Obra de mí autoría, "Acordes de media noche" 2009.
SOLEDAD CREADORA
Siempre hemos tenido la imagen del artista, de una manera u otra,
distorsionada. Como si fuera un ser algo loco y solitario envuelto en un mundo
de emociones inalcanzables, que trabaja denodadamente intentando perseguir con arresto,
voluntad, ilusiones y delirios; o sueños al clamar la llegada propicia de la
musa, aún consciente que son sus experiencias, sus observaciones detalladas, su
percepción de la realidad, quienes le pueden ayudar de verdad en su empeño. Crear
es simplemente, dejar que fluya hacia afuera todo eso que llevamos dentro. El
arte, como la vida misma, está inmerso en un constante proceso de creación.
En nuestra imaginación, no nos es difícil ver a un pintor o escultor
en su taller trabajando abstraído, enfebrecido por conseguir una obra; como no lo
es imaginar a un músico ante un bello paisaje, mirando al cielo ensimismado mientras
silba o tararea una hermosa melodía mientras su rostro refleja la tensión
del momento creativo que vive. Incluso puede que advirtamos –o conjeturemos- que
algunas gotas de sudor le caen por su frente, cómo acto seguido se mueve inquieto mientras intenta cerrar felizmente la tonada que merodea por su cabeza. Absorto
está el músico en un mundo al que no podemos llegar, tan alejado está del
nuestro. De repente, siguiendo con la imaginación, puede que veamos cómo su semblante se ilumina como por encanto y
sonríe: ha hallado la nota ideal que faltaba; ha conseguido airoso culminar, in
mentis, un proceso creativo, logrando hallar lo que perseguía. Esa euforia, delicada y primorosa, que trabajará más detenidamente en su estudio, puede que
acabe formando parte - entregándonos sus bellos armoniosos secretos- de nuestras
futuras satisfacciones musicales.
Barcelona, febrero del 2018.
©Teo Revilla Bravo.
Barcelona, febrero del 2018.
©Teo Revilla Bravo.
Para
acompañar estas leves palabras, sugiero escuchar a un inmenso creador, nada menos que al
gran Johann Sebastián Bach en una de sus variaciones Goldberg.
Nos lo cuentas y lo sentimos, sabemos que es así la magia creadora del arte, en cualquiera de sus formas, muy bien acompañado además por ese guitarrista que seguramente unía sus acordes de medianoche con los sonidos propios de ella y las dulces variaciones de Bach. Besitos
ResponderEliminarBueno, qué bien combinas todo, Karyn da gusto recibir tus comentarios. Muchísimas gracias por adentrarte en estas líneas salidas un poco al azar.
ResponderEliminarFeliz día. ,
Crear supone en mi opinión una gran vida interior, casi siempre solitaria, y cuando se plasma esa obra las aguas vuelven a su cauce, todo se llena de paz y serenidad.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Reme.
Gracias, Reme, algo tardías... Ahora caigo en que estaba tu comentario por acá... Ciertamente: la soledad es prácticamente indispensable para crear.
EliminarUn abrazo largo de amistad.
Teo.