ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 2 de noviembre de 2021

Contestación a algunos comentarios sobre “MALAS PRÁCTICAS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO

 


Pintura del norteamericano de Nebraska, Douglas Simonson. Cuadro abstracto donde utilizó pigmentos acrílicos que dan mayor colorido a la obra. 





Contestación a algunos comentarios sobre “MALAS PRÁCTICAS EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO


    Amigos Manu, Trasi, y Gustavo, no voy a profundizar más en el escrito, al menos de momento pues todo necesita un reposo. Es por eso que os doy las gracias en conjunto por la amabilidad de contestar las razones de un tema siempre controvertido, y para quienes amamos el arte de manera especial a veces doloroso. Las obras emergentes, por lo general son de temática intrascendental, ya que van relacionadas con la falta de agudeza. Suelen ser irrelevantes, triviales, y con frecuencia sin un compromiso social o estético que las avale como necesarias. Es un arte al que no le importa lo que suceda en el mundo. Y aunque en la nota de presentación nos hablen de la “decepción que les causa esta época” no existe una obra que describa esa decepción o un sentimiento de rebeldía que lo confirme, simplemente queda bien decirlo. Estos artistas reflexionan sobre su ropa, su música, su gusto artístico, sobre la televisión y aparatos similares; hacen y deshacen nudos; combinan y descambian telares y cintas; ponen patas arriba mesas, bancos y sillas; tratan tema de las redes sociales que estén de moda, etc. La mayoría nos hablan más de la estética, que del arte, pues suelen ser decorativos y generalmente conformistas, consumistas y políticamente bastante correctos. Digamos que son un producto del sistema y que trabajan para el sistema. Estos supuestos artistas están ciegos al hecho de que las grandes obras de Goya, Velázquez, por poner ejemplos dispares, fueron obras de juventud que perduran y perdurarán.

 

     "Usted nunca será un pintor, ni un poeta. Menos un observador de las cosas que Dios nos dio" El joven levantó los hombros y se rió. Una tabla, unos audífonos y un vaso de donde extraía comida plástica, eso imaginé. El abuelo lo reconvenía para que observara los hermosos paisajes del Canal del Dique, pero nada Teo, él seguía empujando con sus dedos vaporosos la teclas y allí concentraba su existencia. Yo observaba a su abuelo angustiado, pues había logrado que su nieto fuera a ver las inmensas bellezas del Canal y sus orillas paradisíacas. Nada de Nada. Y entonces aparecen los poetas, los pintores, los compositores y los artistas del siglo que hacen arte con ganas pero no con sabiduría. Tu Ensayo es justo reclamo a las veleidades del arte de la época. Es como cuando se inventan las tempestades en una máquina y no se experimentan en un bosque.  

    El miedo se vuelve artificial y la vida también.  

    Gracias por ese Ensayo, uno más para aprender de la realidad de la vida. Un abrazo desde Cartagena de Indias.

                Gustavo. 


Barcelona, a cuatro de septiembre de 2014.  

©Teo Revilla Bravo





2 comentarios:

  1. A ellos les causa decepción la época y la verdad es que se nota en la calidad de las obras, es como cuando uno hace las cosas con desgana, de ahí nada bueno puede salir y de hecho, son a nosotros, los espectadores a quienes ellos decepcionan con instalaciones irrelevantes, arte efímero o conceptual que solo ellos entienden y algún esnob queriendo mostrarse superior. Como bien decía Gustavo en su comentario: ellos hacen arte con ganas pero sin sabiduría, a lo que yo agregaría que sin sabiduría no llega jamás al nivel de arte. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas

    1. Sí, Karyn, hay mucha especulación en todo esto y muchos intereses creados. Al artista, en cuanto asoma, se le nota; lo demás, polvo sobre polvo.
      Brazos.

      Eliminar