SER ESCRITOR
Vocación, tenacidad, entusiasmo. Ver y sentir con mucho arresto, mirada axiomática y sentido crítico, cómo se escribe y para quién se escribe, redactando sin faltas de ortografía ni errores de puntuación graves. Y dejarse inundar por un humor secreto, personal, oculto y exquisito, que se deje traslucir en las letras con fina ironía y sutileza. El escritor ha de lograr, ante todo y sobre todo, un estilo fluido y eficaz, poniendo especial ahínco en cómo cuenta aquello que desea expresar seleccionando cuidadosamente el elemento o tema, de tal manera que llegue preciso, pleno de ideas e imaginaciones, a la conciencia lectora, siendo capaz de hacer que lo escrito aparezca como una suave brisa acariciadora que se impulsa vehemente entregada. ¿Cómo? Entre otros factores con un estilo claro y personal, favorecido por las proverbiales metáforas que hacen posible la formación de bellos atributos. Los que toda expresión literaria ha de tener sin que el posible lector, absorto en lo que se le cuenta, lo note como exceso. Por tanto, lo principal que ha de tener todo aquel que desea ponerse a contar algo mediante la escritura, es hallar ese modo conveniente que lo defina e identifique, que le de seguridad y equilibrio, esa voz inequívoca esencial en el mundo del arte en general ya que es, junto a las cualidades intrínsecas del manejo lingüístico y gramatical adquirido, el objetivo prioritario.
El escritor ha de ilusionar e interesar o fracasará. Ha de lograr maravillar, sabiendo mantener la atención creando proposiciones y mundos atrevidos, originales y atractivos, a la vez que va perfeccionando el esfuerzo en el trabajo y el poder de inventiva, cualidades capaces de generar riqueza y aciertos, algo esencial en quien desee trasmitir registros artísticos que ayuden a introducir sensibles, hábiles y novedosas aportaciones, al universo literario.
Escribir es como pintar un bello cuadro. La narración ha de poseer justa dosificación y buen temple, reflejando pasiones, esperanzas, ilusiones, amores, todo lo que resulte inquietante como la injusticia incrustada en casi todos los compendios sociales que nos rodean. Esto que no es como sabemos nada fácil de lograr, se consigue a través del atrevimiento y la constancia, con el tesón necesario que lleve a lograr contención y prudencia como normas básicas.
Hay que corregir el propio estilo, realizar retoques, dar el valor adecuado a cada línea, de tal manera que se limen malezas y vicios fáciles de adquirir cuando estamos cegados por la ilusión y el imparable pálpito aventurero que toda ansiedad artística provoca. La obra literaria o artística en general, no acaba nunca de realizarse por completo aún dándola por acabada.
A través de la escritura, nos ejercitarnos en una tarea de investigación extraída del contexto en que existimos. Vamos labrándola, puliéndola, explicándola. El esfuerzo puesto en ello va indicando el grado de sensibilidad que poseemos, mientras sentimos la dicha de poder describir el amor o el odio por ejemplo. Escribir lo visible y lo que está oculto. La ternura intuida en una mirada, la tristeza en unos ojos… Por supuesto que en el camino de perfeccionamiento de la obra, al cuestionar uno la realidad que vive, surgen aprietos, dudas, desazones e inevitables conflictos personales. También la observancia, el estudio y todo aquello que se pretende decir y no se logra expresar con el ímpetu y la certeza que uno, empecinado y porfiado en dejar constancia, quisiera.
Olvidarse de los delirios de grandeza, es esencial; ser humildes, adaptables, sencillos, flexibles, trabajadores; aparcar en lo posible el ego y luchar por lograr los sueños literarios con tesón, es algo necesario si queremos obtener progresos como personas y escritores.
Barcelona.-2013.
©Teo Revilla Bravo.
Escribir es maravilloso, es una forma de presentarnos, mostrando un estilo, capacidades narrativas, la forma tan personal que cada cual tiene para explicar algo que está sucediendo dentro de nosotros mismos o en la ficción que nos hemos inventado; la sensibilidad para transmitir sentimientos; la ironía para hacer pensar y reír; la buena utilización del lenguaje...pero para qué seguir si tú ya lo desmenuzas muy bien en tu escrito y se expresa de forma genial en la obra escogida. En la escritura hay muchos momentos en que nos quedamos en blanco esperando a las musas, casi con desesperación. Fantástico. Besitos.
ResponderEliminarKaryn, son intentos de desmenuzar algo que se siente íntimamente ligado a la emoción. Gracias por el fantástico, que siempre anima. Un abrazo.
EliminarLa inspiración es el estímulo que alienta la labor creativa del escritor o del artista. Tradicionalmente, la inspiración se ha relacionado con la creatividad y con el poder divino que cae sobre un artista y le permite crear su obra. Esa divinidad que desciende es algo inexplicable que muchos relacionan con Dios. La creatividad se presenta como un deber incontenible. La mayoría de las veces, no ha bajado divinidad alguna.
ResponderEliminarSe necesita la inspiración y eso es indiscutible. Como la necesita un carpintero, una jardinera, un cocinero, una madre, un docente o una científica. Todos la necesitamos, porque la inspiración trae consigo a la creatividad, que es un asunto esencial para la vida, pero esa suerte de estado mágico en el que algunos creen que vivimos los escritores no es tal.
Ya lo dijo Picasso: «La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”
Qué satisfactorio es leerte, querido amigo Alejo. Tu presencia en este rincón le hace grande. Aportas sabiduría, humanidad y gratísimo momento de lectura a modo de comentario.
EliminarMuchísimas gracias, un fuerte abrazo.
Escribes algo así, como una guía práctica de un buen escritor. Me identifico en muchas de las características que ha de poseer un buen escritor, y no porque las tengas, al contrario porque las deseo como agua de mayo.
ResponderEliminarDe la misma forma me identifico con los vicios y errores que cometemos quienes aún no ostentamos el emblema de escritores. Sé que voy por buen camino,de la misma forma sé, que me falta mucha para llegar al Olimpo como escritor, en mi caso particular como poeta.
Llegar y gozar del Parnaso donde anidan escritores ya consagrados, es un sueño casi una utopía, que si no la alcanzó en ésta, veré de poder realizarla en mi siguiente vida.
Siempre es gratificante leerte amigo Teo, siempre de tus letras algo aprendo.
Un abrazo fuerte amigo y poeta.
Alfredo, una guía práctica.... En el fondo me lo digo o lo escribo para mí mismo. Luego lo comparto pensando que puede haber alguien que se sienta identificado en algún aspecto con el mismo. Cuesta llegar a ser un buen escritor. Supongo que toda la vida es aprendizaje, es lograr mejoras en la forma de expresarnos. En arte no hay meta posible, siempre está abierto a ilusiones y mejoras. Gracias por tu lectura, sabes que me gusta que me dejes alientos también en ese pequeño rincón de palabras y silencios.
EliminarMuy agradecido.
Te dejo un abrazo.
Cuídate.
Un auténtico, inteligente y probado manual el que nos ofreces, escribiendo sobre la forma de mejor escribir, como sueles hacerlo. Gracias, Teo.
ResponderEliminarGracias a ti, Francisco, por acompañar estas letras con tu clara y sincera mirada.
EliminarUn inmenso abrazo.