Cuanto más sé de ti,
más aprecio, sostén, ternura;
más se crece el amor,
y se interioriza en mí la poesía.
Cálida, dorada figura eres;
agua, sol, cauce, brío;
en la mañana, maternal
vientre, reto perseverante,
horizonte,aliento sutileza.
Junto al hijo del amor y la ternura,
volar liberando sueños;
sentir cómo la primavera deposita
aleves mariposas en el aire
de la inocencia y de la dicha.
Decididos. Cultivando blancas
tierras—fragante, impetuosa semilla—,
en alud revelado de amor transparencia,
levitando vamos en vital asombro,
desnudas almas sobre la fugacidad
anaranjada de la brisa.
Excelente retrato poético de un amor nuevo y necesario. Enhorabuena, Teo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo Francisco. Gracias por esas palabras que recojo con mucho agradecimiento.
EliminarInmenso abrazo.
Me encanta, es sutil, delicado, muy sensible, no es casual que lo acompañes con esa obra que tiene las mismas cualidades haciéndolo un todo hermoso. Besitos
ResponderEliminarMe alegra que te agrade, Karyn Huberman. Se sale un poco de mi habitual hacer, sí, entra el aire por el poema.
EliminarUn abrazo..
Me gusta, sobre todo, por lo bien que discursa, amigo. Buen poema nos presentas. Placer en leerte.
ResponderEliminarAbrazos
Abrazos, José. Muchísimas gracias por tu lectura, por tu presencia amiga en estas páginas.
EliminarQue lindo marco para tan bello retrato.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Reme.
Gracias, Reme, siempre cercana, siempre atenta...
ResponderEliminarFuerte abrazo.