«La atmósfera norteña, los colores del campo, los bosques y la sierra, la naturaleza siempre esplendorosa de los contornos cántabros y palentinos, unido al ambiente especial generado en la cuenca minera barruelana con sus vidas marcadas por la cercanía de la muerte, la angustia y la esperanza, hicieron brotar en mí el sentimiento y la sensibilidad que muy temprano me llevaron a la poesía y a la pintura, así como a toda forma de arte, pábulos de expresión y vida»
Me resulta muy bien el poema, amigo. Discursa de maravilla. Te felicito.
ResponderEliminarAbrazos
Pronto llegaste, amigo José, dejando saludos, palabras y alegrías. Me alegra que el escrito haya sido de tu agrado. Que tengas un buen fin de semana. Abrazo.
EliminarMerece la pena... desde luego. Utilizas un lenguaje muy rico en tus versos... un placer su lectura, hasta el lienzo los enmarca divinamente.
ResponderEliminarReme.
Gracias por tus palabras, Reme. Intento, como cuando realizamos un cuadro o una escultura, hallar las mejores herramientas, darle el máximo sentido a la obra. Aunque soy conscientes de que siempre nos quedamos cortos: el arte es ese intento permanente de querer expresarse bien...
EliminarUn abrazo.
La vida siempre merece la pena, aunque sólo sea para recordar lo que nos hizo feliz. Besos.
ResponderEliminarCiertamente, Karyn. Renunciar a la vida es intentar anularlo todo ya que ella, con todos sus efectos, es la razón de nuestra existencia. Besos.
EliminarHay esos días que apreciamos la vida con ojos de visitante, y nuevamente nos convencemos que es un privilegio vivirla.
ResponderEliminarGusté leerte, querido y viejo amigazo
Shalom
Inmenso abrazo, Beto. Qué grata sorpresa....
EliminarShalom