ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

viernes, 26 de mayo de 2017

CARMEN, EL MITO


"Gitana", también conocida como "Carmen". Óleo sobre lienzo. Museo del Prado. Madrid. Obra de Raimundo de Madrazo y Garreta







CARMEN, EL MITO



La obra de Carmen se publicó por vez primera en la Revue des Feux Mondes, en el mes de octubre del año 1845. Su autor fue Prosper Mérimée. La novela no obtuvo un éxito importante, pero fue reeditada de nuevo como obra independiente en el año 1846. En 1875, el compositor Georges Bizet, basó en aquel relato de Merimée su obra homónima sobre libreto de Henri Meihac y Ludovic Halévy. Con su estreno en la Opéra Comique de París explotó el mito, iniciándose así el encumbramiento de su principal protagonista hasta convertirse en una de las leyendas más importante de nuestra cultura, aún proveniente de Francia.

La ópera, el cine y la pintura (Picasso, Goya, Picabia, Gris, Sorolla, Zuloaga, Romero de Torres, Saura, Gordillo…) la han retratado como una gitana –cigarrera- de exótica belleza, díscola, pasional, sensual, inconstante, libre, a veces como  mujer fatal, otras como torera, y para algunos iluminados hasta transexual; en todo caso, un arquetipo de mujer dispuesta a todo con tal de preservar su libertad y la de los suyos. Como cualquier gran mito, poseía poderes tanto para nutrirse de hechos como de generalizaciones, medias verdades y exageraciones. Esta Carmen tan famosa -de verdadero drama griego según Martínez Montiel-, capaz de enfrentarse a todos y dispuesta a vivir de pie y no dejarse vencer por nadie, ha tenido, mostrada bajo muchísimos diferenciados aspectos, un sinfín de encarnaciones como decíamos, en novelas, películas, comics, montajes teatrales, etc.  

Parece ser que fue María Eugenia Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, condesa de Teba, más conocida como Eugenia de Montijo, que fue emperatriz consorte de los franceses como esposa de Napoleón III., quien dio a Merimé la idea para la novela  al confiarle, en una  visita del escritor a Sevilla, que un caballero de la alta sociedad local estaba siendo infiel a su esposa con una vulgar cigarrera de la Real Fábrica de Tabacos. Pero fue Bizet quien, en alas de una música magistral, la hizo volar rápidamente por el mundo al componer una nana en forma de ópera que a ritmo de habanera amplificó su impacto mundial. Y lo hizo como cigarrera ataviada con traje de flamenca y mantón de Manila, atuendo algo difícil de imaginar en empleadas de una fábrica de tabaco de la época. En tal caso, ambos, escritor y músico, dan una idea, muy extendida entre los románticos franceses del siglo XVIII., de una España orientalizada y exótica.

La obra nos muestra la trágica historia de un soldado navarro –Don José– que se enamora de una gitana andaluza muy atractiva –Carmen– que le arrastra a romper con su mundo –el ejército, la familia– y a vivir como ella -consumido por los celos, eso sí- al margen de la ley.


La expansión del mito de la cigarrera ha alcanzado ámbitos y lugares recónditos; ha sido mostrada en carteles de todas las lenguas, a la vez que utilizada como reclamo publicitario, alcanzando más fama que ningún personaje de la literatura mundial a excepción de Don Quijote, éxito muy parejo al del otro gran mito sevillano, el de Don Juan.




Barcelona. Mayo de 2017.
©Teo Revilla Bravo.




8 comentarios:

  1. Encantadora esta historia de la Carmen más famosa. fabulosa la obra de Bizet, me encanta y creo que muchos la reconocen sin haberla podido ver alguna vez. Solo para redondear dejo un vídeo con una parte típica de la obra: https://www.youtube.com/watch?v=wx58ogoFn9o En cuanto a las pinturas, hay muchas, así como carteles de presentación de la obra pero, la que luces aquí de acompañamiento es una verdadera preciosidad. Besos

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  2. Sumando viene tu comentario, Karyn Huberman, de riquezas, acompañado del excelso tema musical que hace referencia a lo tratado y que dejaste en Órbita. Gracias por completarlo tan bellamente.
    Abrazos.

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  3. y represantar esa figura en opera es un hueso duro de roer........ no solo voz sino presencia......muy pocas he visto

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    1. Me imagino, amiga HIlda, las dificultades que debe entrañar. ¿Quizás lo intentaste, quizás la interpretaste? UN abrazo.

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  4. Un personaje mitológico que anticipó muchos de los principios de carácter y libertad que lo femenino ha alcanzado ya en el presente.

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    1. Ciertamente: fue otro impulso más, desde el arte, para la liberación de la mujer. Con calor o sin calor, amigo Francisco Rodríguez Mayoral, feliz día.

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