablo, qué sueño. No sé si permaneces cercana, tranquila entre tus cosas sin sospechar de mis atolondrados disloques de hoy o te has ido. Sí sé que el efecto de tus labios, aún visible en los míos, muestra su delicado y húmedo color.
Salto de la incertidumbre a la certidumbre con facilidad, en cuanto dejo la mente en blanco desfigurada la memoria en vuelos sin posibles retornos. Eso se me antoja la vida: volar y volar sin regreso posible, habitando umbrales que muestran lo que fui y soy, quizás la realidad suicida que todos tenemos que soportar estando como estamos abandonados a la intemperie del azar.
Recompongo pensamientos consumiendo lo poco que sé aprendido en cada cima escalada, consciente de que sin tu aliento no encajaría ni tendrían sentido nada de lo que atolondrado hago y digo. La perpetuación estalla en todas las direcciones en que te busco te encuentre o no, misterio emergente del que nace un vacío de inhóspito vértigo, elegía sin límites, o luz en eternal quietud.
Barcelona, marzo del 2021.
©Teo Revilla Bravo
Un cuadro, como casi todos los suyos, que refleja soledad.
ResponderEliminarUn escrito magnífico.
Salut
Te agradezco enormemente tu paseo por el blog, amito de Tot, supongo que el gran Miquel.
EliminarUn fuerte abrazo y salud.
La interpretación que haces del cuadro, esa otra realidad que a tantos acecha, parece acertada.
ResponderEliminarEl diálogo que mantienes a continuación, real y sincero, muchos quisieran poder expresarlo… Pero no siempre, casi nunca, hay capacidad para ello.
Por ello surge, tal vez, “… la desfigurada memoria en vuelos sin posibles retornos. Ese volar y volar sin regreso posible, ...quizás la realidad suicida que todos tenemos que soportar...”
Un placer poder disfrutar de tus letras.
Abrazo Teo.
Gracias, apreciado Ernesto, digo lo mismo de ti, tus comentarios dan fe de una inteligencia humana, de esas que escasean. Es un gozo recibir motivaciones como estas palabras tuyas, amigo.
EliminarFuerte abrazo.
La inspiradora semilla del cuadro de Hopper no podía encontrar una tierra más fértil que tu imaginación creadora para germinar en la belleza de unas letras que hacen sentir tanto la expresiva pintura y le pone un excepcional discurso de fondo a la imagen y el color.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario que viene a certificar mi observación y orientación a la hora de escribir esta "Otra realidad", querido amigo.
EliminarUn abrazo inmenso, sigue bien.
Creo que esta "otra realidad" podría ser el perfecto germen para una novela en donde se unen surrealismo, fantasía y poesía...todo ello se lee y se percibe en tu escrito. Una realidad paralela que quizás sea la única puerta para mantener vivo todo lo que cada cual guarda como "imposible" en la vida "normal". Muy bueno, besos.
ResponderEliminarOjalá fuera así, Karyn. La de poderse meter uno en ese embolado y construir una novela con esos ingredientes tan interesantes. Gracias por la propuesta.
EliminarUn abrazo.
Como casi todos los cuadros de Hopper, hay una ventana, en la habitación que contiene la soledad... un tren con la pasajera pensativa y la ventanilla, otra vez ... hombre o mejer en una intima soledad que sugiere su obra . Tus escritos también sugieren ... abrazo
ResponderEliminar