La noche se pasea en torno al claror
solar de la luna. Apacible, clara, leve,
mariposa de serenidad que va dejando
huellas de besos dormidos, memoria,
recuerdos, belleza de un rostro admirado.
Amorosas sorpresas, palabras ocultas
creciendo lentas para resbalar sin miedo
—instante de plenitud—por las airosas
juntas de los dedos.
Poemas callados que ocultan,
a la espera de ser revelados,
inadvertencias caídas en aparente
olvido; poemas gratamente alterados,
nacidos al vuelo gravitacional del momento,
que van extendiéndose oportunos
formando—pájaros volanderos—
la hoja de ruta donde expectante
de palabras y voces gramaticales
secan lágrimas verso a verso
entre ritmos de febriles aventuras.
Quiero, inspiración, que habites
conmigo deshaciendo precipicios
donde cae el espíritu con frecuencia;
que ambos, sujetos a las pertinaces
islas del mar de los abandonos,
en un borbotón de templados sueños,
libres, en espacios sin fronteras,
movamos el corazón en la plenitud
de un eternal instante.
La inspiración está contigo, permanece ahí palpitante, constante generadora de versos cual bandada de pájaros al vuelo. Es muy bello. Besitos
ResponderEliminarY que no falte, Karyn. También es cierto que hay trabajo en cada verso, en cada estrofa, en la finalización del poema... Pero "algo", no sé qué, ha de moverte cuando inicias el escrito. Un abrazo.
EliminarEl amor depende de la gente como depende cómo escribimos las letras
ResponderEliminary algo importante es que los que te leen entiendan el juego de tu mente con tus letras
Pero tampoco debemos ponérselo fácil como obligación; ante todo uno juega con sus propios diálogos... Si trascienden y otros los aprovechan, mejor que mejor.
EliminarGracias, Mucha.