"Niños corriendo por la playa", Valencia, principios del siglo XX. Del maestro Joaquín Sorolla, que sin duda tenía un enorme idilio con el mar. Ahí la luz, las sombras, el movimiento del mar, los cuerpos, poseen un especial magnetismo.
LA IMPORTANCIA DE SABER CAPTURAR LA
LUZ…
La luz, en pintura, es el objetivo
principal, es la consigna a seguir, es el esfuerzo. Todo buen pintor, comienza
a obrar con pequeños anhelos, generalmente impulsados por un deseo de retratar de la manera más nítida y personal posible, aquello que toma por objetivo. Para
ello cobra capital importancia capturar, con precisión de tonos, esa luz ideal
que exalte lo que se pretende destacar de la obra. Ha de haber, por tanto, en
el pintor, un compromiso consigo mismo, un arresto, una voluntad de no perderse
en el intento pese a que el cuestionamiento constante que asoma con cada
pincelada sea una parte activa e incómoda. Enaltecer ese brillo de
luz significa, nada más y nada menos, que el logro de la perspectiva, de la
textura y del relieve, verdaderos sostenes de la obra que se realiza. Así lo
consideraron y supieron gestionarlo, los grandes maestros de la pintura en
todo tiempo y lugar. Por ejemplo el gran Sorolla que supo como pocos mezclar
colores, investigar pigmentos, y hurgar en todo ello, hasta ver surgir pincelada
a pincelada la imagen, magnetizada en un contexto y en una atmósfera radiante y
natural como fueron las playas valencianas.
La luz, principio y fin en el arte
pictórico, se ha de convertir en fuerte obsesión para el pintor que seguirá
buscando denodadamente, en ese dar vueltas y vueltas en los sucesivos ciclos de
su trabajo, la mejor manera de hallarla, aplicarla y conceptuarla. De este modo, la luz se convierte en propósito; si es logro, en eso que denominamos técnica,
provecho, razón y vida, que es con lo que pretende dotar a personas,
paisajes, abstracciones u objetos pintados. Realidad y presencia. La luz y su inseparable sombra, se entienden entre sí, se
necesitan mutuamente, crean volumen y contrastes, forman un todo, son el empeño
y la razón del artística.
Para ser un valioso pintor hay que
autoafirmarse, sabiendo captar la luminosidad de tal manera, que la labor
proporcione una actividad subjetiva, revestida de infinitas formas y
referencias, algo que indefectiblemente condicionará el resultado y la propia
percepción del arte. Hay que aspirar a crear una inmensidad; favorecer un
encanto u emoción; hacer posible la proeza de hallar la magia y la poesía, todo lo que queremos perdure en la retina del espectador. Pintar es una disposición
de ánimo, pero a la vez es una profesión que ha de tomarse muy en serio, ya
que requiere un verdadero esfuerzo
mental como es salir a hacerle frente ─papel, muro, lienzo─ con planos que
se estructuren en coexistencia y en armonía, de tal modo que formen un conjunto
de imágenes que establezcan el plan colectivo final. Pintar es también una
distracción noble, bella, terapéutica, serena, plena de sentimientos y
recompensas; es una autoafirmación de la
propia experiencia artística, pero asimismo es o puede ser sufrimiento, cabreo, fracaso o
frustración si se complica y no se obtienen los resultados deseados. En
todo caso, es un gran interrogante, una fuente de inestabilidad emocional sólo
superada cuando la obra adquiere placer visual y se cubre de certezas. En el lenguaje del pintor conocer el significado de
la luz, entraña el encuentro feliz con la obra; es sentirla, no dando tanto crédito
a la razón como a la emoción creadora, pues cuanto más sugiera ésta mejor será
el tesón y la constancia en el proceso emprendido y en su acierto.
Barcelona. Febrero de 2017.
©Teo
Revilla Bravo.
Está claro que dentro de una obra pictórica, la luz es de importancia vital, ella manda las sombras y la profundidad de las mismas, ella genera los blancos amarillentos o blancos azulinos dependiendo del sol o la nubosidad que se presenta en la imagen. Sin duda que Sorolla es quien mejor muestra la fuerza de la luz en la pintura, pero creo que también debemos nombrar a Turner, Hayez, Georges de la Tour y Caravaggio entre otros. Un excelente escrito como siempre. Besos
ResponderEliminarMejor no se puede decir, Karyn. Bella exposición haces sobre este tema de capital importancia en el arte.
EliminarAbrazos.
Gracias, Karyn, y gracias por nombrarnos a pintores tan relevantes como buenos captadores de la luz en sus obras. Sorolla tenía, en todo caso y visto desde la distancia, un toque natural más actual. Pero no se pueden comparar unos con otros, los genios no tienen comparaciones posibles, son siempre únicos.
EliminarMás abrazos.
Creo que tienes razón La luz es importante en el arte en la cara cuando te maquillas, luz y sombra hacen un rostro .Fundamental en la vida de tu alma luz espacio libertad
ResponderEliminarCada uno, Mucha, lo lleva al terreno que más le gusta o conviene. Esa es otra posibilidad que ofrece la captura de la luz....
EliminarLuminosa exposición. Gracias, Teo.
ResponderEliminarDe nada, Francisco . Gracias a ti por tu gentil, amable presencial.
EliminarUn abrazo.