ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

sábado, 22 de febrero de 2020

EL ARTE , LA CULTURA, COMO ESPACIO DE LIBERTAD.





Karel Appel. Litografía offset firmada en plancha. Grupo Cobra. Expresionismo.







EL ARTE, LA CULTURA, COMO ESPACIO DE LIBERTAD.

                             

Reivindicar la literatura y por ende la poesía como innegable espacio de libertad, es reivindicar el placer de leer y  escribir dando rienda suelta al sentimiento más importante: la vida. Y en relación a ésta, cuanto nos rodea y afecta reaccionando a estímulos que necesitan traducción inmediata, de tal modo que dejemos constancia de nuestras inquietudes, sean del tipo que sean, en el momento en el que por imperativos de expresión vital necesitan ser desahogadas. La literatura es parte fundamental del ser, como lo es la pintura o cualquier forma artística que tras cubrir necesidades primordiales necesita dejarse oír y hacerse realidad como sentimiento necesario de superación, con el añadido de que puede ser recibida-percibida por el otro desde la necesidad de compartir y aprender.

Así nace el sentido estético de la existencia, definidor de quienes somos, hacia dónde vamos o qué metas queremos cumplir. Buceamos en el alma por pura necesidad metafísica de comprender el universo íntimo que habitamos o nos habita -presencia frente a ausencia-, así como en el entorno general que nos rodea y  para bien o para mal nos forma. Si esto tuviera un respaldo, un tiempo alcanzado, una valía normalizada a través de estamentos sociales, el hombre no se sentiría tan relegado y resentido, tan olvidado y según cómo menospreciado y abatido, ninguneada su libertad de expresión; ni se convertiría el arte en algo eminentemente comercial y burgués, pese a la implícita bohemia que conlleva como atrayente reclamo propagandístico. La sociedad tiene el deber de patrocinar y proporcionar los elementos culturales necesarios, para que la gente se desarrolle y pueda libremente expresarse. Son referencias justas, pero que se soslayan. Lo vemos con gran preocupación en cuanto aparecen dificultades –crisis- donde se muestra a las claras  la desnuda  insensibilidad de los gobernantes que prefieren bombas a libros. Falla el sistema y se resiente el bien cultural, labor que el estado mediante medios eficaces como la educación, la apertura de escuelas, bibliotecas, espacios comunes, ayudas al libro, exposiciones, museos, actos lúdicos y festivos, etcétera, tiene sin excusas el deber de proteger y potenciar.



Barcelona.-2012.
©Teo Revilla Bravo.













4 comentarios:

  1. Tienes toda la razón amigo Teo, tanto en el propio sentimiento de libertad que se manifiestan en las letras - en todas las artes en general -, como en su innegable verdad, la vida y la existencia son llamadas a quedar plasmadas para la eternidad, allí creo yo radica ese deseo innato del hombre, tanto el de libertad como el de inmortalidad. Pero no me refiero a un ego, a una falsa humildad al expresar que a través del arte el ser humano se quiere inmortalizar, yo lo considero más como una necesidad de expresarse en su tiempo y su lugar. Así está a expresión artística libremente consevido, luego servira de referencia a futuras generaciones.
    Esto, el deseo de libertad y la falta de ayuda de los gobiernos de turno en la potención de la cultura y el arte por ende, es cierto, muy cierto.
    Que se tome el arte como medio propagandístico, como medio de manifestación de poder, mata en sí mismo la esencia del arte sea cual sea su manifestación. Un artista no crea arte para el beneplácito de un individuo o un grupo selecto de éstos. El artista crea arte para así expresarse con libertad y comunicarlo al mundo entero.
    De qué nos vale un cuadro de Van Gog o de Picasso, si éste descansa en el salón de un multimillonario, que quizá ni le guste el arte pero con la posesión de esa joya artística denota al mundo entero su poder o eso cree él, lo justo sería que el arte estuviera al alcance del mundo entero. Este pensamiento me lleva, a que deberían ser gratuitos los museos (libres de pago para quien los visita) y no un reclamo publicitario o turístico, como sucede con el Museo Del Prado, con en MACBA o con el IVAM, por poner algunos ejemplos de museos de nuestra patria. Ese mismo trato se debería dar a los teatros, en especial cuando transmiten obras clásicas y de conocimiento universal... Yo estuve en Madrid hace dos años y por factor dinero no pude ver "La vida es sueño", esto lo contrapongo a que en ese mismo verano, todavía seguían dando funciones de "El Rey León", que "El Rey León" no esté subvencionado, estoy de acuerdo, pero si se da un clásico de la literatura, una ópera u otra manifestación artística relevante... Y no poder asistir por falta de dinero, es algo que considero injusto y un error político que arrastramos desde nuestra propia existencia.
    Yo que vivo en Barcelona, me siento mal de no poder asistir al Liceu cuando hay Sinfónicas u Óperas, no pertenezco al segmento de gente pudiente que se puede permitir esto, y tengo que estar pendiente de promociones para visitar museos.
    El arte es del pueblo y para el pueblo, si el arte se rapta, se confína a un grupo selecto de personas, pierde entonces su esencia básica que es la libertad y la universalidad.

    Un abrazo fuerte amigo y poeta.

    ResponderEliminar
  2. Te has expresado con innegable claridad, amigo Alfredo. Y qué pena que ese arte que a uno le llama tanto la atención, del que se siente necesitado y del que está ávido por llegar a él se nos escape por falta de recursos económicos. La cultura, desgraciadamente y salvo algunos casos concretos, es para gente con cierto poder adquisitivo. Y es también rehén de gente adinerada que especula desgraciadamente con ella. Lastimoso.
    Un abrazo y muchas gracias por explayarte a gusto.

    ResponderEliminar
  3. La vida es nuestra y tenemos que poder ejercerla a nuestro gusto. El arte sin duda es una válvula de escape, la literatura, otra...leer o escribir y tener los espacios necesarios para realizar estas actividades con la paz y tranquilidad requerida, debería ser una necesidad cubierta por los gobiernos. Esas fábricas viejas que quieren echar abajo para levantar torres, deberían servir como espacios abiertos y gratuitos para el arte, para la gente del barrio y más abierto si es posible, pero finalmente ya sabemos qué pasa, gana el señor dinero y cada vez hay menos lugares para la cultura, el arte y la libertad de los mismos. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tocas un punto importante: reciclar espacios urbanos para crear escuelas, talleres, muestras de arte o espacios verdes. En algunos, muy pocos, se ha logrado, pero la mayoría, Karyn, se van directamente hacia la especulación de suelo...
      Un abrazo.

      Eliminar