Otra realidad II
Somos la suma de instantes que se suceden y se respiran. La melancolía regresa desde el crepúsculo rojizo-violeta de los prados del valle, y se instala con inquietud en mi alma. El sabor acre en la profundidad de la herida, la amargura, la hiel que impregna cuerpo y alma, se alían con el momento. Solitarios vamos, entre la brisa y el agua, entre el claror y la montaña, almas al aire, libélulas en tránsito hacia el anhelo y la dicha imposibles.
La esperanza, como la desazón, tiene un inicio dormido y a la espera, en el expectante corazón de la vida. Todo lo que se asoma al sueño estremece de inmediato. Como tus dedos cuando rozan mis labios asegurando una sorpresa o un gran silencio, quizás un adiós latente merodeando por el rostro embobado de la pasión que nos enlaza. Espejean las estrellas en los charcos dejados por la tormenta veraniega. Luciérnagas encendidas, el grillo, el gusano, la cigarra, los danzante zancudos, el gacho o ciervo volante, insectos, moscas, marcan el verano.
Tu cuerpo, ensartado en mi aliento, pendiente de un alfiler queda. Así el amor, delicado y quebradizo, en las solapas del alma. Tiemblas cuando hablo de todo ésto. Cuando te observo fijamente o miro tu escote abierto al mundo. Un vacío nos envuelve de repente, mientras la luna, asomada con descaro al cielo, sonríe cruel al ver incendiarse en mí los celos, mientras el temor a la abrupta pérdida en el azogue de la inopia, crece. Me interesa lograr entender la duración del tiempo que transcurre en este segundo concreto, captar los matices del claro de tus pupila cuando me miras desde el otro lado de las sensaciones inconfesables. Tiempo y temblor a tu lado, amor. Cuántos respiros, cuántos parpadeos, se producen en lo que dura una sola noche. Esa noche en que nos precipitarnos a lo físico gozosos, quizás buscando la poesía de lo etéreo eterno en ambos.
Reclamos de tu alma que me alientan, trasmutación posible de un alma a la otra, simulacro de mar evaporado tras el sueño en la salinidad de un espejo enterrado. La fuerza de la gravedad, mantiene esta ficción en un disloque. Es un amor tensorial, matemática del alma, incógnita que desarrollar sin previo enunciado. Lo verdadero inaccesible nos gana y atormenta un día más, claroscuro insaciable de tu silueta iluminada en márgenes de silencio.
Sigo esperando una revelación, la poesía entendida míticamente como mundo a recobrar. Mientras, amor, recojo el escorzo de una lágrima desmayada sobre la fina línea de tu figura en la sombra de la pared proyectada.
Barcelona, marzo de 2021.
Realmente me parece precioso este escrito, prosa poética bella en que nos envuelves de fantasía, de una realidad paralela surrealista que nos hace disfrutar de tu soberbia pluma. Felicitaciones.
ResponderEliminar¿Soberbia? Me halagas y se agradece. Más bien un dejar hacer a esa mente que se aloca por momentos.
EliminarGracias y fuerte, fuerte, fuerte abrazo.
Que placer leerte
ResponderEliminarTus palabras me dan paz.un abrazo
Un abrazo, amiga. Muchísimas gracias.
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