El Escritor y poeta francés Arthur-Rimbaud
LA
LECTURA DE UN POEMA
“Cada poema es único. En
cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo
en el poema. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro”. Octavio
Paz
Leemos poemas, pero con frecuencia tenemos la sospecha de no
habernos enterado bien de lo que hemos leído, aún poniendo la máxima atención en
obtener agradables vibraciones; o sí creemos haberlo entendido y captado, pero sospechando
que el poeta quiso decir mucho más o incluso algo bien diferente. Por otro lado,
tampoco tenemos la posibilidad de estar junto al poeta para que nos transmita
de viva voz el humor o talante que tenía al escribir sus versos, cómo se le dio
ese día, qué circunstancias amorosas vivía, etc.. En este sentido, la
importancia de quien escribió el poema, el cuándo y el cómo se sentía, es algo
irrelevante, pienso yo. Lo verdaderamente importante, es valorar el trabajo; si
éste nos llega o no nos llega, si nos llena o no nos llena, si nos deja henchidos
o indiferentes. La interpretación es libre. Lo significativo es hallar un propósito,
y para ello hemos de prestar especial atención a los símbolos: el poeta suele
huir, con frecuencia, de mostrar el hecho emotivo de manera directa; el poeta
crea sensaciones, es su fin preferente.
En la lectura de un poema, si creemos que importa, debemos
ser exigentes, no basta con creer que lo hemos entendido para sentirlo
realmente o notar alguna beneficiosa sensación. Lo verdaderamente importante es
conocer la esencia de la poesía en sus diversas demostraciones, que su lectura
nos lleve a realizar un viaje revelador. Todo poema es un enigma que se ha de intentar
resolver más en base a los sentimientos, impresiones, ritmo y estilo, que a
significados e interpretaciones concretas. La poesía no solicita, de quien a
ella se acerca, proezas intelectuales, ni intentos de fríos desciframientos; la
poesía ha de llegar al alma del lector de una manera fluida, y a través del
sentimiento; de ahí la necesidad de leer
el poema una y otra y otra vez, siendo conveniente hacerlo también en voz alta
para que cuaje mejor el sentido y el sonido, aspectos que han de repiquetear en
la mente y en la voz. Así apreciaremos el verso, la palabra, las imágenes, los
matices, las emociones y las sorpresas que la lectura provoca. Hemos de saber
apelar a los sentidos, pues el poeta a través de ellos, recuerda, evoca, duda,
enseña, calla lo que calla, dice lo que dice, deja entrever, encubre o descubre….
Algo similar a la mirada a una pintura que nos gusta, y en la que encontramos
nuevas sensaciones e interrogantes cada vez que nos acercamos a ella.
Saber leer un poema,
es saber utilizar los sentimientos; es hacer un juicio personal sobre lo leído;
extraer esencias, apreciar contenidos, captar mensajes... Todo ello a la luz de
los parámetros ortográficos, gramaticales, rítmicos y semánticos oportunos.
Barcelona.Mayo.2017.
©Teo Revilla Bravo.
Es muy cierto, en ocasiones me doy cuenta que ni me acerco a lo que ha querido decir el poeta en sus imágenes o metáforas, algunos, debo decir, las exageran muchísimo haciendo del poema un laberinto sin salida... sin embargo siempre encuentro un significado para mí que puede ser muy distinto al de otros porque independiente de lo que quisiera reflejar el poeta al escribirlo, yo como lectora, también lo recibo en un momento específico que puede ser más oportuno o no. Muy buen escrito, besitos.
ResponderEliminarGracias, Karyn. Sí, lo importante siempre -a no ser que seamos estudiosos de la labor del poeta concretamente- es sentir la lectura desde el propio e íntimo gozo, influidos por la sensibilidad que en ese momento sentimos. Toda obra de arte está sujeta infinidad de interpretaciones. Gracias por tus palabras.
EliminarAbrazos de buenas noches.
Teo
La analogía que haces con la pintura, me traslada a otra más cercana con la música, pues musical es la poesía, aunque se cuestione en los poemas de versos libres o en lo que es más prosa poética, en mi parecer.
ResponderEliminarY musicalmente hablando, siento que la emoción que provoca, se entienda o no, está más cerca de la pasión arrebatada que nos hacían sentir en la remota adolescencia guatequera los éxitos de los Beatles o los Rollings cuando alborotaban nuestras hormonas sin que entendiésemos nada del mensaje de sus letras hasta mucho más tarde.
La poesía es emoción o no es nada. Abrazos, Teo.
Tienes toda la razón, Francisco: ¿Qué es la música sino poesía llevada a su máxima expresión? Creo que no debería cuestionarse tampoco en esos supuestos a los que te refieres, los tiempos cambian y el arte evoluciona, pues la música está presente en el aire, y hasta en una sonrisa o en una mirada. Lo explicas muy bien cuando aludes a lo que sentíamos al escuchas a los Beatles o los Rollings, jóvenes imberbes, cómo quedábamos enganchados a sus mensajes aún sin entender sus letras. Gracias por este comentario. Siempre son especiales para mí.
EliminarUn abrazo largo, largo de amistad.
Teo
Yo creo que cualquier obra de arte es interpretada por quien mira o lee, condimentada por las creencias, experiencias y diferente sensibilidad del sujeto, Siempre he postulado que el arte nace en la mirada del otro
EliminarBien cierto, María de los Ángeles, que el arte nace de la mirada y de la obra de otro, de otros. Todos esos que enseñan emoción y camino y suman en nosotros experiencias. Gracias por tus palabras, apreciada amiga.
EliminarUn abrazo.
Teo.