La mujer en la escritura. Una reivindicación permanente.
EL LENGUAJE LITERARIO
El lenguaje literario –analogía
entre silencio y soledad-, con su multiplicidad de redes asociativas, ha de ser
vitalista, vibrante, fluctuante, de sólida reflexión y gran precisión. Los
contornos de los pensamientos tienen que ser lo más acertadamente definidos y con
el mayor atrevimiento posible, de tal forma que delimiten los espacios
emocionales, dando placer a lo escrito a través de textos sugestivos,
vibrantes, reflexionados y bien estructurados. El poeta –su memoria, su
complicidad con el tiempo- ha de
entregarse implicado y tierno, desde su particular solitario viaje,
absolutamente al poema, de tal manera que el lector halle una exhaustiva
indagación en los contenidos, un enlace fluido y enriquecedor que forme la
metáfora simbiótica ideal entre obra y receptor, impugnando cualquier
propensión que intente mostrar la obra únicamente como un ligado de leyes
internas propias. El poeta ha de saber distanciarse de toda diligencia, pues la
escritura no puede permanecer ajena a ningún aspecto de la condición humana, siendo,
desde una perspectiva innovadora, nítida y transparente, con la abstracción
debida y la facultad descriptiva seductora funcionando con naturalidad; eso sí:
desde un estado de alerta permanente.
Sobriedad y sutileza. Límpido
goce estético. Literatura de ritmos, de colores,
de formas, de tejidos, de múltiples sonoridades con los que formar los versos.
Hay que saber hallar ámbitos adecuados para la conjunción formal de lo bello,
vínculos emergentes en el alma que sólo la emoción y la sensibilidad, a través
de la libertad creadora pueden propiciar, contribuyendo con ello al logro de un
bien general.
Barcelona.-2012.
La labor del autor, escritor, poeta, no es nada fácil. El lenguaje que utiliza para llegar debe ser especial, encontrar su forma y estilo, libertad para crear sin olvidar el ritmo y las sensaciones que deseamos presentar al lector. Es un arduo trabajo y maravilloso a la vez. Excelente. Besitos
ResponderEliminarNo, no es nada fácil y la labor de aprenderlo es de por vida, como todo en arte. Pero, efectivamente, cuando se siente esa necesidad de escribir, de transmitir emociones, de indagar en el propio alma, es maravilloso y compensa, pese a lo arduo de esa labor.
EliminarA veces es difícil salir en busca de la forma que nos desahogue, pero peor aún debe ser contenerlo. Me uno a tu pensamiento dicho de la mejor manera como es ru costumbre. Un abrazo, Teo.
ResponderEliminarPeor es contenerlo, amiga Norma, estoy contigo. Hemos de tomar pluma y papel y hallar esa manera salvadora de expresarnos y desahogarnos. Así se crea el arte y así se siente.
EliminarUn abrazo muy grande.
La poesía es fundamentalmente imagen, porque la imagen surge del poema como el instrumento encantador por excelencia, y establece una relación privilegiada del hombre con la realidad mundanal, de la que la experiencia poética nos daría la revelación que fusiona y crea otra realidad. Es una relación que permite sentir como próximos y conexos, elementos que la ciencia considera aislados y heterogéneos.
ResponderEliminarOctavio Paz nos ha aclarado cómo un texto que tiene la técnica de composición como forma literaria no es poesía en sentido estricto, a menos que contenga a la poesía.
Nos lo dice el poeta mexicano en "El arco y la lira":
"No son lo mismo, sin embargo, el uno puede contener al otro y viceversa, y ambos, a su vez, pueden estar vaciados de correspondencia. Un soneto no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico ha sido tocado por la poesía. Hay máquinas de rimar, pero no de poetizar. Por otra parte, hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos: son poesía sin ser poemas. Hay la diferenciación necesaria que se realiza entre poesía y poema".
Completamente de acuerdo. Tu esclarecedor e iluminador comentario deberíamos tenerlo presente cuando nos sentamos a escribir. La poesía con frecuencia se esconde o simplemente no sabemos encontrarla, y a menudo la hallamos fuera de las letras. El formato, la construcción, la arquitectura, no hacen al poema, aunque sí pueden contenerlo. Muchísimas gracias, querido Alejo por esta hermosa lección.
ResponderEliminarPor acá todos estamos afortunadamente bien.
Te dejo un agradecido abrazo y mis deseos de buena salud.