"Retrato de Jaime Sabartes", poeta barcelonés Pintado por Pablo Picasso en 1939.
MEMORIA HISTÓRICA
Memoria histórica. Creación viva.
Campo emocional. Sin poesía, es difícil contemplar un futuro de humanidad y
desarrollo estable, una preocupación estética por sentir la armónica salud de
las colectividades, aun sabiendo que la poesía se escribe desde el exilio, pues
todo buen poeta se siente de alguna forma desterrado, incomprendido, olvidado, a veces rechazado o
represaliado, de ahí su persuasión hacia la elaboración del poema que exprese
el dolor del alma o la rabia vital que con frecuencia siente. El poeta es, o
siente ser, un hombre exiliado, transgresor, ubicuo, inadaptado en muchos
aspectos a la conformidad generalizada; un ser que necesita transformar y
cambiar lo que no tolera su alma, haciéndolo con el manejo del mundo de los
símbolos.
El poeta ha de hacer ver aquello
que le duele, que le chirría en el ánimo, que le desvela, que siente injusto.
En ese sentido es, debe de ser, apátrida en el término más genérico de la
palabra, un ser errante y universal que no puede verse sometido, acorralado y
condicionado, por los encorsetados intereses políticos que estrechan y amilanan
conciencias. , El poeta reclama para sí la labor universal de unir y hermanar,
en el concierto de las libertades, aquello donde el ser humano es más genuino
sin contaminantes culturales preestablecidos. Ha de estar donde arranca la
noticia, donde se produce el efecto-afecto, donde se le agranda la
sensibilidad. Por eso en toda contienda nacionalista, si no son captados o cobardemente
sometidos a unos fines de poder, son la base del exilio, cuando no mártires de
un despotismo vil.
Nunca gustó la sinceridad tornada
en verso, lugar selecto para la palabra consecuente, viva, profunda y libre. El
poeta ha de observar fidelidad propia, mediante la reflexión sobre sus sentimientos
más altruistas haciéndolos expandir como reflejo vivo de sus inquietudes más
urgentes. Haciéndolo poniendo en ello cierta ironía trasgresora consciente y
consecuentemente sensibilizadora, que señale una identidad autónoma a través de
la imagen e independencia de la palabra escrita. Así nace el verso. Así se va
formando el poema, el poemario, quedando plasmando el desarrollo básico de lo
que anida en su interior. Una poesía que ha de ser -digan lo que digan-
intensa, auténtica, propia, velada y trabajada como se trabaja cualquier obra
de arte; obra fluida, rica en expresividad musical, donde se insinúe con fuerza
la belleza, y los sentidos alcancen la cohesión del sentimiento artístico más
amplio. La poesía ha de convencer y seducir. Ha de desarrollar la magia del
sentimiento, encontrando en el poema la justa medida de plenitud connotativa y
de tensión vital. Por llamarlo de alguna forma, ha de asediar u hostigar -desde
sus silencios reveladores- involucrándose en los procedimientos lingüísticos,
dominios que muy pocos escritores se atreven a administrar siendo la base de la
integridad y de la inteligencia, del avance de todo buen escritor, y por ende
del lenguaje mismo al producir relaciones magnánimas entre lector y escritura. Así
se establece la corriente que acaricia
la exaltación, la indagación, el progreso.
Barcelona 2012.
©Teo Revilla Bravo.
Yo siempre digo que hay dos tipos de poetas, los valientes y los cobardes. Pero todos partimos de una introspección, de una carencia de ubicuidad. Somos inadaptados emocionales en un mundo sin apenas emociones. Los poetas sangramos por el alma y necesitamos derramarnos siempre.
ResponderEliminarAmigo Cyrano, Qué clara y rotunda definición de los poetas. A ver dónde nos colocamos. Sí, sí que tienes razón al decir que somos inadaptados, personas que anhelan un mundo imposible. idealistas. Pero por eso mismo gente comprometida y solidaria. La sensibilidad nos lleva a serlo, a intentar mejorarnos y mejorar en lo posible la sociedad y el tiempo que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por comentarlo en este rinconcito. Lo llevo a Facebook, no sé si acá lo leerás ya.
Un abrazo.