ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 14 de noviembre de 2017

LIGEREZA


Retrato del pintor catalán Ramon Casas i Carbó. "Gloria Codina Casas". Año 1918

Ramón Casas fue un artista que se dio a conocer, preferentemente, por sus ilustraciones y sus retratos. La figura femenina constituyó sin duda la esencia misma de su ideario pictórico como lo demuestran sus carteles e ilustraciones; pero también sus retratos a los que confirió una visión sensual a la vez que decorativa, tanto en aquellos en los que la mujer posa en actitud insinuante, como en los de concepción más sobria como el que aquí se presenta de manera digna y elegante con una mujer que mira directamente al espectador, orgullosa e incluso retadora, pero mostrando una belleza delicada y seductora





LIGEREZA

Ligereza.

Aire, hoja, lluvia, sol;

pétalos, polen, brote, flor.

 

Lo efímero al vuelo,

sistema de nubes transitorias,

etéreas disyuntivas escapando 

desmedidas.

 

Levedad, sí.

Límpido cristal.

Ave, plumaje, papel, soplo

de invisibles hilos,

sacudimiento, conmoción, destino.

 

Aislarse o amar.

Requiebro, piropo, lisonja,

ternura, mimo, madrigal.

 

El peso de la emoción 

ahonda en el misterio de la voluntad;

tenaz e ilusionado, me muevo

entre impulsos que albergan dicha.

 

Constante requiebro de la luz

si te avienes; misterio que el verbo

incrementa en suave temblor,

facilitado por la palabra amor

levemente susurrada.

 

Destino en dos.

 

Sutil mariposa luciendo 

requiebros en volátil danza, 

rodeando el cuerpo expectante

de la pasión.

 

Lo sé:

         detenido en la suave

fijeza de la apacible primavera 

acomodada en tus claros ojos,

liquidar desalientos, 

recoger el regalo del apego. 

 

Lo mejor:

             vivir en ti como si en mí 

existieras in perpetuum.

  

  


“SOLEDADES” (Provisional)
 Cuaderno  XVIII ( 2013 al 2014)
©Teo Revilla Bravo.








6 comentarios:

  1. Hay tantas imágenes que es fácil meterse, esconderse detrás de cada uno de los versos para ver esa luz natural tan difícil de retener, sí, casi tanto como al amor. Quizá por eso mismo el poeta la lleve dentro, a perpetuidad, para evitar que se le escurra en los propios requiebres. Bello, muy bello poema, amigo

    ResponderEliminar
  2. Por fin llego, Norma. No me llegan las notificaciones al correo, no sé por qué, y ando algo despistado. Me han emocionado mucho tus palabras -ya sabes que me falta poco para que así sea-. Me alegra mucho que te haya gustado el poema, que lo hayas podido apreciar así de bien.
    Un buen fin de semana te deseo y un abrazo te envío.

    ResponderEliminar
  3. Es tu poema, suavidad y delicadeza, imágenes que generan sensaciones tan leves como el aleteo de una mariposa o el verse bañado de polvo de estrellas, pero tan hondo y profundo como el más grande amor. Precioso, besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bellas palabras para expresar lo que el poema te sugiere, Karyn. Muchísimas gracias, es otro golpe de aliento, yo creo que escribo porque tú deseas que lo haga. Abrazos.

      Eliminar
  4. Tus bellos y delicados versos, Teo, confirman mi convicción de que no hace falta estar dentro de la mujer amada para sentirla muy dentro de uno mismo. Preciosa combinación con esa gran obra de Casas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, amigo Francisco. Los que hemos tenido la fortuna de amar y sentirnos amados, comprendemos bien esta simbiosis de cuerpos y almas que se produce. Los versos intentan reflejarlo.
      Fuerte abrazo y feliz tarde de Reyes.

      Eliminar