(A mi madre Adela)
Todo es confuso.
Confuso este sol de otoño que ilumina la estancia,
estos párpados caídos en borrosos horizontes,
charcos de locura y alucinación que te reflejan
asustada añorando —luces, sombras que sobreviven—
Sierras, valles, olor a bosque, romero y tomillo.
Todo es confuso.
Hasta reunirnos día a día aquí —intensas horas
de angustia— en un reír y llorar por pasillos
con torpes andares, constantes tropiezos,
francas calamidades; ir y venir de la sin razón
que deja en desgaste la propia vida;
ignorancia ciega, rota, perturbada, árboles y pájaros
dormidos, fluvial cadáver hacia eternal
océano, parques infinitos de desolada estancia.
Todo es confuso.
Qué es y qué no es en este último atropellado
periplo me pregunto, incluida esta muerte torpe
que se adentra —lenta, rápida—entre olvidos
y tristezas afilando surcos, sembrando desazones,
vulnerando voluntades, incierta historia,
opaco corazón, cuerpo arrebatado y dolido,
vencidas horas que felices un día conocimos
destino hoy de angustiosa realidad.
La sensibilidad en aquellos tiempos especiales en donde se sumaban muchas cosas, se siente aquí en cada uno de tus versos. Se le recuerda y se le extraña.
ResponderEliminarBesitos.
La sensibilidad en aquellos tiempos especiales en donde se sumaban muchas cosas, se siente aquí en cada uno de tus versos. Se le recuerda y se le extraña.
EliminarBesitos.
Son sentidos momentos en el recuerdo, y es donde se comienza a dudar si son fantasmas o realidades vestidas y desvestidas, según el tiempo en que se las viva.
ResponderEliminarMe ha pasado esa mezcla confusa de realidades e irrealidades, que no por eso dejan de doler. La foto de los años '40 me recuerda mucho a la foto de mi madre por entonces. Días de inmigrantes, vidas que se despedazaban en historias que abrumaban a madres y padres y a abuelos.
El tiempo se repite siempre de diferente forma pero el dolor cuando se da, es siempre con el mismo rostro, y hablo del sufrimiento de un hijo enfermo. Siempre los recuerdo con bondad, como espejos relucientes para aprender de vuestra fuerza y de vuestro amor.
Hermoso poema que dice bien claro de la confusión que los recuerdos fundan en esas realidades tan tristes en las que de vez en cuando asoma el sol, y uno no sabe cómo, pero sigue adelante.
Un abrazo, amigo mío.
UN fuerte, fuerte abrazo, Norma. Leerte es conmoverme nuevamente. A veces nos sentimos invadidos por la dura realidad. Pero tras la tormenta... En fin, siempre hay que poner esperanza y luz, forman partes importantes en nuestras vidas.
EliminarHoy sí lo es para mí, Teo. Perdona que no me extienda, pero hoy hay mucho que me es confuso. Abrazos.
ResponderEliminarInmenso abrazo, querido amigo Francisco.
EliminarAbrazo sentido, amigo Teo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mauricio.
Eliminarfraterno Abrazo.
Como te comprendo amigo Teo... solo quienes vivimos la incertidumbre y la desesperación de las situaciones que como fantasmas envuelven o envolvieron nuestro ser, podemos comprender y compartir ... Pero siempre una luz nos acompaña, para sanar heridas , suavizar dolores,y, seguir adelante . Conmovedor tu poema, beso.
ResponderEliminarGracias, querida amiga por tus palabras de comprensión y solidaridad sobre algo que todos en algún momento vivimos. La figura de la madre es la más importante y decisiva en nuestras vidas. Cuando se van, dejan un enorme vacío.
ResponderEliminarFuerte abrazo, amiga.