ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

lunes, 17 de febrero de 2020

LA MELANCOLÍA COMO IMPULSO DE CREATIVIDAD


"Melancolía" 1984. del artista noruego  Eduard Munch.


        Munch fue considerado como uno de los padres del Impresionismo.  En esta obra tenemos ante nuestros ojos un individuo que parece ausente, quizás pensativo, existencialista, triste o reflexivo, pudiera ser que invadido por la melancolía y la soledad, estados de ánimos que al parecer fueron constantes en la vida del pintor. 









LA MELANCOLÍA COMO IMPULSO DE CREATIVIDAD


La vida viene dada de contrariedades, de grandes o pequeños contrastes y disconformidades. Entenderlo así favorece poder trascender y cruzar fronteras. Es lo que hacen los artistas, los creadores en general, gente maravillosa que nos ayuda a hacer crecer el aspecto más sensible ahí donde se dibuja el alma en toda su noble y humana extensión. La melancolía, tan presta a invadir el espíritu sensible y vulnerarlo de algún modo, ha sido compañera inseparable de la creatividad en todas las épocas y ámbitos del desarrollo humano. La filosofía, las artes y aquellos otros campos que requieren experimentar y pensar la vida de  manera más profunda, han hallado en ese temperamento melancólico inesperadas fuentes de propuestas originales, arriesgadas, conmovedoras, apasionantes. El vínculo no es casual. No obstante, ser melancólico no implica necesariamente ser creativo.

El artista hace de cuanto siente, dos cosas muy importantes: la primera, aceptar sus emociones como parte ineludible de lo que es y de lo que vive; la segunda, tomarlo como punto de partida para realizar su quehacer artístico. Hoy en día el término melancólico no se emplea en el sentido que se empleaba cuando la sociedad no exigía esconder sentimientos, pongamos por caso en el Romanticismo. Hoy, si nos sentimos tristes y perdemos el entusiasmo desanimados, la tendencia es negarlo, hacer como que no sucede, fingir que estamos bien y tratar de convertir la melancolía en otra cosa –un aforismo, una pintura, una composición poética, una partitura, lo que sea, pues la melancolía no está bien vista, se la considera como una debilidad. El malestar, la tristeza, parecen haber caído en desuso, no están de moda, no se comparten, se les aísla pues solo se estima lo que produce felicidad aunque sea falsa y se confunda con el triunfo. No podemos ni debemos aniquilar los sentimientos ni las emociones, pese a las coacciones e intereses sociales enfocados a conseguir fortaleza y laurel de triunfo. Si lo hacemos con la melancolía, asociada al arte, aniquilaríamos una fuerza cultural mayor. La vida está hecha de aquello que nos conmociona, duele o enamora; por tanto, hemos de considerar la vida en todos sus matices, tomando las consideraciones pertinentes en cada caso que se presenten.

Valoro el término melancolía, porque es un gran disparador de la reflexión, del arte, de la literatura; habita en nuestra sangre, forma parte de nuestras energías, nos habla a través de las células, nos lleva por caminos y senderos a través de nuestras actitudes e inquietudes para ayudarnos a conocernos y actuar de mejor modo.



Barcelona, febrero del 2020. 
©Teo Revilla Bravo.







8 comentarios:

  1. Teo Maravilloso lo que has escrito. La melancolia a veces la Nostalgia nos invade
    Personalmente trato de evitar esos momentos. Me sacan la vitalidad y energía que tengo .
    Pero como tu lo explicas es maravilloso
    Un abrazo poeta escritor amigo

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    1. Gracias, Recomenzar, por llenar este pequeño rincón de gratas palabras y de grandes aprecios.
      Que estés bien, amiga, un abrazo grande.

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  2. La melancolía ha sido y serà la materia que funde los trabajos salidos del alma, casi desde las entrañas del ser que se expresa. Tu escrito tiene una verdad que no se puede negar. Hay en nuestro trato cotidiano una tendencia a negar aquello que pueda entristecer, y se le mete desde afuera, se le inyecta una palabra odiosa: culpa. Hoy se tiene que estar siempre dispuesto a mostrar cara de alegría, de felicidad, se tiene que producir lo que cuente "lindo", de lo contrario, te interpones al universo conpensamiento negativo, y seràs el responsable de tus propias tristezas o de alguna enfermedad física. Creo que tu texto da vuelta del revés el pensamiento contemporáneo que nos priva de lo mejor del ser humano, su sensibilidad. Gracias Teo. Profundo decir el tuyo, y muy cierto.

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    1. Gracias por compartir este escrito, sentirlo desde la verdad más profunda y dejar un comentario enriquecedor, apreciada Norma.
      Un abrazo grande y mis deseos de que tengas y tengáis un buen fin de semana.

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  3. Siempre se ha dicho y es muy cierto, que se escribe más desde la tristeza que de la felicidad y es normal que así sea. La tristeza, melancolía, nostalgia, pena, etc., generan muchas emociones internas, tantas, que se hace necesario sacudirse y una de las mejores formas de hacerlo es hablar o escribir de ello. Cuando está uno feliz, está todo en calma y nuestro espíritu está ligero, por lo que quizás no necesitaremos escribir hasta que esa fase por lo que sea se acabe o se rompa. En todo caso, tu forma de expresarlo es mucho más bello. Besitos.

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    1. Se escribe más desde la desolación y la soledad, justamente cuando la persona tiene necesidad de desahogos, de mirar profundamente a su alma y explicarse de alguna forma, porque está en un momento intenso, álgido, pleno de sentimientos, y eso lleva, de una forma u otra, al arte. También es cierto, Karyn, que se puede crear desde la madurez y el equilibrio, si la fuente de la creatividad mana desde bien temprano manteniendo esa fuerza que nos impulsa necesariamente a ello. Un abrazo.

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  4. Un escrito muy profundo amigo Teo. Del artista cuando haces esa observación de las dos cualidades que debe tener: aceptar sus emociones y que ellas sean un punto de partida para que la creatividad artística no sea un aforismo, es algo que me deja pensando; yo que por naturaleza soy melancólico, nostálgico y muchas veces me siento triste, será lo que escribo un aforismo que oculte mi verdad. No quiero pensar que escribo solo por escribir para con ello aparentar mi tristeza. Quizás estoy entendiendo mal tu escrito.
    Es difícil autoevaluarse, analizarse, hacer una introspección, quiero ser poeta, anhelo ser artista; aunque siempre dude si soy quien soy o si soy un producto de este tiempo y las redes el medio de cultivo.

    Un abrazo fuerte amigo y poeta.

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    1. Gracias por tus palabras que siempre son un aliento, un impulso a seguir en esto de escribir, algo que compartimos desde el sentimiento más gratificante: hacer posible que lo hermoso y agradable acampe por este mundo tan irregular y desequilibrante.
      Un abrazo muy grande, Alfredo, sigue bien y muchísimas gracias por venir ese rincón de palabras y silencios y dejar tu afecto también.

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