"Melancolía" 1984. del artista noruego Eduard Munch.
Munch fue considerado como uno de los padres del Impresionismo. En esta obra tenemos ante nuestros ojos un individuo que parece ausente, quizás pensativo, existencialista, triste o reflexivo, pudiera ser que invadido por la melancolía y la soledad, estados de ánimos que al parecer fueron constantes en la vida del pintor.
LA
MELANCOLÍA COMO IMPULSO DE CREATIVIDAD
La vida viene dada de contrariedades,
de grandes o pequeños contrastes y disconformidades. Entenderlo así favorece poder
trascender y cruzar fronteras. Es lo que hacen los artistas, los creadores en
general, gente maravillosa que nos ayuda a hacer crecer el aspecto más sensible
ahí donde se dibuja el alma en toda su noble y humana extensión. La melancolía,
tan presta a invadir el espíritu sensible y vulnerarlo de algún modo, ha sido
compañera inseparable de la creatividad en todas las épocas y ámbitos del
desarrollo humano. La filosofía, las artes y aquellos otros campos que
requieren experimentar y pensar la vida de
manera más profunda, han hallado en ese temperamento melancólico
inesperadas fuentes de propuestas originales, arriesgadas, conmovedoras,
apasionantes. El vínculo no es casual. No obstante, ser melancólico no implica
necesariamente ser creativo.
El artista hace de cuanto
siente, dos cosas muy importantes: la primera, aceptar sus emociones como parte
ineludible de lo que es y de lo que vive; la segunda, tomarlo como punto de
partida para realizar su quehacer artístico. Hoy en día el término melancólico
no se emplea en el sentido que se empleaba cuando la sociedad no exigía
esconder sentimientos, pongamos por caso en el Romanticismo. Hoy, si nos
sentimos tristes y perdemos el entusiasmo desanimados, la tendencia es negarlo,
hacer como que no sucede, fingir que estamos bien y tratar de convertir la
melancolía en otra cosa –un aforismo, una pintura, una composición poética, una
partitura, lo que sea, pues la melancolía no está bien vista, se la considera
como una debilidad. El malestar, la tristeza, parecen haber caído en desuso, no
están de moda, no se comparten, se les aísla pues solo se estima lo que produce
felicidad aunque sea falsa y se confunda con el triunfo. No podemos ni debemos
aniquilar los sentimientos ni las emociones, pese a las coacciones e intereses
sociales enfocados a conseguir fortaleza y laurel de triunfo. Si lo hacemos con
la melancolía, asociada al arte, aniquilaríamos una fuerza cultural mayor. La
vida está hecha de aquello que nos conmociona, duele o enamora; por tanto, hemos
de considerar la vida en todos sus matices, tomando las consideraciones
pertinentes en cada caso que se presenten.
Valoro el término melancolía,
porque es un gran disparador de la reflexión, del arte, de la literatura; habita
en nuestra sangre, forma parte de nuestras energías, nos habla a través de las
células, nos lleva por caminos y senderos a través de nuestras actitudes e inquietudes
para ayudarnos a conocernos y actuar de mejor modo.
Barcelona, febrero del 2020.
Teo Maravilloso lo que has escrito. La melancolia a veces la Nostalgia nos invade
ResponderEliminarPersonalmente trato de evitar esos momentos. Me sacan la vitalidad y energía que tengo .
Pero como tu lo explicas es maravilloso
Un abrazo poeta escritor amigo
Gracias, Recomenzar, por llenar este pequeño rincón de gratas palabras y de grandes aprecios.
EliminarQue estés bien, amiga, un abrazo grande.
La melancolía ha sido y serà la materia que funde los trabajos salidos del alma, casi desde las entrañas del ser que se expresa. Tu escrito tiene una verdad que no se puede negar. Hay en nuestro trato cotidiano una tendencia a negar aquello que pueda entristecer, y se le mete desde afuera, se le inyecta una palabra odiosa: culpa. Hoy se tiene que estar siempre dispuesto a mostrar cara de alegría, de felicidad, se tiene que producir lo que cuente "lindo", de lo contrario, te interpones al universo conpensamiento negativo, y seràs el responsable de tus propias tristezas o de alguna enfermedad física. Creo que tu texto da vuelta del revés el pensamiento contemporáneo que nos priva de lo mejor del ser humano, su sensibilidad. Gracias Teo. Profundo decir el tuyo, y muy cierto.
ResponderEliminarGracias por compartir este escrito, sentirlo desde la verdad más profunda y dejar un comentario enriquecedor, apreciada Norma.
EliminarUn abrazo grande y mis deseos de que tengas y tengáis un buen fin de semana.
Siempre se ha dicho y es muy cierto, que se escribe más desde la tristeza que de la felicidad y es normal que así sea. La tristeza, melancolía, nostalgia, pena, etc., generan muchas emociones internas, tantas, que se hace necesario sacudirse y una de las mejores formas de hacerlo es hablar o escribir de ello. Cuando está uno feliz, está todo en calma y nuestro espíritu está ligero, por lo que quizás no necesitaremos escribir hasta que esa fase por lo que sea se acabe o se rompa. En todo caso, tu forma de expresarlo es mucho más bello. Besitos.
ResponderEliminarSe escribe más desde la desolación y la soledad, justamente cuando la persona tiene necesidad de desahogos, de mirar profundamente a su alma y explicarse de alguna forma, porque está en un momento intenso, álgido, pleno de sentimientos, y eso lleva, de una forma u otra, al arte. También es cierto, Karyn, que se puede crear desde la madurez y el equilibrio, si la fuente de la creatividad mana desde bien temprano manteniendo esa fuerza que nos impulsa necesariamente a ello. Un abrazo.
EliminarUn escrito muy profundo amigo Teo. Del artista cuando haces esa observación de las dos cualidades que debe tener: aceptar sus emociones y que ellas sean un punto de partida para que la creatividad artística no sea un aforismo, es algo que me deja pensando; yo que por naturaleza soy melancólico, nostálgico y muchas veces me siento triste, será lo que escribo un aforismo que oculte mi verdad. No quiero pensar que escribo solo por escribir para con ello aparentar mi tristeza. Quizás estoy entendiendo mal tu escrito.
ResponderEliminarEs difícil autoevaluarse, analizarse, hacer una introspección, quiero ser poeta, anhelo ser artista; aunque siempre dude si soy quien soy o si soy un producto de este tiempo y las redes el medio de cultivo.
Un abrazo fuerte amigo y poeta.
Gracias por tus palabras que siempre son un aliento, un impulso a seguir en esto de escribir, algo que compartimos desde el sentimiento más gratificante: hacer posible que lo hermoso y agradable acampe por este mundo tan irregular y desequilibrante.
EliminarUn abrazo muy grande, Alfredo, sigue bien y muchísimas gracias por venir ese rincón de palabras y silencios y dejar tu afecto también.