EN SUS MANOS
A Karyn Huberman.
En sus manos el sentimiento se abre,
se dibuja como hermoso ramo de flores,
como apetitoso fruto, como serena melodiosa
ola marina.
Todo ello a través de un sol que penetra indócil
y de rondón por la entreabierta ventana,
difuminando cortinajes, eclipsando utensilios,
aclarando esencias.
Es hermosa la mujer que en estos momentos,
sentada en liviana mecedora borda
ufana, en suave telar, el nombre hermoso de Izan.
Mientras entrelaza los bordados engendra
—terreno fértil—el hijo que pronto llegará.
Se abstrae con facilidad.
Habla sin hablar mecida por las olas
de los mares sureños; habla, sin hacerlo,
de su vida en el continente hermano.
Suenan, ruidos interiores, sueños, penas
y recuerdos, que se avivan regresando
de aparentes olvidos para acallar aquello
que nunca se dijo y nunca se dirá.
Yo quisiera saber el secreto que esconde
el silencio de su alma esta tarde;
conocer esa voluntad que parece habitar
aparentes círculos de luz y dicha,
energías que podrían derretir -germinal
primavera- hielos abriéndose en significativa
flor. Luego, sin más, seguir descubriéndola
enrollado a su vital ovillo y, dócilmente,
al cerrarse el crepúsculo de la vida
completándose de brillantes lunares,
de soplos de brisa nueva, hijos y nietos,
en torno a ella coexistir complaciente.
Me emociona, lo hace la obra que me recuerda esos tiempos de espera, de ilusión por el hijo que venía en camino, y también me emocionan tus versos, tu bello poema. Creo que ya con los años lees con toda claridad mis silencios, mis callados silencios. Gracias por tanta belleza y por el regalo más grande, nuestro Izan. Besitos
ResponderEliminarEsa emoción sentí yo contemplando el cuadro, sentimiento emocional que me llevó a trasladarlo al papel con más o menos acierto hace unos pocos años. El cuadro representa plenamente aquellos meses en que, expectantes y sensibles, esperábamos la llegada de Izan. También era el momento en que emprendíamos camino juntos, que ojalá sea hasta ese final crepuscular y bello que el poema reclama.
ResponderEliminarUn abrazo.
No me extraña que ambos o emocionéis, Karyn y Teo. La fértil musa y fuente inspiradora y el poeta que pone en versos los sueños. Y, ante tanta emoción y belleza, sólo queda la contemplación silenciosa de quien siente haber vivido circunstancias equivalentes. Felicidades a ambos y al Izan.
ResponderEliminarGracias, Francisco, del y desde el corazón.
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